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Lo que se llevó buena parte de la atención en esta semana que cierra, es el pleito que, para variar, inició el presidente Andrés Manuel López Obrador en contra del INE, como parte de esa guerra que el de Tepetitán ha implementado para extinguir a los órganos electorales y en ese tema, sin duda y como lo dijo en entrevista el consejero-presidente del INE, Lorenzo Córdova, afloraron las reminiscencias del inquilino de Palacio Nacional y esto es totalmente cierto porque en su gabinete se encuentra el artífice del fraude electoral de 1988, el ahora flamante director de la Comisión Federal de Electricidad, (CFE), Manuel Bartlett, quien desde que se pasó al morenismo, recibió la exoneración y “bendición” del “mesías tropical”, esto es, quedó eximido de toda, digamos, culpabilidad electoral.

¿Será por eso que el presidente quiere regresar a esas épocas donde el gobierno controlaba todos los procesos electorales? Obvio sí.

Pero lo que más le molestó al Ejecutivo y lo dijo en su gustadísimo “stand-up” mañanero, es que Córdova Vianello se haya atrevido a desafiarlo y señalara la manera en que el famoso y desafortunado Plan “B” con que el tabasqueño quiere adueñarse de los comicios para dejar a su partido y por ende, a una de sus “corcholatas”, impacta de forma determinante tanto a nuestro sistema electoral como al voto y evidentemente, causarán conflictos pos electorales y en suma, dinamitar la democracia.

Por toda respuesta, el inquilino de Palacio Nacional arremetió en contra del INE al señalar que los consejeros, “está usando esto de bandera para hacer politiquería porque no hay ningún problema, ganaron porque van a seguir teniendo presupuesto más que ningún otro presupuesto en el mundo. Cómo se ha puesto en riesgo una elección si el que ha hecho valer la democracia es el pueblo” y lo más grave, el Ejecutivo acusó a los consejeros de propiciar el relleno de urnas y otras prácticas antidemocráticas de las que por cierto, en los más recientes comicios, los morenistas han hecho gala.

Así que señalar que es el INE el que pone en riesgo los comicios, es un despropósito en toda la extensión de la palabra. Desde que el consejero presidente de dicho Instituto y el consejero Ciro Murayama anunciaron la presentación de su libro “La Democracia no se Toca”, empezó el berrinche presidencial  porque ambos, -Córdova y Murayama-, dieron a conocer que aunque se vayan del INE, su lucha a favor de la democracia continuará desde donde se encuentren y en el caso de Lorenzo Córdova, será como investigación del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Luego vino el anuncio de la marcha del próximo 26 de febrero, lo que lo hizo enojar aún más y por eso, López Obrador se inventó aquello de una gran concentración popular el próximo 18 de marzo a modo de respuesta por la marcha y bueno, hasta no haber podido llevar,- gratis porque no hay dinero-, a Bad Bunny al Zócalo capitalino, en esa tesitura de “pan y circo” que hay que aventarle al pueblo como graciosa caridad, terminó con la bilis presidencial.

Aparte, en estos recientes días, el inquilino de Palacio Nacional ha visto como su supuesta “corcholata” consentida, la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, “Claudita” como cariñosamente le dice la vapuleada gobernadora de Campeche, Layda Sansores, se está desinflando frente a sus ojos.

Además, hay que precisar que el tabasqueño no se fue solamente sobre el INE, también “embarró” a la ciudadanía que participa justo el día de la votación. Por los visto, de lo único que se vale quien encabeza esta errada y llamada cuarta transformación, es de la descalificiación sobre todo cuando le fallan los argumentos y esos, nunca los tiene.

Las declaraciones del presidente causaron gran decepción en buena parte de la ciudadanía porque, de nueva cuenta, se pone en evidencia el ínfimo nivel que tiene López Obrador para estar en un debate ya que solo sabe contestar con el hígado.

La responsabilidad sobre este Plan “B” se traslada ahora al Senado de la República, por lo que será objeto de todas las atenciones, pero afortunadamente, el Consejo del INE acordó impugnar las seis leyes que se proponen en dicho Plan.

Hay que recordar otra cuestión mencionada por el doctor Lorenzo Córdova y que habla de su entereza por proteger a la democracia. Señaló que: “Vamos a combatir todas las decisiones que en estas normas ponen en entredicho y prácticamente desmantelan, descuartizan (…). Hoy sabemos, por testimonios que estuvieron presentes, que esa fue la palabra que utilizó el titular de la política interior cuando fue a cabildear en el Senado para que sus legisladores de su partido votaran a favor de esta reforma”.

Un dato más que nos pudiera revelar que la “corcholata” favorita de López Obrador es ni más ni menos que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, es que fue precisamente el responsable de la política interna que ya arrancó campaña, exteriorizara la consigna de que lo que se trata, es de “descuartizar y destazar” al INE.

MUNICIONES

*** Mucho foro tuvo en la semana que concluye, el verdadero calvario que ha vivido la saxofonista María Elena Ríos, básicamente en la parte de que el autor intelectual de la agresión que sufrió, Juan Antonio Vega Carrizal pretendía pasar en arresto domiciliario lo que resta del proceso en su contra. Algo que es necesario aclarar es que Vega Carrizal se ostentó como exdiputado del PRI, sin embargo, se descubrió que este individuo no es priísta, sino que pertence al PVEM. Cuando la agresión a Elena Ríos sucedió, este personaje que ahora pretende burlar la ley, fue expulsado de las filas del tricolor. Otra cuestión es que Oaxaca ahora es un estado objeto de una serie de feminicidios y asesinatos también de hombres y llama poderosamente la atención que no hay prácticamente ninguna reacción de parte de grupos feministas que han alzado la voz en apoyo de la saxofinista, pero aquí bien cabría preguntarse si estos otros sangrientos hechos no importan, o qué pasa

*** Parece que podría ser la semana entrante cuando la situación de Yasmín Esquivel pudiera empezar a definirse. Resulta que la presidenta del Comité Universitario de Ética de la UNAM, Elisa Speckman Guerra, convocó en su calidad de exalumna ni más ni menos que a la vapuleada “ministra cachirula”, con el objetivo de que “ofrezca los argumentos y las pruebas que estime pertinentes, ya sea en forma personal o por conducto de un representante, garantizándole su derecho de audiencia y de defensa». Tendrá tiempo la señora Esquivel para reunir todas esas cartas que exhibió por las “exbenditas redes sociales” en su vehemente intento por limpiar una imagen por demás manchada.