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En una de sus ocurrencias, el presidente Andrés Manuel López Obrador mandó llamar a sus queridas “corcholatas” a Palacio Nacional y para la foto, el de Tepetitán se colocó enfrente, así como enviar el mensaje de que aunque cada vez le falta menos tiempo para finalizar su gestión, esta errada y llamada cuarta transformación, todavía tiene el control y él es quien concentra el poder.

Como siempre, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, le hizo al secretario de Relaciones, Marcelo Ebrard, la cara más larga que pudo, en señal de disgusto de que todavía el canciller está imbuido en la carrera presidencial y gana día a día, más adeptos; es más, se dice que el canciller es el candidato de los aspiracionistas. ¿Será?

Bueno, de qué tamaño sería el enojo de la señora Sheinbaum, que sin importarle guardar la menor norma diplomática, le volteó la cara al titular de la SRE, a quien por cierto, no le interesa en lo más mínimo la molestia de la flamante funcionaria capitalina.

A lo mejor, la jefa del Gobierno de la CDMX supone que ya tiene suficientemente rebasado ni más ni menos que al flamante secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien pese a ser el “caballo negro” de López Obrador, va muy abajo en las encuestas con eso de que no confía en nadie y menos si se trata de mujeres, y se ve difícil que pueda revertir tendencia, por eso hasta le sonrió y le hizo la plática “tirando de a loco” al canciller Ebrard.

Pero lo más probable es que el enojo de Sheinbaum responda a que el titular de la SRE, va avanzando y bien incluso, por las “exbenditas redes sociales”, mientras de la jefa de Gobierno viola una y otra vez la ley electoral y se placea por todo el país, básicamente en los estados a los que llegará a gobernar Morena, como fue el caso este fin de semana de Oaxaca, a donde estuvo acompañada todo el tiempo por el gobernador electo, Salomón Jara, su esposa y hasta el mandatario estatal saliente, Alejandro Murat.

Pese a lo anterior, es un hecho que Claudia Sheinbaum no es conocida en el interior del país, por eso, apuró el paso y de Oaxaca, se fue a Campeche, a donde fue recibida por la gobernadora Layda Sansores, que se la pasa en el “show”.

Bueno, ya tan metida está la funcionaria capitalina en su adelantada campaña, que informó que contrató ni más ni menos que a Antonio Gutiérrez-Rubí, que para mayor referencia, es el publicista que llevó a Colombia al primer presidente de izquierda, Gustavo Petro.

El caso es que estas tres “corcholatas”, fueron distinguidas con la invitación presidencial a la reinauguración del recinto parlamentario, otra convocatoria más, por cierto, a la que no fue requerido el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal, quien ya se encuentra “deshojando la margarita” que medirá su permanencia en Morena, ante tanto desaire recibido por parte del tabasqueño, con todo y que el zacatecano se ha distinguido por manifestar su apoyo a las iniciativas presidenciales, sin embargo, ante la víscera presidencial, tal parece que nada funciona.

También estuvieron en dicho recinto, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara Alta, Olga Sánchez Cordero, en la cuenta regresiva para que deje ese cargo, que se tomó “selfies” junto a todas las pinturas que visten el lugar, pero no solo, ahí estuvo ni más ni menos que la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, que no dijo “ni Pío” sobre el rescate de los 10 mineros del pozo de carbón de Agujitas, en Coahuila.

Aquí hay que recordar cuando la flamante funcionaria, dijo que no se presentaba en el lugar de esta tragedia porque ella no era experta y a tres semanas de distancia, solo la coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez ha tenido que sacar la cara para decir que especialistas internacionales han aprobado la estrategia que ha seguido esta errada y llamada cuarta transformación para rescatar a dichos mineros.

Sobre este mismo tema, hoy, algunos de los familiares de los mineros en Sabinas, empezaron a retirarse del campamento con una profunda tristeza al ver que este caso ha quedado relegado a un muy secundario lugar porque ahorita el inquilino de Palacio Nacional, se ha “colgado” de otro expediente, el de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa; la aprehensión del extitular de la PGR, Jesús Murillo Karam y de la liberación de Rosario Robles.

MUNICIONES

*** El vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, José Narro Céspedes, sigue buscando ocupar el lugar que dejará vacante Olga Sánchez Cordero. Tiene esperanzas de lograrlo, pues considera que es el candidato de un buen número de senadores de Morena que pertenecen al ala de los duros en ese partido, sabedor que tiene frente a sí al senador Alejandro Armenta Mier, que sería el candidato de los legisladores seguidores del presidente de la Junta de Coordinación Política de esa instancia legislativa, Ricardo Monreal. Dividida en dos la bancada del partido oficial en la Cámara alta, Narro Céspedes ofreció una conferencia de prensa ayer en la que señaló que el expediente de los marinos desaparecidos en Acapulco, Guerrero, cuando él visitó el puerto, es una campaña en su contra para que no alcance dicha posición. Aclaró que en ningún momento él solicitó a la presidenta municipal de Acapulco, Adela Román, que le diera escolta; que el vehículo en el que los marinos se transportaban, no era de su propiedad y se puso a las órdenes de las autoridades que investigan estos desafortunados hechos. Además, el senador Narro informó que presentó un par de denuncias ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la propia FGR por la filtración de información contenida en la carpeta de investigación sobre la desaparición de dos marinos que supuestamente le fueron asignados para su protección. Específicamente, el legislador señaló: “nosotros nunca solicitamos a los marinos, que los marinos nunca estuvieron bajo nuestra responsabilidad y que el vehículo que ellos portaban, como inicialmente lo aseguraba el propio Secretario de Seguridad Pública de Acapulco, es un vehículo que nosotros nunca conocimos ni es de nuestra propiedad ni tenemos nada que ver con él”.     

*** Y como al presidente López Obrador no le gusta que le digan sus verdades, ahora se dedica a atacar a legisladoras como la senadora panista Kenia López Rabadán, quien en su “Contramañanera” señaló que ante la ola de violencia que se registra en todo el país y la falta de estrategia para su combate y erradicación, es evidente que el Gobierno federal le ha entregado el control al crimen organizado y cada día es más claro que el Presidente prefiere mentir a solucionar los problemas”. La verdad no peca, pero incomoda.

morcora@gmail.com