Inversionistas extranjeros reafirman su confianza en México, al destinar al país más de 31 mil millones de dólares para fortalecer sus negocios en esta nueva etapa en donde la reinversión de utilidades de los empresarios que desde hace tiempo operan en suelo mexicano, resulta espectacular. Al respecto, hombres de negocios miembros de la Cámara de Comercio México-Americana nos dicen que, por segundo año consecutivo, nuestros asociados canalizaron un monto sin precedentes en reinversión de utilidades, debido -principalmente- a la estabilidad económica, el buen ambiente de negocios y las ventajas competitivas que se ofrecen, coyuntura idónea para ampliar y mejorar sus procesos productivos, convirtiéndose en empresas tractoras de nuevas inversiones.
Cabe destacar el comportamiento observado al segundo trimestre de las cuentas entre compañías, lo que sugiere un adecuado grado de liquidez de las empresas para cubrir las deudas adquiridas en años anteriores y realizar préstamos hacia empresas pertenecientes a su grupo corporativo. De acuerdo con la IED registrada al segundo trimestre de 2024, Estados Unidos se mantiene como el principal socio inversionista en México, concentrando el 44 por ciento de los flujos totales. Para este periodo, Alemania y Japón ocupan los lugares dos y tres respectivamente, ambos socios comerciales de larga trayectoria en nuestro país.
Por otra parte, nos comentan que el 68 por ciento de la IED recibida al segundo trimestre de 2024, se concentró en cinco entidades federativas del país, resaltando la importancia de la CDMX como la principal entidad receptora de inversión.
Analistas esperan en el 2T24 un superávit de 3,796.1 dólares en la cuenta corriente.
El sexenio que concluye sigue arrojando cifras muy positivas. Por ejemplo, el saldo de la cuenta corriente ha sido deficitario los últimos 28 años, con excepción de 2020, con distorsiones por la pandemia, pero todo parece indicar que en el 2T24 habrá un superávit a favor de México por 3, 796.1 millones de dólares, que se explica, principalmente, por ingresos secundarios –específicamente, las remesas– que compensarían los déficits en la balanza comercial y el ingreso primario.
A su vez -precisan- analistas de Banorte-, dichos flujos del periodo habrían estado influenciados por: (1) La resiliencia del mercado laboral en EU; mayores precios del petróleo; (3) fortaleza del peso mexicano la mayor parte del trimestre; (4) relativa estabilidad de la economía estadounidense; (5) tasas de interés aún altas; y (6) buenos resultados en turismo. En comparación con el 2T23, el déficit de la balanza comercial fue mayor por una mayor importación de bienes y una moderación en los flujos petroleros. En los servicios, el menor déficit sería por la disminución en costos de transporte –particularmente de los fletes– aunque con salidas de divisas por turistas ante la fortaleza del MXN. Por último, el ingreso primario mostraría un déficit limitado, consistente con su patrón estacional, aunque ligeramente mayor al del año previo.
Por supuesto, la cuenta corriente ha mostrado déficits más moderados como proporción del PIB. En particular, en el periodo 2014-2018 promediaban -2.1%. Las principales modificaciones –y por su magnitud, las más determinantes– han sido: (1) Mayores ingresos por remesas; (2) la transición a déficits petroleros desde 2015; y (3) la consolidación de superávits en bienes no petroleros, apreciándose con mayor claridad desde 2017 y ayudados por una mayor participación de México en las importaciones de EU, ganándole terreno a China. Todos estos factores probablemente ayudan a explicar el mejor desempeño relativo del peso en años recientes, especialmente tras la pandemia.
Sin embargo, también ha habido modificaciones relevantes en categorías más pequeñas, especialmente por el nuevo paradigma en el comercio internacional (e.g. nearshoring) …aunque también se aprecian cambios de menor magnitud en los servicios y el ingreso primario. Al interior de la primera categoría hemos observado mayores flujos, aunque en buena medida contrarrestándose. Entre las más notorias están mayores ingresos, sobre todo por concepto de entradas de viajeros internacionales, y un aumento en pagos por transporte. Sobre los primeros, el país se ha posicionado mejor para recibir turistas extranjeros tras la pandemia. En los segundos, parte del efecto se debe al mayor intercambio comercial. Pasando al ingreso primario, la constante para las utilidades y dividendos y los intereses es hacia déficits más grandes, como se aprecia en la gráfica abajo a la derecha. Esto -no hay duda- es un indicio de un mayor impulso de la inversión extranjera.
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