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Qué cómodo y qué fácil que en su gustadísimo “stand-up” mañanero, de inicio de mes y de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador, haya minimizado la guerra en la que se convirtió la elección de congresistas de Morena, donde se registró, como lo dijo John Ackerman, mecanismos de coacción del voto, trampas y en suma “un intento de asalto a Morena”, pero no, no fue intento; más bien se convirtió en un asalto que nos vino a corroborar que los militantes del partido oficial no se quieren ni entre ellos y lo más curioso, unos y otros se asombran de la corrupción y prácticas sucias e ilegales que hay en ese instituto político. ¿De qué se asustan si son lo mismo?

¿No que en esta errada y llamada cuarta transformación ya no hay corrupción?, ¡qué pena! que el de Tepetitán no la pueda evitar ni siquiera al seno del partido que fundó, así que no le quedó más remedio que aceptar que hubo violencia, aunque ya no sabía ni cómo minimizarla.

Y como un desgastado recurso, López Obrador se remitió a las comparaciones ni más ni menos que con su más odiado enemigo, el expresidente Felipe Calderón, -que se le aparece hasta en la sopa- y de aquella época cuando sorpresivamente, el michoacano resultó ser el candidato presidencial del PAN, aún con la resistencia que abiertamente manifestó quien era en ese entonces, el presidente de la República, Vicente Fox, que junto con Marta María Sahagún, tenían como “delfín” a Santiago Creel, hoy diputado federal que ya se ha autodestapado para el 2024, por cierto, pero ahora la competencia por ser el abanderado de la oposición, está muy cerrada y hay muchos “tiradores”.

Independientemente de que López Obrador utilizó un foro de Palacio Nacional para felicitar a sus incondicionales por la “fiesta democrática”, -según él-, que fue el sucio proceso de selección de congresistas de Morena, surgen varias incógnitas: ¿con qué autoridad moral podrán los legisladores del partido oficial intentar sacar adelante la Reforma Electoral de su jefe?, más aún porque son los seguidores del tabasqueño los que quieren tomar por asalto al INE para ser ellos los que organicen la elección del 2024. Bueno, si en su desaseada dizque renovación de órganos de decisión interna acabaron a batazos y golpes, pues en la presidencial no sería osado señalar que terminarían a balazos y con muertos. ¿Eso es la “fiesta democrática” lópezobradorista?

Pero antes de esa espectacular coyuntura, habrá que seguir muy de cerca cómo estará la guerra entre “corcholatas y corcholatos” para convertirse en el candidato presidencial de Morena. Muy probablemente, los seguidores de unos y otros se enfrentarán en una guerra que iniciará en septiembre próximo, cuando se lleve a cabo el Congreso Nacional de ese belicoso instituto político.

Con todo lo anterior, el líder nacional del partido oficial, Mario Martín Delgado, cuya “brillante” gestión termina en agosto del 2023, aseveró que se había registrado “una jornada cívica” el fin de semana, misma que se había pospuesto desde el 2018 porque no había acuerdos, pero se nota que las “tribus” morenistas no están acostumbrados a concretarlos; de hecho, nunca llegaron.

Sobre la violencia registrada, Mario Delgado acusó a gente extraña a su movimiento de  “reventar la elección” sin dar más detalles. Al igual que su jefe, el líder de Morena definió la violencia “como un tema de conflicto entre militantes”, al tiempo que señaló que hay denuncias de acarreo y de compra de votos que se supone que va a investigar, “porque no vamos a permitir que esas prácticas se incrusten en Morena”. Que alguien le avise a Delgado Carrillo que desde su fundación, ya están más incrustadas.

MUNICIONES

*** El ya muy próximo 5 de agosto y hasta el 26 de ese mismo mes, la coalición legislativa “Va por México”, tendrá lugar el Parlamento Alterno para analizar una Reforma Electoral seria y no las ocurrencias del inquilino de Palacio Nacional. El invitado principal, desde luego, será el consejero-presidente del Instituto Nacional Electoral, (INE), Lorenzo Córdova Vianello. El encargado de hacer este anuncio, fue el coordinador de los diputados del PRD, Luis Espinoza Cházaro, quien reiteró que “la reforma para desaparecer al INE, no va a pasar”. Y es en este punto donde se encuentra el afán del inquilino de Palacio Nacional para minimizar el lodo que de uno a otro lado circuló en Morena en la selección de sus congresistas.

*** Con razón el coordinador parlamentario de Morena en el Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila, ha seguido “pintando su rayita” con respecto a las ilegales y sucias prácticas de ese partido cuya cúpula, es un hecho que le han montado al zacatecano una sórdida guerra para que no sea ni siquiera, aspirante presidencial de Morena, a la que mucho ha contribuido hasta el presidente López Obrador. “Estoy acostumbrado a luchar en la adversidad”, confesó el senador Monreal y confió en salir adelante. No obstante, el también presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, expresó su reconocimiento a quienes participaron, de buena fe el fin de semana en el proceso interno para elegir consejeras y consejeros morenistas. Igualmente, llamó a las y los militantes del partido oficial a mantenerse unidos y a continuar con la lucha por la transformación del país. Muy importante es lo que señaló el senador Monreal por las “exbenditas redes”: “Ustedes actuaron de buena fe, pero ya estaba todo prefigurado, pues se presentaron algunas prácticas que siempre hemos combatido”. Asimismo, agregó que no se debe perder el ánimo, ni el entusiasmo “México los necesita, actuemos hasta el límite de la dignidad”. Exhortó a quienes se inscribieron como candidatos a consejeros a continuar en la lucha, porque “hay muchas personas que tenemos 25 años o más, como es mi caso, y no me desanimo; porque México es mucho más grande que nuestros problemas. Y a ti te necesita, y a mí me necesita”. Al enviar un saludo y abrazo solidario a los militantes de Morena, dijo que este episodio es “de una mala calidad y va a tener que superarse”; por lo que pidió a las y los militantes “estar juntos y caminar juntos (…) no hay que tenerle miedo a nada, ni a nadie”. A ver cómo contestan a este mensaje el inquilino de Palacio Nacional y su fiel escudero Mario Delgado, pues ambos le han metido “piedras” en el camino al senador Monreal Avila.

*** Si Rafael Caro Quintero, aceptó que sea un abogado de oficio el que lo defienda por el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, ¿será que ya tiene asegurado que podría no ser extraditado a Estados Unidos?

morcora@gmail.com