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Los primeros años del Abierto Mexicano Telcel presentado por HSBC quedaron marcados por la llegada de un torneo de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) a la Ciudad de México y el dominio de Thomas Muster, quien levantó el título en las primeras cuatro ediciones del torneo, de 1993 a 1996.

El Abierto Mexicano de Tenis, nombre inicial del torneo, surgió como una iniciativa del entonces presidente de la Federación Mexicana de Tenis (FMT) y su consejo directivo para que México contará con un torneo que impulsara el desarrollo de los jugadores mexicanos, y al mismo tiempo se generarán fondos para fortalecer a la FMT.

México compró los derechos a la ATP del torneo que se jugaba en Maceió, Brasil y así comenzó a construirse una historia que cumple tres décadas hasta el momento. La primera edición del AMT se llevó a cabo del 22 al 28 de febrero de 1993 en el Club Alemán en el sur de la Ciudad de México, sede del torneo sus primeros siete años.

Nació como parte de la categoría International Series (actual ATP 250) y se convirtió en el primer torneo ATP de América Latina. Arrancó con una bolsa de 300 mil dólares. El objetivo era que México contará con un torneo de nivel profesional para que los tenistas nacionales tuvieran la oportunidad de enfrentar a los mejores jugadores del mundo y así ganar puntos en su país para tener una mejor clasificación en el ránking mundial.

Pero el nivel del juego que mostraron los profesionales era alto y eso quedó demostrado con el talento del campeón austriaco en las primeras cuatro ediciones, Thomas Muster, quien venció en 1993 al español Carlos Costa, en 1994 y 1995 a los brasileños Roberto Jabali y Fernando Meligeni, respectivamente, y en 1996 a Jirí Novák de República Checa.

Con una racha espectacular, parecía que Muster no tendría rival, pero en 1997 llegó el español Francisco «Pato» Clavet para reemplazarlo como campeón. Al año siguiente, en 1998, el torneo cambió de fecha en el calendario, de febrero a octubre, edición conquistada por el checo Novák.

Durante su primera década, el mexicano Leonardo Lavalle conquistó en dos ocasiones el título de dobles. En 1993 formó pareja con el brasileño Jaime Oncins y en 1995 triunfó junto al argentino Javier Frana, siendo los únicos títulos para un mexicano en la historia del torneo. Sin embargo, mientras el AMT seguía creciendo con la llegada de una nueva administración, el factor de altitud de la capital mexicana, 2240 metros sobre el nivel del mar, terminó por ser fundamental en la decisión de una mudanza de sede. 
El destino elegido fue Acapulco y el impulso económico vino desde la empresa Mextenis. Después de que no se llevó a cabo la edición de 1999 por logística, el torneo reapareció en el calendario del año 2000 y lo hizo con una nueva categoría, pues obtuvo la ATP International Series Gold (llamada a partir de 2009 categoría ATP 500).

Con la llegada del nuevo milenio y en lo que fuera la edición de despedida en su sede original, el Abierto Mexicano de Tenis vio al argentino Juan Ignacio Chela superar a su compatriota Mariano Puerta para conseguir su primero de dos títulos en México. Por lo mismo recuerda con especial cariño al torneo donde se sintió “como en casa”. “Tengo un gran recuerdo para toda la vida porque fui a jugar la quali, logré la clasificación y terminé ganando el torneo». 

Así se despidió el ATP 500 mexicano de su capital, para dar paso a otros más de 20 años de historia bañados con los colores de Acapulco.