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Desde la época colonial un grupo de mexicanos se han organizado para que a través de donaciones se apoye a grupos desprotegidos de la sociedad lo mismo huérfanos que viudas, pasando por ofrecer becas a estudiantes de bajos recursos con niveles de excelencia, y ni que decir apoyar a discapacitados y niños con padecimientos costosos como el cáncer.

De esa manera surgieron proyectos como el Colegio de las Vizcaínas que fue fundada por españoles de origen vasco ó la Fundación Rafael Dondé que permite ampliar la matrícula del Colegio Salesiano, y en el México moderno ayudó a organizaciones como la Fundación Teleton para niños con necesidades con discapacidades ó la Fundación Nariz Roja que ayuda a la detección temprana del cáncer infantil.

La realidad es que esas obras pías, que como le digo tienen una larga tradición en la sociedad mexicana, sufrirán un duro golpe con la Miscelánea Fiscal para 2022 que está en el Congreso.

La idea de la 4T es limitar al máximo las deducciones por las ayudas a esas organizaciones que en estos años han suplido lo que no hace el sector público.

Usted dirá, amigo lector, que para eso está el gobierno, pero lo cierto es que si hace una revisión somera de la gestión del DIF, Insabi y otras organizaciones para atender a grupos vulnerables concluirá rápidamente que no se dan abasto, y tampoco existe interés alguno en mejorar esas instituciones en tiempos de la llamada pobreza franciscana del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por eso los encontronazos en San Lázaro, porque no hay dinero público ni instituciones que puedan suplir la labor que realiza la sociedad civil.

Tampoco habrá que decir que muchas de esas fundaciones desaparecerán con la reforma de marras,  pero queda claro que su presencia será más limitada.

Para el gobierno las fundaciones son una manera de darle la vuelta al fisco, y no dudo que haya algunos que se aprovechen de esas deducciones fiscales, pero son los menos.

Sin embargo, para los especialistas de lo político la medida es otra forma de cerrarle el paso a las organizaciones sociales que mucho cuestionan los errores del gobierno actual.

Como sea, limitar las donaciones tendrá impacto, y por supuesto pegará a los más pobres.    

La ruta del dinero

En abril pasado al interior de Canal 11, que lleva Carlos Brito Lavalle, dio inicio el servicio de limpieza a cargo de la empresa Ocram Seyer, el problema es que no ha recibido ninguno de los pagos mensuales, ya que se les intenta penalizar por no entregar diversos insumos, que nunca les fueron requeridos. Así, se habla de maniobras injustificadas, pues la propia Secretaría de Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, informó que ambas partes deben ceñirse a las condiciones asentadas en la convocatoria de compra. En tanto, como principal actor se señala al subdirector de recursos materiales, Álvaro Vargas García, sobre quien recaería el olvido que ya ha desembocado tanto en un escenario complicado para la proveedora, como en subejercicio para la transmisora. Así, en el sector se preguntan ¿hasta cuándo permanecerá callado el OIC, a cargo de Julieta Olmos? Pues ya ha sido llamado dos veces a intervenir, sin que hasta el momento se haya movido un dedo. O acaso ¿hará falta instrucción directa del secretario de Función Pública, Roberto Salcedo?