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Se le volvió el chirrión por el palito al empresario Moisés Cosío Espinosa: la demanda que presentó en febrero pasado contra Credit Suiss en EU -como reportó Bloomberg News- alegando que lo defraudaron sus brokers con cientos de millones de dólares, lo hizo exhibir una vasta red de activos ocultos como peculio personal… y que dio pie a que las autoridades hacendarias tengan hoy una denuncia en su contra por evasión fiscal y otros delitos.

Vaya, al demandar reveló un entramado de activos, entre las que figura un edificio de 600 millones de dólares en Nueva York así como diversos bienes en California y Chicago; también de diversas entidades, como “Alumnos 47” que las autoridades perciben como una red para compra-venta de obras de arte sin declarar, y al equipo de basquetbol Capitanes de la Ciudad de México que adquirió mediante una empresa en EU.

Ese “estilo” de operación también dejó rastro en la compra de acciones de Investa Bank y a su petición cambió de nombre al de Accendo. Si bien Cosío Espinosa perdió el control paulatinamente, lo relevante es que en el SAT de Raquel Buenrostro analiza la posible falsedad sobre el origen declarado de los fondos, pues lo inyectado en Accendo habría superado ampliamente el patrimonio que exhibió durante el proceso de convertirse en socio. De hecho, el nombre de Accendo es el nombre de la oficina patrimonial de Cosío en Miami y que dirige su amigo Santiago Martínez del Río.

Vaya, cuando el heredero del emporio Cosío, productor de cine y coleccionista demandó por el presunto fraude al Credit Suiss, salió a relucir que los créditos para fondear la compra de Accendo y sostener “Alumnos 47” (y costear un singular y exótico estilo de vida) se respaldan en activos a su nombre y sobre estructuras donde él es beneficiario único y que, curiosamente, se ubican en jurisdicciones de baja imposición fiscal y sin acuerdo tributario con México.

Estas son algunas pistas que no dejan de seguir los sabuesos de Santiago Nieto… y que, curiosamente, llegan a Iñaki Negrete, prestanombre del ex gobernador veracruzano Javier Duarte y a Santiago León Aveleyra.

Y lo que falta.

Segalmex, los ratones bailan

Tras la salida de René Gavira, abundan los funcionarios de Seguridad Alimentaria Mexicana que se relamen los bigotes por los negocios que pueden armar pues no hay quién los contenga. Es el caso de la licitación que mañana se realiza para el equipo de medición en centros de acopio Liconsa, donde se sabe que Alejandro Benjamín Torres y Hugo Buentello ya hasta tiene empresa ganadora: Turbofin, que obtendría un contrato de hasta 500 millones de pesos por equipos marca ETESA que -ante la seguridad del gane- ya habrían mandado adquirir. Por supuesto que el equipo de Irma Eréndira Sandoval, en SEFUPU, ya olió el queso que se cocinan Torres y Buentello.

Cofepris, que se mueva

Y el secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Jaime Ramírez Barba, presentó en la Comisión Permanente un acuerdo que exhorta a COFEPRIS y a su presidente, José Alonso Novelo, rendir un informe sobre la situación del Comité de Moléculas Nuevas pues, como aquí se informó, está paralizado desde 2019. Y con ello impide la aprobación de cuando menos 82 solicitudes para tratamientos oncológicos, metabólicos, cardiovasculares, inmunológicos, respiratorios, del sistema nervioso, vacunas y antibióticos.

Hostería las Quinta y los factureros

Por cierto, dueño del afamado hotel Hostería las Quintas de Cuernavaca, Salvador Castañeda Brilanti, tendrá que responder al oficio SAT 500 72 03 02 01 2019 7686 para aclarar la relación con otros contribuyentes con quienes intercambió comprobantes fiscales digitales, para demostrar que no fueron transacciones simuladas para evadir impuestos. No es difícil dar con el dueño, pues goza de libertad provisional tras ser procesado penalmente en el Reclusorio Norte de la CDMX.

mflores37@yahoo.es

@mfloresarellano