La reforma de ley en materia de seguridad que estamos discutiendo el día de hoy, es una propuesta riesgosa, porque que se está entregando el poder civil a un cuerpo militar que ahora no rendirá cuentas desde su actuar a los mexicanos.
En México hay cerca de 100 homicidios diarios, 8 de cada 10 personas no se sienten seguros en su ciudad y el crimen organizado tiene el control del territorio nacional, esta misma guardia nacional, que tanto presumieron como la solución al problema de inseguridad, ha provocado el aumento del 43% en denuncias por violaciones a los derechos humanos y el 70% de sus elementos no están certificados.
El dictamen que se discute es el claro reconocimiento de que está renunciando a ser algo diferente para pacificar el país y quieren tapar sus errores, militarizando la seguridad pública. Quieren darle todo el poder a una corporación con mando militar, sin restricciones civiles. ¿Saben dónde pasa eso? ¿En las dictaduras? Esta ley asume que el conflicto va a ser permanente y por eso no hay alternativas civiles de prevención a la violencia. Morena ve un México donde las balaceras, las masacres, los asaltos en carretera, los desaparecidos, los secuestros y los desplazados son algo normal. Esta es la esencia de su Gobierno.
Y dice estamos claros que la militarización no ha traído paz; ha traído miedo, ha traído abusos y una falsa sensación de control. Tal pareciera que mientras los cárteles se arman, el gobierno se arrodilla.
Mientras la delincuencia organizada impone reglas en colonias y comunidades, a la Guardia Nacional la están utilizando para intimidar a los adversarios, reprimir protestas, vigilar opositores e, inclusive, hasta para impedir eventos culturales.
Desde hace poco más de seis años, a la llegada de Morena a gobernar con su estrategia de “abrazos, no balazos”, lo único que hemos visto es que los abrazos son para los delincuentes y los balazos para los ciudadanos. Hoy son los ciudadanos quienes viven con miedo, quienes viven encerrados en sus casas tras las rejas, y son los delincuentes quienes están libres por las calles.
Ahora vemos asesinatos y balaceras a plena luz del día, muertos en las colonias, en las orillas de las carreteras. Entonces, díganme ustedes: ¿dónde está la estrategia? ¿Dónde están los resultados?
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No es cosa menor que el gobierno de Estados Unidos apunte a Vector Casa de Bolsa como parte de las instituciones financieras que lavan dinero para el crimen organizado, pues está ligada a Alfonso Romo Garza, exjefe de la Oficina de la Presidencia en tiempos de Andrés Manuel López Obrador….
Los señalamientos de la Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro estadounidense apuntan que la firma está ligada al “lavado de dinero asociado al tráfico de fentanilo y otros opioides sintéticos, incluidas operaciones dirigidas por cárteles”, por lo que la coloca como parte vital de la cadena de suministro de las drogas que llegan hasta ese país.
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Como se ha vuelto costumbre, el oficialismo, integrado por los legisladores de Morena y sus satélites del PT y PVEM, aprueban nuevas leyes y reformas, mientras que a la oposición, fundamentalmente PAN, PRI y MC, el único recurso que le queda es protestar.
Así ocurrió nuevamente con la nueva Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, denominada despectivamente por la oposición como “ley censura”, aprobada como muchos otros cambios a las leyes, de noche y luego de dispensar todos los trámites.
En este caso, como es costumbre en medios policíacos, se aplicó el “sabadazo”, pues el asunto se tramitó en el Senado la noche del sábado 28.
En defensa de sus cambios, el oficialismo sostuvo que la nueva ley garantiza un aprovechamiento con “enfoque social” (lo que ello signifique) del uso del espectro radioeléctrico,
El punto central es que con esta iniciativa se crea la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), organismo dependiente del gobierno federal, en reemplazo del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), un organismo autónomo que siempre incomodó a la llamada Cuarta Transformación