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Durante las últimas dos legislaturas se han aprobado reformas que acercan nuevamente al texto de la Constitución Política a su esencia social, afirmó el coordinador parlamentario de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila.  

El senador coincidió con el presidente Andrés Manuel López Obrador, en que “durante un largo periodo de tiempo el texto de la Carta Magna se alejó del espíritu de ésta, pero es igualmente verdadero que, a través del trabajo de las últimas dos legislaturas, se han logrado conquistas legales que la acercan nuevamente a los principios revolucionarios y a su esencia social”. 

En un artículo que comparte en redes sociales, Monreal Ávila destaca que el régimen pasado utilizaba el marco legal a su antojo, para perseguir detractores e impedir el avance de la democracia.  

“Por ello, puedo asegurar que, ante la falta de un gobierno cuyo objetivo sea el bien común, la regencia de las leyes es superior a la de los hombres”. 

Las leyes por sí mismas, enfatizó, no son suficientes para engendrar una sociedad en la que impere la justicia, porque son generales y, por ello, su correcta aplicación depende de la moralidad y la calidad de quienes las imparten. 

Ricardo Monreal enfatizó que la legalidad, cuando los gobiernos no son virtuosos, puede ser utilizada en contra de la justicia. 

Agregó que después de años de luchar por vivir en una sociedad más justa, la situación empieza a cambiar, y “aunque aún vivimos en un país en donde la impunidad es rampante, lo cierto es que la esencia del gobierno es virtuosa, y poco a poco nos alejamos del uso faccioso de la legalidad y nos acercamos a la simbiosis entre el Estado de derecho y la justicia”.  

Se trata, enfatizó el senador, de que ninguna persona se encuentre por encima de la aplicación de la ley, y la ley no pueda estar por encima de la justicia. Una realidad en la que lo legal es justo, y lo justo, legal. 

Por eso, como parte de la transición política que experimenta México, como catedrático de la UNAM y constitucionalista, Monreal Ávila subrayó que nunca dejará de defender a la Constitución Política, pero tampoco será omiso respecto a los abusos que se han cometido y se pueden llegar a cometer al tergiversar su uso y espíritu. 

Recordó que sin la legalidad -y sin los tribunales-, la justicia obedecería más a la ley del talión, que a la intención de resarcir los daños producidos por conductas contra la integridad de las personas.  

Por eso, dijo, la humanidad no puede operar bajo la lógica de “ojo por ojo”, ya que la legalidad, sin ser superior al concepto de justicia, es necesaria para aspirar a alcanzar esta última.