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La Dirección Nacional Extraordinaria (DNE) del Partido de la Revolución Democrática (PRD) demandó al gobierno un cambio urgente en la estrategia económica del país o de lo contrario 2020 será un año muy complicado, pues el decrecimiento económico podría llevar al país a un colapso financiero a punto de entrar a una recesión.

Luego de que el INEGI diera a conocer que se registró una recesión técnica por primera vez durante los últimos diez años y que el PIB pasó de 0.1 por ciento en octubre pasado a 0.0 en el último trimestre, los integrantes de la DNE advirtieron   que no existe una estrategia económica que genere condiciones de confianza al capital privado en el país.

 La inversión pública está estancada y la economía en recesión, lo que el PRD ya había advertido desde que inició este gobierno, que no hay un rumbo económico y una estrategia que permita a México tener inversión, desarrollo y empleo, manifestaron.

Al respecto, el integrante de la DNE, Ángel Ávila Romero, dijo que los números del INEGI dicen que la economía está estancada a punto de entrar a la recesión, por lo que ésto debe prender las alarmas en el Gobierno Federal.

 “Ojalá el Presidente se dedicara a revisar los números, a revisar qué es lo que está fallando en este gobierno, porque los efectos económicos no tardarán en verse reflejados en un menor crecimiento y por supuesto en menores inversiones y menor empleo”, aseveró.

Asimismo, reiteró que no basta que la economía se sostenga a través del reparto indiscriminado de programas sociales, y que se necesita tener un rumbo económico claro y fijo, donde haya confianza para los inversionistas, para la inversión privada, donde la inversión pública se multiplique.

Por tanto, dijo que el PRD continuará demandado un cambio en la estrategia económica ya que este gobierno de la 4T, que piensa ayudar a la igualdad, únicamente va lograr generar una brecha más grande en la desigualdad social.

Finalmente, el Dirigente Nacional, recordó que la prueba está en la reciente aprobación del Paquete de Egresos por Morena, que privilegia el asistencialismo, es decir, “regalar dinero a diestra y siniestra a través de programas sociales, donde no hay padrones ni reglas de operación, en lugar de generar mejores condiciones para que la inversión privada pueda desarrollar sus tareas y generar empleo de calidad y sostenido”, apuntó.