El expresidente Ernesto Zedillo vino a México a hablar de “Derecho”, de los peligros que corre el país con la aplicación de un Poder Judicial que no tiene pies ni cabeza, pero que si atenta contra la democracia mexicana.
Fue ante la Barra Internacional de Abogados y se refirió en forma directa a la importancia del Estado de Derecho para bue una sociedad alcance su máximo potencia, particularmente en los países latinoamericanos.
Y fue claro Zedillo al precisar que el Poder Judicial “enterrará la democracia mexicana y lo que quede del frágil Estado de Derecho.
Y dice que el Poder Judicial será arrasado y aclaró que López Obrador está frustrado por no tener una Corte sumisa a sus intereses. Pensaba que lo que pretendía el Ejecutivo, tenía que aprobarse aunque estuviera fuera de la ley.
“La intención es arrasar con el Poder Judicial como entidad independiente y profesional y transformarlo en un servicio de quienes detentan y concentran el poder político”, alerta el expresidente.
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a palabra “desnuda” me parece demasiado elegante para calificar lo sucedido en el ámbito político en los pasados días. La palabra “encuerada” me parece una voz más exacta, más descarnada. Vimos todos los viejos usos de la política mexicana, en buena medida priista, refuncionalizados y aumentados. Los clásicos: compras, amenazas, uso de presiones, ofrecimientos; y nuevos, el presidente López negando lo que estaba a la vista o bien diciendo que no sabía lo que había sucedido. El pasado está aquí, nunca se fue, sólo creímos que nos habíamos vuelto más respetuosos de las leyes.
La política se trata de poder, de quien lo tiene y quien no. Se vale hacer todo… en el marco de la ley, pero cuando no hay una vigilancia efectiva y se carece de Estado de Derecho, es decir, cuando alguien es tan poderoso, como el actual presidente, se vale todo. Y todo es todo. No hay contrapesos efectivos en el terreno de la política, no hay una ciudadanía mayoritaria en desacuerdo. El gobierno tiene un cheque en blanco.
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Desapercibido para el 85 aniversario de Acción Nacional, partido muy respetable, pero que ha ido perdiendo esa presencia, que se inició con la superficialidad del guanajuatense Vicente Fox que llegó con el gran respaldo del grupo San Angel, pero tiro a la basura ese trabajo.
Y así llegó el turno para Felipe Calderón que sacó a las calles al Ejército para combatir a los narcotraficantes, pero lo hizo sin un respaldo de un programa de inteligencia, haciéndole caso a García Luna.
Pero lo peor no había llegado, pues ese sainete que vimos la semana pasada entre el líder del PAN Marko Cortés y Miguel Ängel Yunes Linares a quien calificó de “traidor”, por haber firmado la iniciativa para desaparecer el Poder Judicial.
Por lo mismo, dice que fue un penoso aniversario, no obstante ser la segunda fuerza política del país. Todos los panistas esperan el camino de la renovación de su dirigencia nacional, que ha sido convocada para noviembre, pero todo indica que el liderazgo será para la mafia que controla la delegación Benito Juárez. Este es el escenario para ese partido.
Este partido que se ha cerrado a la militancia del pueblo, pues apenas si tiene un poco más de 350 mil actos. Muchos la ven como opción sólida y confiable, pero hoy surgen muchas dudas, pues esperan un cambio radical, con consejo en donde participen esos políticos que durante muchos años dieron verdaderas batalla en contra de los grupos que impiden el bueno gobierno del país.
A dos meses de haberse realizado las elecciones presidenciales, de diputados y senadores. Pero pronto se les cruzo legislar sobre la desaparición del Poder Judicial y surge la traición del veracruzano Miguel Angel Yunes Márquez y de su papá.
Al final no fueron 43 senadores de la oposición ni actuaron en congruencia. Las fisuras surgieron en el PAN y en MC, dos formaciones partidistas que han entrado en franca disputa por el mismo segmento de las clases medias, el mismo segmento del electorado.