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Ante las constantes denuncias de plagio de diseños y patrones propios de la tradición artesanal mexicana, el Congreso de la Ciudad de México aprobó hoy el exhorto para declarar patrimonio intangible a los diseños, patrones, procesos, ornamentos y técnicas de la indumentaria mexicana, piezas de uso cotidiano y creaciones artesanales de pueblos originarios en la Ciudad de México.

La propuesta presentada por el diputado Miguel Macedo Escartín refiere la queja que presentó la Secretaria de Cultura del gobierno federal, Alejandra Frausto, a la diseñadora de modas Carolina Herrera, así como a Wes Gordon, el director creativo de la marca. La funcionaria pidió que los modistos expliquen públicamente con qué fundamentos decidieron hacer uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado en las comunidades indígenas de México, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades portadoras.

La funcionaria indicó que “…a nivel global, actualmente se lleva a cabo una amplia discusión sobre los derechos culturales de los pueblos indígenas y la participación de las comunidades en la preservación de su legado cultural e identitario…”.

Y señaló que “en la colección resort 2020 aparecen manifestaciones que pertenecen a comunidades específicas de nuestro país. tal es el caso de los modelos 8 y 23, cuyo bordado proviene de la comunidad de Tenango de Doria, Hidalgo; en estos bordados se encuentra la historia misma de la comunidad, y cada elemento tiene un significado personal, familiar y comunitario. Los modelos 11 y 13, por su parte, incorporan bordados del Istmo de Tehuantepec, que le dan identidad a las mujeres de la región. Por último, los modelos 14 y 16 incorporan el ‘sarape de saltillo’; en la historia de este sarape encontramos el recorrido del pueblo de Tlaxcala para la fundación del norte del país”.

A pesar de que la casa de modas respondió que se trata de “un homenaje” a México y a su amor al país, el diputado Macedo aseveró que “este amor de Carolina Herrera es caro, pues tan solo uno de los vestidos de la afamada diseñadora cuesta 3 mil 490 dólares, mientras que los creadores originales de los diseños bordados no llevan ni el reconocimiento ni beneficio económico alguno.

Agregó que las maestras artesanas de Doria, Hidalgo tienen una marca registrada con un total de mil setecientos 26 artesanos, de los cuales 1549 son mujeres y 177 hombres. Sin embargo, diversas marcas continúan plagiando sus bordados, como en el caso de los modelos conocidos como “tenangos”, que la marca española Mango plasmó en una línea de suéteres a los que identifica como “jersey bordado floral”.

“Los y las artesanas se enfrentan a una competencia desleal, al ser una empresa pequeña y no poder enfrentarse con las grandes firmas que tienen a su disposición grandes equipos de abogados. Estamos ante una clara violación de secretos a través de conductas contrarias a los buenos usos y costumbres, y conduciendo a error en relación a la vestimenta”, aseveró el legislador.

Informó que, entre las marcas que han reproducido los diseños de artesanos de pueblos originarios se encuentran Carolina Herrera, Hermes, Nike, Mango, Rapsodia y Zara, tan solo por mencionar algunas de mayor renombre, sin que hasta ahora se haya podido proceder legalmente.

“Todas han utilizado la iconografía, los diseños, dibujos, bordados, pertenecientes a la tradición de los pueblos originarios, con la carga simbólica que poseen, así como sus vivencias personales, familiares y comunitarias, sus creencias y su cosmogonía, además de la relación que mantienen con la naturaleza”, indicó.

Macedo Escartín refirió que su propuesta se basó en la recomendación 35/2019 sobre la protección del patrimonio cultural de los pueblos y comunidades indígenas de la república mexicana, dirigida a los titulares del poder ejecutivo federal y local, jefa de gobierno de la Ciudad de México, Congreso de la Unión y poderes legislativos de las entidades federativas, al Congreso de la Unión a fin de que se impulse la creación de las políticas públicas y promueva una asignación presupuestaria que garantice la protección, salvaguarda, preservación promoción y desarrollo integral del patrimonio cultural de los pueblos y comunidades indígenas, en la que se garantice su participación, basándose en un enfoque de derechos humanos, y para que se promueva la legislación pertinente. 

“En México no hace falta entrar a un museo para contemplar las piezas artesanales, que en muchos casos se consideran artísticas. La preservación y la inventiva en la indumentaria y en otras piezas de uso cotidiano se encuentran vivas en prácticamente todos los estados del país. Uno de los elementos característicos es el color, la convivencia con la naturaleza y la particular visión cosmogónica, mientras las grandes marcas reducen todos estos conceptos a una cuestión puramente ornamental, y con un desprecio a los pueblos que dieron origen, pues en su mayoría son mujeres con fisonomía europea quienes lucen los atuendos”, externó Macedo.

Concluyó que resulta claro que en el quehacer de las artesanas y artesanos existe un patrimonio cultural e histórico a ser protegido por el Estado, y que está relacionado con la herencia inmaterial, la identidad, la cosmogonía, la expresión cultural y la sobrevivencia de los grupos originarios de México, siendo además un medio de autoempleo para estas comunidades.

“Actualmente las personas dedicadas a la labor artesanal no cuentan con los instrumentos jurídicos necesarios para proteger sus creaciones, o las manifestaciones ancestrales que ellos han preservado, recreado y renovado, y por tanto son herederos legítimos de estas, y tampoco existe un reconocimiento suficiente por parte de la sociedad y del estado a estas expresiones, por lo que es necesario fomentar y divulgar su importancia”.

La Comisión Permanente también exhortó a los congresos de los Estados y al Honorable Congreso de la Unión (HCU), así como a la para que elaboren las iniciativas de ley pertinentes para la protección legal de este patrimonio, así como a la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) para que, como parte de su agenda, aborde la problemática relacionada con el reconocimiento de la originalidad, identidad y autoría de los diseños, patrones, ornamentos, procesos, técnicas y características de la indumentaria, piezas de uso cotidiano y demás creaciones artesanales de los pueblos originarios en cada uno de los estados, a fin de presentar iniciativas consensuadas ante el HCU.