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Todo como ordena Andrés Manuel.

 La extinción de los siete órganos autónomos impulsada por Morena se concretó ayer y pasan al control de diversas dependencias del gobierno federal.

  Es decir: juez y parte.

  La venganza del acomplejado, frustrado y demente  tabasqueño fue consumada ayer en el Senado, donde Adán Augusto López Hernández es su personero y Gerardo Fernández Noroña su sirviente.

  Extinguir el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) nada tiene que ver con los mil millones de pesos que se ahorrarán por su eliminación.

 La Casa Gris de Houston, donde José Ramón López Beltrán vivía con la señora que “al parecer tiene dinero” y los contratos de Gonzalo Bobby López Beltrán en las obras del Tren Maya, en los que aparecen sus amigos como Amílcar Olán se conocieron gracia al INAI.

  También los negocios que sostenía Andy, el otro hijo mayor del tabasqueño que hoy es subsecretario de Morena.

  La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena, aunque ya le hayan cambiado el nombre en este gobierno de cuarta) confirmó apenas en junio pasado que existían los contratos.

  Sin olvidar, claro, el fraude de Selagmex, en el que está implicado Ignacio Ovalle, el mentor de Andrés Manuel en sus lejanos años de juventud, y que ronda los 15 mil millones de pesos.

  -Lo engañaron unos priístas maldosos, dijo entonces López Obrador.

   Todas esas corruptelas que les volvieron millonarios de acuerdo a lo que hemos visto -imagínese lo que no se ha conocido- salieron a la luz pública gracias al INAI.

 Hoy, López Obrador, Lopitos, como le dice Vicente Fox Quesada, presidente emanado de las filas del PAN- ha conseguido el objetivo.

 La realidad es que el tabasqueño los odia, principalmente al INAI, porque durante su administración ordenó sancionarle por revelar datos personales del periodista Carlos Loret de Mola y siempre se opuso a que el tabasqueño que ya se fue a La Chingada -su rancho en Palenque, Chiapas- hiciera, como dicen la abuelas, su santa voluntad.

 El vengativo, obsesivo, acomplejado sujeto ha acabado con él.

  Así, el Estado será juez y parte, porque todas los órganos extinguidos pasan a ser dirigidos y controlados por el gobierno.

  Morena y rémoras dicen que lo que se busca es eficientar recursos.

 Los siete órganos autónomos anunciados fueron desaparecidos con el argumento de que cuestan mucho y que despilfarran.

Se trata, además del INAI, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval); la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece); el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT); la Comisión Nacional de Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU); la comisión Reguladora de Energía (CRE), y la Comisión Nacional Hidrocarburos (CNH). 

  Sencillo: hoy están y mañana ya no están.

  Y como Claudia Sheinbaum acata las órdenes de su promotor, entonces no hay modo de que cambie de opinión: lo que dice, lo que ordena el tabasqueño se hace o corre el riesgo de desatar su ira.

 Y podría haber problemas y sanciones, porque  la Cofece y el IFT están contemplados en el Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos (TMEC) y es obligatoria su existencia.

  Y todo, sí, todo, por los millones de pesos que necesita el gobierno para poder entregar sus pensiones, becas y más regalos mensuales o bimestrales… que significan votos y elecciones ganadas.

Vámonos:

Se acabó noviembre. Ya huele a romeritos.

alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex