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Ojalá no sea demasiado tarde

Es alentador saber que diversas instancias del gobierno federal, del de Quintana Roo, ONg´s nacionales e internacionales, empresarios y organismos financieros multilaterales articulan un paquete integral para enfrentar en el corto plazo y estratégicamente la plaga de sargazo que afecta el Caribe, en especial la Riviera Maya, una plaga que amenaza dañar el sector turismo y con ello 10% del PIB nacional.

Lamentablemente desde le primer arribo masivo de algas en 2014  las medidas tomadas fueron inconexas, aisladas y dejaron de lado el fondo: el cambio de temperatura de los océanos y la contaminación de los mismos con materia orgánica. El año pasado, entre el estupor electoral y del cambio de gobierno, no fue visible que Rafael Pachiano en Semarnat ni Luis Videgaray Cancillería organizaran alguna medida integrada ante un problema en ascenso. En el actual gobierno tampoco cantan mal las rancheras: la búsqueda de soluciones no salió de Sectur de Miguel Torruco de la Semarnat que lleva Josefa González -las instancias relacionadas en la crisis- sino de Relaciones Exteriores a cargo de Marcelo Ebrard y de Fonatur que dirige Rogelio Jiménez Pons. Es obvio que sin las playas de la Riviera Maya el Tren Maya quedaría mutilado de muerte.

La Cancillería hará un Simposium Internacional a finales de Mayo para establecer acciones regionales de contención, recolección, utilización y disposición del sargazo, así como para ir  afondo en la contaminación de los mares regionales; José Chapur ha puesto a disposición del Simposium el hotel Moon Palace y otros empresarios hoteleros hacen su aporte y soluciones; Fonatur ya recibió de la SHCP la autorización para “bajar” mil millones de pesos para la contingencia, mientras que organizaciones ambientalistas buscan fondos y el BID que encabeza Luis Alberto Moreno analiza financiamiento rápido y puntual.

Pero la plaga crece a tasas estimadas de 3 a 5 veces en volumen por año. Tal vez hayamos reaccionado muy tarde.

Interjet, el rescate

Ese rescate no lo tiene ni Obama. Como se divulgó recientemente, Bancomext que dirige Eugenio Nájera dio un crédito de 150 millones de dólares a Interjet con garantías preferenciales de 1.3 veces el préstamo cuando la empresa lleva cinco trimestres de pérdidas que acumulan más de 2,500 millones de pesos y succionó 150 millones de dólares aportados por la familia de Miguel Alemán en 21018.  Sí la deuda neta de Interjet suma 35,763 millones de pesos (o sea que de cada peso de venta ya debe 12 pesos), entonces se habría obsequiado dinero de los contribuyentes a un empresario que durante el pasado proceso electoral lanzó pestes contra el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador. Ciertamente Bancomext prestó en el pasado cercano dinero a Aeroméxico que lleva Andrés Conesa, a Viva Aerobús de Roberto Alcántara y Volaris al mando de Enrique Beltranena… pero ninguna de tales aerolínea pasa las penurias de un Interjet que su fuese persona pocos bancos le otorgaría una tarjeta de crédito platino.

Cemex, picar piedra

Son notorios los trabajos y contratos que a nivel mundial ha logrado Cemex que dirige Fernando González: desde la reciente colocación de concreto en el gigantesco Continental Automotive de Alemania, la propuesta para reconstruir Notradame, rehacer el malecón de Mazatlán o contribuir a levantar la espectacular plaza Punta Valle en Monterrey. También vender cientos de millones de dólares en activos redundantes y rescata al bisonte americano en México. ¿Un hilo conductor? Se llama trabo continuo e innovación tecnológica.

mflores37@yahoo.es

@mfloresarellano