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Uno de los saldos aún no cuantificables de la crisis sanitaria es el impacto que ha tenido el confinamiento en la educación de niños y jóvenes.

Mientras que en otros países el manejo de la pandemia permitió el regreso a las aulas en nuestro país el tema ni siquiera se exploró dejando secuelas en la población infantil tanto en conocimientos como de tipo emocional.

Los que tenemos hijos en edad escolar saben de qué le hablo.

Y es que la pandemia por el coronavirus SARS-COV ha dejado en México una crisis social donde los más vulnerables han sido los niños que han quedado en medio de medidas en extremo restrictivas que los han despojado de tener clases  escolares presenciales que ofrecen además del acceso al conocimiento la convivencia física entre compañeros y maestros, siempre por supuesto cuidando la sana distancia.

Esto ocurrió en Estados Unidos, Alemania, China y Japón por hablar del mundo desarrollado, pero también en países de desarrollo similar como Colombia.

Queda claro que en una pandemia lo primero es la salud, pero en México no se quiso invertir en intentar reabrir escuelas con horarios escalonados con menor aforo de estudiantes que abrían apoyado en mucho los cursos en línea y la aportación clase por TV..

No le digo nada nuevo al comentar que la escuela es como un segundo hogar, y resulta fundamental para que los niños tengan una vida social y educacional plena.

Como le digo, en otros países se tienen clases presenciales sin afectar el derecho a la salud, sin duda ambos derechos humanos.

La parte emocional ha tenido impacto en el aprovechamiento de los niños con las clases a distancia, y especialistas de todo el mundo refieren que las afectaciones por el aislamiento para los menores que permanecen en casa han  sido graves, en lo psicológico, lo social e incluso han detonado males oftalmológicos.

Y más que eso, la educación es un derecho fundamental y proporcionarla es una obligación del Estado Mexicano, y lo que no aprenden los niños en edades tempranas difícilmente lo podrán recuperar. Tan grande es el dilema.

Como le digo, basta voltear a la Alemania de la canciller Angela Merkel donde han regresado las medidas restrictivas para el movimiento de adultos, pero los niños siguen acudiendo a las aulas donde los grupos se restringen a 15 alumnos que van rotando a lo largo de la semana, sin hacer a un lado el apoyo de la tecnología y los cuidados sanitarios.

Los maestros alemanes han reconocido que se tuvieron avances en muchos alumnos con grupos reducidos, y donde los niños regresan a casa a fortalecer sus conocimientos con plataformas en línea, y si bien la carga de trabajo de los profesores en el países europeo es mayor creo que ha valido la pena.

Sin duda es una lección que debemos aprender y no dejar más el tiempo correr, porque como diría el poeta, el tiempo no regresará.

La ruta del dinero

Nada que el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio González se encargó de sepultar el planteamiento de utilizar la reserva del Banco de México para comprar bonos de Pemex, porque la ley no lo permite. Como sea el debate generado en redes sociales y medios especializados sirvió para volver la reconocer la terrible crisis que encara la petrolera con un limitado acceso al financiamiento.