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Sheinbaum, ¿la heroína del segundo piso?

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Exactamente lo mismo hizo el presidente Donald Trump con México que con Canadá al posponer por 30 días la imposición de aranceles luego de hablar telefónicamente con los mandatarios de ambos países, Claudia Sheinbaum y el saliente Justin Trudeau y la condición para este benévolo aplazamiento es también la misma: reforzar sus respectivas frontera con Estados Unidos para evitar la migración ilegal; incluir a cárteles mexicanos en lista de terroristas y nombrar a un zar del fentanilo.

Lo que llama poderosamente la atención, es uno de los compromisos de Trudeau con Trump: que Canadá también deberá incluir a los cárteles mexicanos en la lista de terroristas, lo que de inmediato fue aceptado por el primer ministro canadiense y hiere en el corazón al oficialismo mexicano.

O sea, el nuevo inquilino de la Casa Blanca tiene agarrados y seguirá apretando, tanto a Sheinbaum Pardo como a Trudeau y se divierte con esa presión que puede ejercer a placer.

El problema es que en México, Morena y sus rémoras pretendieron vender a Sheinbaum Pardo como una heroína que se sabe envolver en la bandera nacional con el fervor necesario y aventarse a donde sea porque no hay precipicio que pueda con ella. Ahí está como “botón” de muestra que ha venido repitiendo la frase de que es valiente porque tiene tras de sí al “pueblo bueno y sabio”. ¿Será?

Pues que alguien le avise que eso es puro discurso porque si se lee entrelíneas, bien puede apreciarse que a la jefa del Ejecutivo ya la doblegaron desde la Casa Blanca, así que eso de que en la Cámara de Diputados, las bancadas del oficialismo que entonaron el Himno Nacional en cuanto se dio a conocer que Trump arremetería con aranceles en contra de nuestro país, no sirvió de mucho; más bien pareció una acción evasiva, o como Morena y sus rémoras acostumbran, dar un espectáculo barato porque no saben qué hacer.

A lo anterior hay que recordar que el flamante secretario de Economía, Marcelo Ebrard, falló, -por lo menos hasta el momento-, en sus intentos de convertirse en el nuevo súper héroe que salva a esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso mientras que respecto al titular de la secretaría de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, se le ha visto con un perfil muy pero muy bajo, lo que le ha ganado críticas y señalamientos.

Cuestión de recordar que durante el primer mandato de Donald Trump, el entonces canciller mexicano, negó cualquier acuerdo en lo oscurito con el entonces presidente Trump y explicó que se había logrado un entendimiento sobre que ambas partes, (México y EU), evaluarían el flujo de migrantes en los próximos meses de ese no tan lejano año 2019.

 Agregó que si el número de migrantes que cruzan la frontera de Estados Unidos no se reducía de manera significativa, ambos países habían acordado volver a comenzar las conversaciones sobre cambios más estrictos a las reglas de asilo regional que podrían tener un mayor impacto.

Es evidente que seis años después, el controvertido Trump ya no tiene la misma paciencia que antes, sobre todo cuando consiguió llegar a la Casa Blanca por segunda ocasión y todo el poder que ello le ha redituado.

No hay que soslayar que el propio mandatario estadunidense, se encargó de “balconear” a Ebrard, poniéndolo como un personaje al que es muy fácil doblar.

Resulta obvio que el flujo migratorio no se va a reducir, entonces, la pregunta que no está de más es: ¿y después de ese mes, qué? La reacción inmediata de la presidenta Sheinbaum, fue reforzar la frontera norte de México con 10 mil elementos de la Guardia Nacional con el objetivo central de frenar, (o intentarlo por lo menos), el tráfico de fentanilo.

Habrá que ver después, en marzo próximo, de qué cuerda tiene pensado estirar esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso y si Sheinbaum, se vuelve a convertir en “heroína”.

morcora@gmail.com

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