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Sobre aviso no hay engaño, el Big Brother irrumpe de nuevo en el escenario político. El México surrealista nos regala una estampa más de nuestra singular democracia que va de la política ficción a la teoría del compló y ahora a la videopolítica. El arte del engaño.

Un deplorable espectáculo que confirma los niveles de perversión que alcanzó nuestro sistema político a pesar de la alternancia en el poder. Los recientes videoescándalos, dejaron claro que nadie está exento y marcaron la pauta del proceso electoral 2020-2021.

Se abrió el juego, los usos y costumbres de la política nacional enfrentan nuevos desafíos en tiempos de pandemia. La conquista del voto deberá superar la gran desconfianza social en los partidos, las instituciones electorales y los líderes morales.

 El hartazgo ciudadano y la polarización dominan el debate político.

Nadie se salva, principalmente los hombres del poder. La exhibición del video del hermano del presidente Andrés Manuel López Obrador, recibiendo recursos durante al menos un año y medio por parte del operador político del gobierno de Chiapas, David León, para construir la campaña con la que ganó la presidencia en 2018, confirmó la presencia del Big Brother.

El presidente López Obrador dijo que las “aportaciones” que le juntaba su hermano Pío, eran porque su movimiento se apoyaba en la gente. Sin embargo, en 2015 MORENA ya tenía registro electoral y recibieron 120.8 millones de pesos como parte de las prerrogativas que asigna el Instituto Nacional Electoral.

Para el partido en el poder (MORENA) no son ajenas estas prácticas. López Obrador es el político con más videoescándalos asociados a él. Basta recordar el 2004 cuando Gustavo Ponce, ex secretario de Finanzas del Gobierno del Distrito Federal, fue captado apostando grandes sumas en el casino del Bellagio en Las Vegas; El célebre René Bejarano, ex presidente de la Asamblea Legislativa, recibiendo 45 mil dólares​ del empresario Carlos Ahumada; Carlos Ímaz, ex esposo de Claudia Sheinbaum, ex delegado en Tlalpan y Ramón Sosamontes, ex delegado en Iztapalapa, también fueron grabados recibiendo dinero de Ahumada.

Otra historia reciente de los videoescándalos la protagonizó en 2017, Eva Felicitas Cadena Sandoval, diputada local por Morena en Veracruz. Aparece recibiendo medio millón de pesos en efectivo para supuestamente entregarlos a López Obrador. El affaire le costó la expulsión del partido.

Como dijimos, nadie se salva, hay más casos sobre presuntos actos de corrupción en las entrañas de la vida política de México.

En 2004 se publicó una grabación donde se veía a Jorge Emilio González Martínez, alias “El Niño Verde” y a un intermediario de un grupo de inversionistas en la que el entonces dirigente del Partido Verde aceptaba una oferta por dos millones de dólares para la creación de hoteles dentro del corredor turístico de Cancún, Quintana Roo.

También, en 2014, exhibieron a un grupo de diputados del PAN. Reporte Índigo difundió uno de varios videos sobre una fiesta de los legisladores federales panistas, en las que compartieron algunas noches con “bailarinas exóticas” y “damas de compañía”. En el marco de la reunión plenaria que sostuvieron en Puerto Vallarta.

La cámara escondida llegó para quedarse, lo mismo evidencia las alianzas entre narcotraficantes y gobernantes (La Tutoteca), los sobornos con todo y ligas (Carlos Ahumada, Emilio Lozoya) que la fuga de Joaquín “el Chapo” Guzmán.

Las grabaciones se han convertido en el pan de cada día, alentadas por las “benditas redes sociales”, que se han convertido en tribunal para juzgar o salvar personas y causas. Las imágenes respaldan los argumentos y todo tipo de alusiones incluidos los insultos.

“Historias de éxito o tragedia”, que en México ocupan horarios estelares en la televisión abierta y de paga. Personajes que presentan como héroes o villanos, en una cultura política dominada por la desconfianza.

¿Acaso el hartazgo ciudadano demanda la entrada en escena de la videopolítica, para justificar la ineptitud de los corruptos funcionarios o determinar nuestro voto?

Sin duda, algunas manifestaciones de la política tienen aristas y comportamientos que a veces son en extremo cuestionables. Pero cuando se someten a la disección de los medios, estos, más allá de explicar, ayudan a propagar la desilusión o el recelo. Ojo, mucho ojo.

Vericuentos

Vaya tarea que las tribus de Morena le endosaron al Instituto Nacional Electoral con los 105 aspirantes inscritos para la presidencia y secretaría general del organismo. Pasada la primera etapa de depuración, habrá otra del 16 al 22 de septiembre, para dejar a los seis más conocidos y la segunda del 26 de septiembre al 2 de octubre que definirá a los nuevos integrantes de los órganos directivos del partido en el poder. ¡Uff!

@guillegomora