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Apenas la semana anterior, el grupo parlamentario del Partido Acción Nacional no quiso sesionar y en conjunto se abstuvo de asistir al Salón de Plenos. Pero este martes, por el contrario, el mismo grupo propuso ante la Junta de Coordinación Política la celebración de las sesiones que quedan al actual periodo ordinario, mediante trabajo parlamentario a distancia, es decir, con el uso de las herramientas cibernéticos que permitan mantener en activo al Senado.

Empero, en el artículo 68 de la Constitución Federal se establece que, de inicio, “las dos Cámaras residirán en un mismo lugar y no podrán trasladarse a otro sin que antes convengan en la traslación y el tiempo y modo de verificarla, designando un mismo punto para la reunión de ambas. Pero si conviniendo las dos en la traslación, difieren en cuanto al tiempo, modo y lugar, el Ejecutivo terminará la diferencia, eligiendo uno de los dos extremos en cuestión. Ninguna Cámara podrá suspender sus sesiones por más de tres días, sin consentimiento de la otra.”

Para que alguna de las Cámaras pueda optar por algún lugar o modo de sesionar, siempre será por consentimiento de ambas. Y, lo más importante, que en caso que quisieran optar por algún medio extraordinario (medios digitales) se tendrá que reformar la Constitución Política, la Ley Orgánica del Congreso y el Reglamento del Senado.

En un análisis de la propuesta de los panistas a la luz, en estos momentos no podría ser viable en estos momentos, pues se requiere de reformas profundas que mantengan el Estado de Derecho, por un lado, la concordancia con el trabajo de ambas Cámaras por el otro y con las facultades que tiene el Poder Ejecutivo Federal para emitir leyes y decretos.

Ese proyecto del PAN está incompleto, porque deja fuera las decisiones y opiniones que al respecto pueda tener la Cámara de Diputados, misma que está en receso por acuerdo con su Pleno y Mesa Directiva, que encabeza la diputada Laura Rojas.

De manera independiente al desarrollo de las sesiones, se requiere dar certeza jurídica a los trabajos que desarrolla la Junta de Coordinación Política, desde luego, pero también la Mesa Directiva con todos y cada uno de los  integrantes y, para no variar, las Comisiones del Senado que dan sustento a los dictámenes de las leyes y reformas que cada una de ella tiene en estudio, en análisis y debate.

En síntesis y por ahora, no es viable desarrollar en el Senado de la República el trabajo virtual que ha sido propuesta por uno de los Grupos Parlamentarios, además, entre los jurisconsultos legislativos es bien sabido que la regulación de las sesiones plenarias virtuales debe considerar reformas constitucionales, legales, reglamentarias , que sean aplicables al Congreso de la Unión e, incluso de la propia Comisión Permanente.

  El Reglamento del Senado establece en sus artículos 49 al 57, el tipo y las modalidades de las sesiones, y en ninguno de ellos se determina algún modo para llevarlas a cabo.

El punto central es el modo en que se llevarán a cabo todas las sesiones, toda vez que reformar la Constitución Política, la Ley Orgánica y el Reglamento del Senado, dejará en claro que se tengan otras opciones a la vanguardia de la tecnología con las que hoy se cuentan. Ello, siempre considerando que se cuenten con los recursos.

Y ya que se realizó la sesión ordinaria de este martes en el Senado, más allá de las 14:00 horas, mediante un acuerdo de la Mesa Directiva, se acordó que las y los senadores, una vez que hayan registrado su asistencia, si así lo determinan por su situación de riesgo, podrán ubicarse en sus oficinas o donde ellos estimen pertinente.

En ocho puntos, desglosan los medios y mecanismos para sesionar, mientras tengan que hacerlo, entre los que destacan que, dentro del pleno no deberá permanecer personal que no sea indispensable, a efecto de asegurar las medidas de sana distancia recomendadas por la Secretaría de Salud. Es más, por grupo parlamentario, solo tendrá ingreso un asesor.

¿Qué más? ¡A cuidarse, señores y señoras!!

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Y senadores del Grupo Parlamentario del PAN, ante pronunciamientos del Gobierno Federal que no llevan a ningún lugar, plantean una ruta para liberar de inmediato más de medio billón de pesos y destinarlos a la compra de ventiladores, pruebas y medicinas, así como a apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas, con el objetivo de mantener los ingresos de empleados y trabajadores independientes.

En ese sentido, propusieron posponer las obras de la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y las sucursales del Banco de Bienestar (126 mil millones de pesos); usar el fondo de contingencias (150 mil millones de pesos), y reasignar el 4 por ciento del presupuesto (244 mil millones de pesos) para destinar 520 mil millones de pesos para enfrentar la crisis generada por el Covid-19.

Con ello, afirmaron, se podrían destinar 64 mil millones de pesos a salud (50 por ciento más del presupuesto total asignado para este año) y 456 mil millones de pesos a defender el empleo de los hogares y la economía de las familias, distribuidos de la siguiente forma:

Un apoyo de $3,207 pesos durante 3 meses para 11 millones de personas que ganan un salario mínimo: 105 mil 831 millones de pesos.

Un apoyo de $3,207 pesos durante 3 meses para 15 millones de personas que son auto empleadas o no tienen empleo formal: 144 mil 315 millones de pesos. Los panistas esperan una respuesta seria del presidente López Obrador.

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Derivado de la pandemia del coronavirus, se tendrá que enfrentar una fuerte crisis financiera cuya duración aún no les es posible determinar a los expertos; es por ello que las casas de empeño integradas en la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios, AMESPRE, pusieron en acción el proyecto Nuestro Empeño con México, con el que apoyarán a los sectores económicamente más desprotegidos de nuestra sociedad.

“En situaciones extremas como las que estamos viviendo, comenta Joel Rodríguez, Director General de la AMESPRE, la industria prendaria se convierte en una actividad empresarial prioritaria. Hay que considerar que en estas casas de empeño privadas, atendemos a dos de cada tres mexicanos, siendo muchas veces su única opción financiera.

“Con el proyecto  Nuestro Empeño con México, les ofrecemos a nuestros clientes medidas de seguridad sanitaria además de facilidades y certeza para los créditos prendarios que requieran”. 

En el 2019 la AMESPRE otorgó 61.1 millones de pequeños préstamos, que pusieron en circulación 73 mil millones de pesos en nuestro país, a través de 87 millones de operaciones, lo que significa 125 mil diarias con una plantilla (en conjunto) de 23 mil empleos directos y más de 71 mil indirectos.

ubaldodiazmartin@hotmail.com

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