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En su momento, Andrés Manuel López Obrador atacó la construcción del NAIM tachándole de proyecto faraónico en medio de un mar de pobreza, pero no es novedad la negativa a la infraestructura mayor: la padeció John F. Kennedy con el Programa Apolo, al igual que las negativas que hábilmente superó Johann Schneider-Ammann para que los suizos aceptaran el túnel ferroviario San Gotardo, el más largo de Europa que costó 7.1 mil millones de euros.

Ahora, en la parte alta de la pandemia y con una recesión a cuestas, los dos proyectos de infraestructura que involucra trenes mas importantes de esta administración, el Tren Maya a cargo de Rogelio Jiménez Pons y el Corredor Transístmico que coordina Rafael Marín Mollinedo, son objeto de críticas similares: que sí son gastos suntuosos para la gloria política, que sí es más necesario invertir en salud y combatir la pobreza que viajar a la luna, que se debe posponer aquellas obras que no son esenciales… o incluso se corren acusaciones interesadas -como ya sucedió con otras obras- que torcidamente les cuelgan el Sambenito de la corrupción.

Todos los proyectos estratégicos, sólo avanzan y perduran cuando convencen de su valía: el efecto positivo de El Tren Maya y el Corredor Transístmico es visible desde la iniciativa de incorporar a los propietarios de la tierra y a las empresas locales a participar no sólo a la construcción sino también a la ola de servicios que traen aparejados los trenes. Vaya, es inexplicable el largo e histórico crecimiento de EU, de Europa y buena parte de Asia, sin trenes modernos y eficientes.

Negar ambos proyectos es negar un mejor futuro para millones de personas que viven en regiones secularmente empobrecidas. Ni el Tren Maya ni El Transístmico son perfectos; de entrada deberán adaptarse al profundo reacomodo de los flujos de turismo y de comercio mundial post-Covid, amén de afianzar consensos políticos en sus respectivas regiones. Pero su ejecución tiene una ruta clara -como toda la infraestructura mayor- que es el desarrollo sostenible.

Estafa contra Multiva

Recientemente salió a la luz información relacionada a una banda rumana dedicada a la clonación de tarjetas en la Rivera Maya que, supuestamente, habría robado la información de tarjetas de crédito y débito de turistas que utilizaron una red de cajeros llamada comercialmente “intacash” y que usaba la marca de Multiva que preside Javier Valadez. Al parecer Banco Multiva, nunca recibió ni tuvo señales de que dicha red de cajeros operara de manera irregular, lo cual se ha hecho público a través de distintos medios de comunicación. Hay que recordar que el delito de robo de identidad y clonación de tarjetas, es un fenómeno que opera a nivel mundial y ante el cual nadie debe descuidarse.

Ay Jalisco, no te rajes… y construye

Más allá de los sainetes políticos, el esfuerzo de los gobiernos federal, estatal y municipal se materializó al finalizar la modernización de llamado Entronque Acatlán (llamado el Kilómetro 40) en Jalisco, cuyo estudio y proyecto ejecutivo fue asignado por Banobras, que dirige Jorge Mendoza, a la compañía Orva como concesionario de la estratégica autopista Guadalajara-Colima. La compañía que dirige Juan Manuel Orozco y Orozco logró una solución que aminora la carga vehicular y reduce los riesgos de colisión, con lo que ya suma 600 proyectos que favorecen al transporte, al comercio y a los consumidores.

Vila, sigue en primero

Ya ni es novedad, pero el hecho es que conforme a Consulta Mitofsky y C&E Resarch, el yucateco Mauricio Vila lleva desde agosto de 2019 como el gobernador que registra la mayor aprobación de sus gobernados, seguido ya sea por el sinaloense Quirino Ordaz, el queretano Francisco Domínguez, Sinhue Rodríguez y Claudia Pavlovich. EN Morena, que quién sabe quién dirija, deben ser cuidadosos para 2021 pues sus gobernadores tienen aprobación de media tabla para abajo