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Crisis en PF y AMLO, se relaja con beisbol

¡Vaya, vaya!, lo que es no tener dimensión de lo que acontece en el país. Resulta que en medio de la primera batalla campal de elementos de la Policía Federal que se resisten a ser obligados a pertenecer a la tan llevada y traída Guardia Nacional, que tiene que estar lidiando en condiciones verdaderamente deplorables de sobrevivencia en varios estados de la República, el presidente Andrés Manuel López Obrador todavía tiene tiempo de relajarse e irse a practicar su deporte favorito, el beisbol, así, como si no estuviera pasando nada, dejando esa bomba de tiempo a su secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, que por más que hizo, no pudo apagar el fuego amenazante que dejó la justificada inconformidad de los elementos que a fuerza y violando sus más elementales derechos, son transferidos a la Guardia Nacional.

La amenaza está latente y para hoy, los integrantes de la PF están convocando a un paro nacional porque el gobierno de la llamada cuarta transformación, no les respeta en lo más mínimo sus derechos laborales. ¡Cuántas veces hemos visto ese escenario arbitrario y cerrado desde que el tabasqueño llegó a la presidencia de la República y que actualmente se conoce como “austericidio”.

Muy orgulloso, el fin de semana pasado, en el Campo Marte, López Obrador puso en marcha a la Guardia Nacional, acaso sin saber que el conflicto se detonaría. Sin embargo, los que sí advertían este riesgo, eran los integrantes de organizaciones sociales como Causa Común, de María Elena Morera, que en su momento, impugnaron la Guardia Nacional porque veían la militarización del país.

Efectivamente y como lo asegura la propia Morera, los elementos de la Policía Federal, no son macetas que puedas acomodar a donde se te dé la gana en el momento en el que quieras y lo cierto es que el propio presidente atizó ese fuego con sus declaraciones en las que, -sin pensar antes de hablar-, lanzó: “si por mí fuera, yo desaparecería al Ejército y lo convertiría en Guardia Nacional”, según él, para garantizar la seguridad.

Esto le ocasionó al jefe del Ejecutivo que en las filas del Ejército Mexicano, más de uno arqueara la ceja  pues dichas declaraciones provinieron ni más ni menos que del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

Además, es conocido el añejo enfrentamiento entre el Ejército mexicano y la policía; pero la molestia fue aún mayor cuando el tabasqueño completó su declaración, que no pasó de ser una ocurrencia, en este caso, utópica, pero dicha en el peor momento: “declararía que México es un país pacifista que no necesita Ejército y que la defensa de la nación, en el caso de que fuese necesaria, la haríamos todos”. Aquí cabría preguntar: ¿todos, quiénes?

El caso es que ayer, la bomba de tiempo estuvo a punto de explotar e incluso, puso en entredicho a los mandos de la GN, que fueron anunciados en sus puestos con tanto “bombo y platillo”.

Cómo olvidar cuando el tabasqueño nombró como jefe de la GN al general en proceso de retiro,  Luis Rodríguez Bucio, que aquel día de abril pasado, palabras más, palabras menos, dijo que no tenía mucha idea de lo que iba a hacer en su nueva responsabilidad. Con lo visto ayer, se nota que sigue sin tener la más mínima idea de lo que hace al frente de la Guardia Nacional.

Las protestas por parte de los integrantes de la Policía Federal, empezaron al filo de las tres de la mañana y unas horas más tarde, se apersonó en el Centro de Mando de Iztapalapa, Patricia Rosalinda Trujillo Mariel, perteneciente de la Coordinación Operativa Institucional, precisamente por parte de la PF a la que AMLO “vendió” con una serie interminable de diplomados y títulos que no le valieron porque fue recibida con “música de viento”, empujones y abucheos.

Tuvo entonces que ofrecer conferencia de prensa el mismísimo Durazo Montaño, pero tampoco funcionó mucho pues los elementos de la Policía Federal coincidieron en que se quedaron prácticamente en las mismas.

Como lo anotó María Elena Morera, lo que se dejó ver con este conflicto, es una primera reacción del gobierno hacia los policías y la actitud no ha sido la mejor, “los quieren correr sin darles ninguna prestación. Esto se veía venir porque muchos Policías Federales escribieron a Causa Común pero el gobierno no tomó nada en cuenta”.

Y para rematar, en la sesión de la Comisión Permanente, entró en acción la “aplanadora” morenista para evitar que el secretario Durazo, comparezca para explicar esta evidente crisis de consecuencias impredecibles.

La oposición también demandó que se presentara a comparecer la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pero es por demás evidente que la responsable de la política interna del país, no tiene ni la más remota idea de lo que ocurre más allá de su nariz.

MUNICIONES

*** Para el senador panista, Gustavo Enrique Madero, el populismo del presidente ha generado una división social como no se veía desde hace años ya que, en siete meses de gobierno, López Obrador ha generado una sensación de incertidumbre en gran parte de los agentes económicos del país. Agregó el chihuahuense que las controvertidas decisiones del presidente son el principal motivo del escepticismo que se percibe, como lo es principalmente la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.

*** Juan Ramón Alcalá Pignol, administrador central de Operación Aduanera de la Administración General de Aduanas ha sido señalado por ordenar la inspección de los bienes bajo resguardo dentro de los Recintos Fiscalizados del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hecho que, de acuerdo con el Artículo 144 fracción IX de la Ley Aduanera, dicha función es exclusiva del titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico, en este caso, de Carlos Manuel Urzúa. Según se sabe Alcalá Pignol habría ordenado a la empresa Aeroméxico de Andrés Conesa y a Almacenes Fiscalizados, de Gustavo Déctor, permitir el ingreso a las instalaciones con el fin de inspeccionar y tener un mayor control y vigilancia de las mercancías que se encuentran en los recintos fiscalizados. Este hecho, que viola la legislación en materia de aduanas, puso en riesgo algunas de las mercancías, como por ejemplo, los medicamentos que se resguardaban, ya que haber interrumpido el proceso de tratamiento de los fármacos, pudo representar una pérdida de mercancías cercana a mil millones de dólares. Alcalá Pignol quien hasta julio del 2016 fungía como integrante del Estado Mayor de la Secretaría de Marina, sustituyó a Arnoldo Martínez en la Administración Central del Operación Aduanera el 23 de abril.

morcora@gmail.com