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El Tren Maya es un proyecto que conforme avanza, no deja de sorprender la evidente falta de planeación, el mal manejo de los recursos públicos y la destrucción al ecosistema sin que haya sanción alguna a los involucrados, afirmó el diputado del PAN, Héctor Saúl Téllez.

Con el nuevo cambio del trazo de esta obra insignia del gobierno federal, abundó, no es nuevo; pero con la gravedad de que la obra de construcción del viaducto elevado ya registraba avances, los cuales representan el dispendio de recursos púbicos; pero además, un lamentable ecocidio en la zona.

“Como resultado de este cambio de trazo de la ruta del Tren Maya en el tramo Cancún-Playa del Carmen y la cancelación de los trabajos que ya se tenían avanzados deja como saldo 20 mil árboles talados y 478 millones de pesos invertidos tirados a la basura”, sentenció.

Téllez Hernández aclaró que de acuerdo a información del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), fueron siete mil árboles trasplantados y 14 mil talados, así como 478 millones de pesos invertidos en el tramo referido.

Consideraciones económicas

Como Secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, el legislador dijo que se observa que el gasto que se ha venido ejerciendo desde sus inicios en el 2019 para la construcción de este proyecto, los recursos tienen un manejo desordenado, desaseado y con falta de planeación.

“Aunado a esto, este año se premia al proyecto con un aumento en su presupuesto prácticamente del doble del que tenía en el 2021, es decir, de 62 mil 942 millones de pesos. Esto resulta injustificado y desproporcionado si se toma en cuenta que, según reportes de FONATUR, el avance físico de este proyecto ronda apenas hacia el 20% de avances”, señaló.

Sostuvo que según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al Tercer Trimestre del 2021, esta obra lleva ejercido 23 mil 866 millones de pesos, lo que representa un 64% del presupuesto aprobado para el 2021.

Agregó que este proyecto tiene programado un costo total de 161 mil 356 millones de pesos, de los cuales, únicamente llevan ejercidos un 19%.

Por otro lado, continuó, no se tiene conocimiento del documento de estudio de impacto ambiental para que la obra arrancara.

“Conforme al Artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y su reglamento en materia de impacto ambiental, obtener una Autorización de Impacto Ambiental es condición para el inicio de una obra. La misma Ley establece en su artículo 35, que la solicitud debe negarse cuando “a) Se contravenga lo establecido en esta Ley, sus reglamentos, las normas oficiales mexicanas y demás disposiciones aplicables”, expuso.

Al respecto, Téllez Hernández mencionó que el proyecto Tren Maya contraviene las disposiciones normativas en materia de Áreas Naturales Protegidas puesto que el trazo atraviesa por cuatro de ellas.

“Otra consecuencia a la que seguramente se enfrentarán las comunidades y pueblos originarios que habitan esas tierras será la escasez de agua producto de la deforestación, y al respecto FONATUR no ha señalado las medidas de mitigación que tienen contempladas para hacerle frente a estas afectaciones”, aclaró.

Consideró que los responsables de estas malas decisiones deben de afrontar las consecuencias, para que de esta manera se desprendan las responsabilidades administrativas y en su caso penales. Por ello, la Secretaría de la Función Pública debe iniciar una revisión de las contrataciones para la obra, los tiempos de entrega, así como revisar en conjunto con las autoridades ambientales los impactos de la deforestación de 20 mil árboles

“La necedad de continuar con un proyecto altamente costoso, sin impacto positivo en los recursos naturales, sin un claro impacto social, dejan diversas interrogantes, pero sobre todo, deja al descubierto que el Tren Maya carga consigo una larga historia de irregularidades, dispendio y corrupción”, concluyó.