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Se acabó el misterio en el caso de los 43 alumnos desaparecidos en Guerrero, de la Normal Rural de Ayotzinapa, en 2014. “No hay indicios” de que ninguno de los normalistas desaparecidos esté vivo, afirmó el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas.

“La verdad histórica” fue ratificada por La Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, creada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.Ahora su verdad es que fue un “crimen de Estado” y de ahí lo que se derive y sea útil para la causa política de la #4Transformación.

Lamentablemente en el caso de los normalistas desaparecidos los hechos se politizaron y todo indica que no habrá argumento que satisfaga a las familias de las víctimas y funcionarios ya sea por cuestiones afectivas, morales, monetarias o electorales.

¿Qué verdad se busca? ¿La verdad histórica, la verdad jurídica, la verdad política o la que más acomode o guste a los inconformes o al gobierno en turno? Cabría preguntar también ¿si habrá justicia y qué tipo de justicia?

Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, reconoce que “Desde hace varias décadas, la justicia en México está en entredicho. Es una justicia de mala calidad… Cuando la justicia es propia de arrebatos, cuando la justicia es propia de vendettas, cuando la justicia está al mejor postor, está como la justicia de guillotina, no funciona. La calidad de la justicia es mala y el deterioro social camina a pasos agigantados”

¿Será que el zacatecano se esté desmarcando del coliseo que ha montado la #4T en el caso Ayotzinapa, donde ha echado a los leones a Jesús Murillo Karam, ex procurador General de la República, acusado de tortura y obstrucción de la justicia?

Emilio Álvarez-Icaza Longoria, senador del Grupo Plural y ex presidente de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, dijo que el informe dado a conocer por el gobierno federal no aporta nada nuevo y parece que más bien se quisiera darle carpetazo al caso.

A través de un video, Álvarez Icaza precisa: “Ya sabíamos que era un crimen de Estado, ya sabíamos que estaban los estudiantes desaparecidos, ya sabíamos que había participación de todas las fuerzas de seguridad del Estado, incluidos efectivos del Ejército y la Marina. Ya sabíamos que había un militar infiltrado al menos desde el 2019, se había hecho público”

En efecto, en este espacio lo hemos documentado desde el 30 de septiembre de 2014, bajo el título “Guerrero arde”, el crimen organizado subordinado al narcotráfico se encargó de “levantarlos” y desaparecerlos en complicidad con la policía local y los militares.

Así lo publicamos: “durante la refriega aparecieron personas vestidas de negro, encapuchadas, que comenzaron a disparar a todo lo que se movía y a subir a los rijosos a camionetas que nadie logró identificar… Versiones extraoficiales señalan que en el lugar se encontraron cartuchos percutidos de AK-47, que sólo utiliza la gente al servicio del crimen organizado… uno de los muertos era líder del grupo de los normalistas y apareció desollado de una forma por demás inhumana, práctica común entre la delincuencia organizada cuando desea enviar algún mensaje”.

El caso Ayotzinapa llegó al punto de no retorno, pretender arrogarse el derecho a poseer la verdad absoluta sobre lo sucedido en Iguala, es un acto propagandístico que sólo genera confusión entre las familias de los 43 alumnos desaparecidos, quienes saben perfectamente lo que sucedió aquella trágica noche en Iguala.

Hemos pasado de los infortunados hechos a un encarnizado debate sobre la verdad, en un vergonzante espectáculo mediático, devaluando los resultados concretos de las diversas investigaciones realizadas por la Fiscalía General de la República (FGR), los peritos de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y la Universidad de Innsbruck, en Austria.

Ahora el gobierno “humanista de la #4T”, tiene un chivo expiatorio: Jesús Murillo Karam quien en dos frases evidencia los usos y costumbres de la aplicación de la ley en México: “No es penoso, es político”, le dijo al agente que lo fue a detener en su casa y  luego de que el juez de Control del Reclusorio Norte,  le dictara prisión preventiva justificada, tras ser imputado por la FGR de los delitos de desaparición forzada, tortura y actos contra la administración de justicia en el caso Ayotzinapa,  Jesús Murillo comentó: «Se derrotó la presunción de inocencia».

Así las cosas, que cada quien se quede con su certeza: La verdad histórica, la verdad científica, la verdad política y la verdad de su conciencia.

Vericuentos

Justicia para la Tarahumara

A dos meses del asesinato de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora y del guía Pedro Palma y el beisbolista Armando Berrelleza, la justicia no llega. La corrupción y la impunidad protegen a José Noriel Portillo Gil, “El Chueco” que sigue prófugo. Todo indica que las autoridades estatales y federales le apuestan al olvido. Sin embargo, la compañía de Jesús en México, advierte que “sin justicia no habrá reconciliación en la zona rarámuri”, una región donde, dicen “prolifera el miedo”.Los jesuitas reiteran que, “la militarización no es la respuesta, es sólo un paliativo que pone en riesgo la paz”. ¡Directo al Gabinete de Seguridad!

@guillegomora