El Papa Francisco decidió derogar toda la liturgia y será enterrado en un único ataúd de madera con el interior de zinc.
Finalmente, el féretro será transportado desde la residencia papal directamente a la Basílica de San Pedro, como deseaba Bergoglio, para ser expuesto a los fieles y celebrar la misa funeral.
El rito funerario suele celebrarse al menos tres días después del fallecimiento, debido al periodo de exposición pública.
La fecha y la hora en que el cuerpo de Francisco será llevado a San Pedro serán decididas por el Colegio Cardenalicio.
El Papa Francisco elegió la basílica romana de Santa María la Mayor para depositar sus restos. Bergoglio solía rezar de hecho en la iglesia del Esquilino, ante un icono bizantino de la Virgen, la ‘Salus Populi Romani’.