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Una de las peores características de los funcionarios públicos es la soberbia, creer que todo saben y todo pueden, y cuando fallan, insisten en las mismas recetas e improvisan salidas atropellada pero rechazan toda sugerencia de mejora o propuestas articuladas. Tal es la condición en la oficina de Juan Ferrer, pues el INSABI recibió una propuesta el 22 de septiembre pasado firmada por toda la industria farmacéutica nacional para resolver la crisis de abasto en hospitales y clínicas públicas… pero la ignoró olímpicamente aunque esté comprometido el nombre del presidente López Obrador.

El entonces coordinador de abasto de INSABI, Javier Santaella recibió un documento integrado de 16 problemas detectados en la compra consolidada que se le contrató en 150 millones de dólares a la UNOPS de Grete Faremo, que en un lenguaje cordial y un enfoque intachablemente técnico propone igual número de acciones dirigidas a mejorar la planeación y organización en el proceso de compra, recepción, despacho y entrega de casi 2 mil millones de piezas. Firmaron el documento María del Socorro España por la ANAFAM, Juan de Villafranca por la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos, Arturo Manrriquez por los fabricantes de dispositivos médicos y Carlos Ramos por la Asociación Nacional de Distribuidores médicos.

Las propuestas para resolver la crisis de abasto se resumen en: a) formalizar oportunamente los contratos de compra y distribución; b) programar fechas e entrega por capacidades de almacenes de proveedores e instituciones de salud; c) homologar criterios de recepción y entrega entre UNOPS, INSABI y demás instituciones compradoras; d) que tales instituciones de salud conozcan las cantidades a recibir y evitar errores en las órdenes de entrega; e) que hospitales y clínicas cuenten con sistemas de refrigeración y licencia de manejo de medicamentos controlados; f) contar con documentos que permitan conocer la trazabilidad de medicamentos para garantizar seguridad y efectividad.

Sólo la AMIFF que encabeza Rodrigo Ruiz, donde se agrupan las empresas multinacionales, se negó a firmar el documento de apoyo. Las transnacionales optaron por nadar de muertito e ignorar una crisis industrial que ya igual les quemó los aparejos.

Cambalache sin sentido

Ninguna de estas muy razonables propuestas industriales han sido consideradas por un gobierno de López Obrador que está más interesado en la popularidad que en la efectividad. Lo que hoy cuenta es el juramento a un proyecto, no importan la neoliberales cuantificaciones: el fracasado Pedro Zenteno brinca de Birmex a la banca del subdesarrollo (Nafin) mientras el general Jens Lohmann toma su lugar en una empresa chatarra que no produce ningún antígeno que no se suero anticrotálico.

Así el destino inmediato de la salud pública.

AICM, catástrofe por cables

No es broma. El lunes pasado falló por 10 minutos consecutivos el sistema de aéro ayudas que los controles de SENEAM ofrecieron a media docena de aeronaves que sobrevolaban el valle de México en ese momento. Los pilotos acudieron a su plan de vuelo conforme dicta el reglamento internacional para solventar tales crisis. Nos aseguran que esa falla se derivó de que los servicios de mantenimiento contratados por SENEMAM a cargo de Víctor Hernández simplemente desconectaron accidentalmente la consola maestra… y ¡pum! ¡el caos! Afortunadamente se controló la crisis el lunes. Pero reapareció la crisis este martes con nuevas modalidades que impactaron 20 la operación aérea sobre la CDMX. Sólo es recuerdo que todo este desorden fue oficialmente orquestado para favorecer los vuelos en la terminal de Santa Fantasía.