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En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) el asma es la primera causa de atención pediátrica en referencia a especialidad en consulta externa, urgencias y hospitalización, y en la población adulta ocupa el tercer lugar, informó el responsable del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza”, Rodrigo Hiroshi González Luna.

Indicó que para lograr un mejor control y reducir riesgos de casos graves frente al COVID-19, se ha registrado un incremento en la vigilancia de pacientes con asma, principalmente en población infantil, que como lo establece el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) afecta a seis millones de niñas y niños en México.

El asma es una enfermedad crónica caracterizada por la inflamación constante del aparato respiratorio, la cual dificulta la entrada y salida del aire que en casos graves puede afectar la función pulmonar.

Actualmente, se cuenta con tratamientos efectivos que, de acuerdo a prescripción y vigilancia médica y sumado a medidas para reducir la exposición de los pacientes a factores ambientales externos, como clima, polvo, humo y sustancias químicas, que exacerban las crisis asmáticas, permite que las personas mantengan el control de la enfermedad y puedan llevar una vida saludable y normal.

El pediatra especializado en alergia e inmunología clínica, comentó que existen varios mitos alrededor de esta enfermedad que pueden ser más dañinos para la salud de los pacientes, por ejemplo, el hecho de creer que las personas diagnosticadas con asma, aunque ya toman tratamiento, no deben hacer ejercicio o practicar algún deporte por miedo a que el esfuerzo físico exacerbe las crisis asmáticas.

Por el contrario, explicó, una alimentación saludable y balanceada, sumada el ejercicio físico regular en el paciente con asma que ya cuenta con un tratamiento médico, son un antídoto natural para mantenerse en óptimo estado de salud y sostener un mejor control del padecimiento.

En tanto que el sobrepeso y la obesidad, que implican procesos de inflamación generalizada en el organismo constituyen factores que potencialmente pueden coadyuvar a una recurrencia de cuadros complicados del asma en los pacientes, incluso agravarse en caso de contraer COVID-19.

“Deben seguir su tratamiento médico, en niños diagnosticados con asma alérgica continuar con su inmunoterapia, no suspenderla; que el paciente no le dé un pretexto al virus para activarse como es el hecho de que el proceso inflamatorio del asma se exacerbe o descontrole y aumente el riesgo de tener mayor susceptibilidad a padecer COVID-19 y posteriormente a tener más complicaciones”, dijo.

El especialista del ISSSTE recomendó continuar aplicando las medidas preventivas para evitar contagios por SARS-Cov-2 como mantener la sana distancia, higiene de manos frecuente, evitar acudir a lugares aglomerados y en caso de salidas necesarias mantener el uso adecuado de cubre bocas, el estornudo de etiqueta y no saludar de mano o con besos.

El asma es una de las enfermedades de las vías respiratorias de mayor impacto en la salud pública; de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a más de 339 millones de personas a nivel global,  y en México a 8.5 millones.