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Como si las relaciones diplomáticas, políticas, migratorias, comerciales, financieras de México con sus vecinos del norte fueran románticas, de noviazgo, López Obrador pidió ayer darse una pausa en su relación con los embajadores de Estados Unidos y de Canadá.

— Lo nuestro no puede seguir así –habría pensado AMLO decirle a Ken Salazar–. Necesitamos darnos un espacio. Repensar nuestra relación.

— Pero, AMLO, lo que te dije es verdad. Con tu nueva toga judicial se te van a encaramar los maloras, y ese maquillaje reformista te deforma, asusta a los inversionistas –diría Ken.

— Nunca me habías tratado así –respondería López–. Antes me tratabas bien. Hasta presumías nuestra buena relación. ¡Contigo no se puede, Ken! ¡Necesito mi espacio!

— No te pongas así, mi tabasqueño favorito. Piénsalo bien. No te conviene ponerme en pausa.

— Ya lo se. Pero no eres tú, Ken. ¡Soy yo! –habría dicho AMLO.

Habrá esperar a ver cuando se le antoja volver a ponerle en play.

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Los morenistas no tienen otra salida que no sea la de amenazar con entablar juicio político en contra de aquellos que no comulgan con su pensamiento o acciones.

La semana anterior, en el INE, el veracruzano Sergio Gutiérrez le enseñó los dientes al consejero electoral Martín Faz y le advirtió que podría llevarlo a juicio político, lo que de inmediato provocó que el resto de quienes estaban sentados en la llamada “herradura de la democracia” reconvinieran al representante de Morena y se solidarizaran con Faz.

Ayer, López Obrador deslizó que podría llevar a la ministra presidente de la Corte, Norma Piña, ¡a juicio político! por no dar trámite a la denuncia fiscal en contra de Ricardo Salinas Pliego.

Un juicio político es un juicio penal con implicaciones políticas. Cuando el juicio se lleva a cabo sin las garantías mínimas del estado de derecho, cuando las mayorías oficialistas controlan el Legislativo y a ellos los controla el Ejecutivo el juicio político es la expresión de un sistema totalitario o autoritario, donde la administración de justicia en su conjunto es política.

No buscan la justicia, persiguen la grilla.

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¿Cuántas veces la familia Monreal va a pelear la jefatura de la alcaldía Cuauhtémoc?

Conteos y recuentos, impugnaciones… y ¡otra vez! el parcial Tribunal Electoral capitalino va ahora por la anulación de los comicios dizque porque la ganadora Alessandra Rojo de la Vega ejerció violencia de género en contra de la perdedora Catalina Monreal.

La argucia es fácil de desmontar, porque la violencia política de género se da cuando un varón se refiere despectivamente a una mujer. O viceversa, cuando una señora hace los mismo con un señor.

El caso prototípico fue el de AMLO con sus referencias misóginas a Xóchitl Gálvez.

Aquí las contendientes fueron mujeres. Y lo que haya dicho Rojo de la Vega de Monreal no tipifica como el delito argüido.

¿Cuántas veces más pelearán los Monreal lo perdido?

@AndySKBrown1