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La semana cerró justo cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador, por enésima vez, avivó la flama de la polarización, entre que dijo desde el púlpito de Palacio Nacional  que si él no hubiera llegado a la presidencia de la República en el 2018, el país sería un desastre, y aquí la pregunta es: ¿todavía más de lo que es?, y lo más importante, cuando  al expedir su ya famoso “decretazo” intenta reservar la información que a él y solo a él y su errada y llamada cuarta transformación no le convenga hacer pública, sobre sus “elefantes blancos”, es decir, sus mal llamadas obras “estrella” que desde antes de ser concluidas han demostrado su ineficiencia e inoperancia.

Cuando este decretazo salió a la luz, en medio de las vanas justificaciones del de Tepetitán y el rechazo del sector empresarial y del Instituto Nacional de Acceso a la Información, (INAI) y la Barra Nacional de Abogados, entre otros, en la Cámara de Diputados, corrió la especie de que debe ser el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Baja, en este caso el morenista Sergio Gutiérrez Luna, el que debería de interponer ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la controversia constitucional y quién lo diría, hacia el final de la semana, la que se vio en problemas fue la presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Olga Sánchez Cordero, porque hubo de enfrentar a los legisladores de la oposición, que le reclamaron  para promover una controversia constitucional contra la absurda propuesta de su jefe.

Y si al frente de la Secretaría de Gobernación, la ministra en retiro se ganó a pulso aquel mote de ser el florero de la dependencia, en la Mesa Directiva de la Cámara Alta lo ratificó.

Visiblemente nerviosa, la extitular de la Segob intentó explicar y justificar: “quiero ser muy transparente, necesito una opinión jurídica. Tengo mis serias dudas y quisiera argumentos sobre el interés y legitimación del Senado para promover la controversia. Y no tengo respuesta sobre la legitimación del Senado».

De lo que tiene serias dudas la senadora Sánchez Cordero, es de poner en riesgo su lealtad hacia el presidente. Ella no quisiera ser una víctima más de la furia del inquilino de Palacio Nacional, eso sería costosísimo y si alguna duda tuviera, que le pregunte a un abatido Arturo Herrera Gutiérrez, que de la manera más burda, fue “bajado” en su camino hacia la gubernatura del Banco de México y de haber sido el hombre más feliz el pasado 9 de junio, ahora vive casi, casi, en la depresión porque prácticamente se puede decir que el presidente lo renunció y aquí la duda es, ¿pues qué le hizo el exsecretario de Hacienda?, eso no ha salido a la luz y si se piensa que como premio de consolación se le podría dar al exreponsable de las finanzas públicas, la candidatura morenista al gobierno de Hidalgo, pues quién sabe.

En lo que respecta al relevo de Arturo Gutiérrez, por Victoria Rodríguez Ceja, corre por ahí el comentario de que más bien el que habría “metido la mano” en eso, es el actual titular de la SHCP, Rogelio Ramírez de la O, quien coloca en una excelente posición a una de sus más allegadas y sin problema en eso de “brincarse” lo que dice la Ley del Banco de México en el sentido de quien llegue a la gubernatura de la entidad financiera más importante del país, debe contar con una experiencia de cinco años y podrá ser muy buena en su ramo Victoria Rodríguez, pero con eso de que dicen que “aprende rápido”, ¿qué se podrá esperar de su actuar en el Banco de México?, sin duda, este nombramiento llegó en el peor momento; cuando hay una inflación anualizada, la peor en 20 años y lo único que hizo López Obrador fue dar incertidumbre a los mercados.

MUNICIONES

*** En diversos parques de la Ciudad de México, morenistas han instalado módulos en los que en una manta se puede leer que se convoca a firmar “para hacer realidad la RATIFICACIÓN DE MANDATO   “. Con esto, los seguidores del presidente creen que pueden “dar atole con el dedo”, como lo hace su jefe; no cabe duda que la ignorancia es muy atrevida. No es ratificación, es revocación y se trata de un ejercicio en el que lo único que busca López Obrador es tirar impunemente recursos que podrían servir, por ejemplo, para frenar el terrible desabasto de medicamentos.

*** Y sobre esto último, risa, pena ajena ha causado que el presidente, declarara en su gustadísimo “stand-up” mañanero, que deja de llamarse Andrés Manuel López Obrador si no resuelve precisamente, el desabasto de medicamentos que desafortunadamente, tantas muertes ha causado. En una más de sus muchas mentiras, el tabasqueño aseguró que los medicamentos ya se compraron, solo que no se han distribuido: “porque resulta que se compró la medicina y se hizo contrato con algunas empresas distribuidoras y no sé si por ineficiencia o mala fe, no distribuyeron los medicamentos”, con eso de que medio mundo (y la otra mitad también), le tienen mala fe al mandatario. Una última recomendación, que el presidente vaya buscando qué nombre va a escoger.

*** Acompañado de su esposa, la consejera del INE, Carla Humprey, el extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, (UIF), Santiago Nieto Castillo, se dejó ver públicamente en Nuevo León, en un evento para conmemorar de Día Contra la Violencia de Género, organizado por la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE) y encabezado por el gobernador, Samuel García y su esposa, Mariana Rodríguez.

*** Por cierto, ayer mismo en la Cámara de Diputados, el pleno ratificó el nombramiento de Pablo Gómez Alvarez como nuevo titular de la UIF, quien previamente compareció ante comisiones de la Cámara Baja y dijo que no utilizará su nueva responsabilidad para iniciar una “cacería de brujas” en contra de los adversarios del presidente, ¿cumplirá?  y dijo, -palabras más, palabras menos-, que la técnica es algo así como cuando reparas una plancha. La sorpresa de dicha jornada fue que el diputado Roberto Valenzuela Corral, solicitó formalmente su cambio de la bancada del PAN, a la de Morena. ¿Acaso será porque quiere emular, -guardada toda proporción-, a lo que en su momento hizo el senador Germán Martínez Cázares al irse a Morena después de haber sido panista de sangre azul? ¡Aguas!, a ver si el flamante nuevo morenista, no termina renegando. Al tiempo.

morcora@gmail.com