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La reciente aprobación en el Senado del proyecto de decreto que reforma diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo y de la Ley del Seguro Social es un paso muy importante para que las personas trabajadoras del hogar

cuenten con condiciones laborales dignas y más igualitarias, así como para detonar el cambio cultural que pasa por erradicar las múltiples discriminaciones estructurales y laborales de las que han sido objeto más de 2 millones de personas que se dedican al trabajo doméstico remunerado, de las cuales, 90% son mujeres.

Cabe recordar que el trabajo del hogar remunerado históricamente se da en un contexto de condiciones laborales precarias que se reflejan en la inexistencia de contratos, bajos salarios, horarios de trabajo exhaustivos e indefinidos, pocas o nulas prestaciones, en incluso la explotación laboral de las niñas.

Con la reforma aprobada en el Senado, se avanza en que este sector de la población cuente con un contrato escrito, la estandarización de jornadas a seis horas diarias o 36 a la semana como mínimo, seguridad social, y con ello acceso a servicios de salud y guarderías; además, vacaciones pagadas, aguinaldo y la prohibición explícita de contratar a menores de 15 años.

El INMUJERES reconoce ampliamente que este avance es gracias a la lucha las mujeres trabajadoras del hogar que durante más de dos décadas se organizaron y unieron para luchar por sus derechos laborales. 

Aunque aún quedan pendientes para avanzar hacia la garantía plena de todos los derechos laborales de las trabajadoras del hogar, como la ratificación del Convenio 189 de la OIT, el INMUJERES tiene la convicción de que las reformas aprobadas por el Senado acelerarán el paso para que las instituciones generemos las condiciones para garantizar el pleno ejercicio de todos los derechos laborales de quienes aportan a las familias y a la economía nacional con su trabajo en el hogar.