La relación entre ambos está totalmente rota. La señora presidente Claudia Sheinbaum, cuentan en su círculo más cercano, consideró que el “destape” que Félix Salgado hizo de Andy López para ocupar la Presidencia de la República en el próximo sexenio había sido la gota que derramó el vaso de las no pocas desavenencias entre ellos.
Verdaderamente se enojó cuando se percató de que, desde dentro de Palacio Nacional, se alentaba a las nutridas granjas de bots para que le dieran “vuelo” a la especie “Andy 2030”.
Sheinbaum nunca estuvo de acuerdo con el tráfico de influencias, los negocios y la corrupción de los hijos de AMLO, quienes incluso condicionaban que, en las obras del gobierno de CDMX que ella jefaturaba, se utilizara mobiliario urbano y equipos de los llamados “Amigos de Andy”, quienes posteriormente evolucionaron a “El Clan”.
Por eso, tal vez, Andy cuchicheaba en el oído presidencial frases tales como “Claudia te va a traicionar”…
… “es mejor que dejes a tu amigo de toda la vida, a tu hermano Adán Augusto…”.
De esa animadversión surgió la oposición de la señora presidente para que Andy fuese designado por dedazo de su papi como secretario general de Morena.
Tras una ardua negociación con quien todavía ostentaba la Presidencia, ambas partes cedieron ante la posibilidad de que López Beltrán ocupara la cartera de Organización de las dispersas e ingobernables tribus guinda, herencia mayoritaria del PRD.
Entre Claudia y Andy no hay reconciliación posible.
¿Será que por ese hilo se descoserá la media?
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Nacida como Contraloría General de la Federación, tras la mentirosa campaña de Miguel de la Madrid de que en su gobierno se atacaría frontalmente a la corrupción, esta dependencia del gobierno federal ha cambiado de nombre, según mudan los partidos en el poder, brindando una muestra más de la carencia de institucionalidad que hay en México.
Había, empero, quien le llamaba Descontraloría Federal de la Generación durante el salinato de itamitas empoderados, prácticamente coetáneos.
Cuando llegaron los panistas al poder, Francisco Barrio dijo que pescaría tiburones… y no sacó del profundo océano de la corrupción salinista y zedillista ni un méndigo charalito, porque las acusaciones en contra del “hermano incómodo” Raúl Salinas eran de carácter político.
Rebautizada por el corruptísimo peñato como Función Pública, nada funcionó ni en pública ni en privado en contra de “la nueva generación del PRI”, que resultó la más ratera desde la época de Miguel Alemán, a quien superaron con creces.
Para AMLO, ni siquiera existió. Merced al pacto establecido con EPN, lo más destacado fue que su primer titular no declaró algunas de sus varias propiedades inmobiliarias.
Otra vuelta a la noria, ahora se llamará Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno.
¿Les cái?
Si de verdad fuesen congruentes, la llamarían “Tapadera de las transas de la Cuarta Transformación”.
Para estar a tono con estos tiempos.
¿O si van a proceder contra funcionarios que revelaron a los miembros de “El Clan” información privilegiada?
¿La titular, Raquel Buenrostro, para empezar?
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La presidente Sheinbaum va al frente. La sigue una cauda de cuatroteros de todos los niveles. La oportunidad la pintan calva y es momento de lanzarse en contra de quien les escamoteó la oportunidad de iniciar la 4T desde 2006.
Felipe Calderón “es un cínico”. “Debe pedir (sic) perdón”, dijo en su matiné de este jueves la nueva estrella del espectáculo.
Y sí hay que exigir que el expresidente expanista diga por qué desoyó lo que muchos le decían en su despacho de Los Pinos.
Aunque eso de ofrecer disculpas ya lo veo muy cuesta arriba, tratándose del enorme ego que cultiva el acomplejado Calderón.
@AndySKBrown1