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El senador Jorge Carlos Ramírez Marín dijo que en materia de política interna los desencuentros se acumulan, las oportunidades de convivencia se acaban y dejan un tufo electoral con el riesgo que el próximo proceso no sea democrático, sino que sean una auténtica guerra santa en el que prevalezca la consigna o “estás conmigo o estás contra mí”, la antítesis precisamente de lo que es un auténtico sentimiento democrático.

Desde la tribuna del Senado, el legislador yucateco señaló que en política interior, como en la economía, como en desarrollo social, como en política exterior, la presente administración está apostando por la narrativa, por las palabras, más que por la transformación; por el discurso, más que por la realidad, que a la postre resulta secuestrada.

“La trasformación no se narra, no se cuenta, no se tiene que reiterar. La transformación se muestra cada día en logros y no se tiene por qué tener temor a los datos”, subrayó.

Aseguró que no hay respeto a los derechos humanos sin unidad nacional; el derecho a la salud sin medicinas o el derecho al trabajo en una crisis de desempleo es propiciada por nuestra incapacidad de unidos buscar salida a la contingencia sanitaria. Sin seguridad, no hay unidad, no hay ampliación de las libertades, concluyó.

La senadora Beatriz Paredes Rangel, del Grupo Parlamentario del PRI (GPPRI), aseguró que la política interior de la presente administración registra un saldo negativo debido a la constante descalificación y la confrontación entre quienes ejercen funciones de representación popular y tienen militancia en partidos y organizaciones distintas a la que sustenta el Ejecutivo Federal.

Al participar en la discusión de la glosa del Segundo Informe de Gobierno, la legisladora priista sostuvo que si hay algo que caracteriza la política interior de esta administración es la incapacidad autocrítica, en tanto que las relaciones del Ejecutivo Federal con los Ejecutivos locales emanados de otros partidos políticos, está caracterizada por la tensión y la confrontación, cuestionando la estructura del federalismo.

“Prevalece una incapacidad autocrítica que prefiere partir de una estrategia comunicacional excepcional, generar una nueva realidad, con los datos que se requieran, para eso existen otros datos y a partir de esa nueva realidad, seguir impulsando tomas de decisiones que muchas veces no corresponden a los éxitos que se presumen”, enfatizó.

Dijo que en las relaciones con los demás órdenes de gobierno se aprecia una lucha entre centralismo y federalismo en la que una fuerza política que se asume progresista, al mismo tiempo asume aptitudes centralistas y centralizadoras. En este sentido, concluyó, debemos sumarnos a los llamados para que se realice una nueva convención fiscal que revitalice el Pacto Federalista y le dé fuerza al territorio mexicano.