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Pues no le gustó para nada al Presidente López Obrador que los ministros de la Suprema Corte le dieran palo a su plan B de la reforma electoral.
Y como se esperaba, López Obrador acusó que son la misma mafia, enlodó, incluso a sus preferidos y hasta se podría decir amigos, el ex presidente, Arturo Zaldívar Lelo de la Rea y su ministra consentida, Yasmín Esquivel, acusada del plagio de sus tesis y que se tambalea.
La resolución que recayó en el proyecto del ministro Javier Laynez, enfureció al Presidente y con ello avivó el fuego contra la ministra presidenta, Norma Piña que se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el que manda en Palacio Nacional.
Es un pleito a navaja limpia que no parará hasta terminar el sexenio, López Obrador no pude aceptar que le hayan ganado la presidencia de la Suprema Corte con Norma Piña, pues la considera adversaria.
La actitud que ha mostrado esta nueva presidenta, la ministra Norma Piña que ha aguantado los embates del Estado y uno que otro chairo, como la señora que fue amenazarla con un arma de juguete frente las puertas de la Corte, no la han amedrantado para echarse para atrás.
Simplemente ha mostrado carácter e inteligencia en sus declaraciones, porque más que despotricar contra el Presidente ha antepuesto que la Corte es institucional que atiende los intereses de los mexicanos y no de particulares.
Ese plan B desarma al Presidente que ya se saboreaba transformar, a su manera, el INE de Lorenzo Córdova, tal vez tenga razón en gastos excesivos y mal manejo de los recursos, pero no generalizar para afectar a los más vulnerables que son el grueso de trabajadores.
Sin embargo, López Obrador ahora va por impugnar esa resolución ante la propia Corte, quiere ganar, a como dé lugar esa reforma del plan B que los líderes de los partidos opositores Marko Cortés del PAN, Alejandro Moreno del PRI y Jesús Zambrano del PRD, antes le dieron palo en  San Lázsro a las tres reformas, la Electoral, Guardia Nacional y Eléctrica, para frenar, como calificaron ocurrencias presidenciales.
No pierda de vista que el Presidente López Obrador no se iba a quedar con las manos vacías, desde que inició la elaboración de los nuevos consejeros, su otro plan era llevar una mujer como presidenta del INE en sustitución del actual, Lorenzo Córdova.
En los sobres cerrados del Comité Tecnico, que presentaron las quintetas en la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, sobresale como favorita a encabezar la presidencia a Bertha María Alcalde Lujan, hermana de la actual secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde.
Obviamente la línea a Ignacio Mier es empujarla, este jueves, aun cuando los panistas de Jorge Romero estén en desacuerdo.
CLAUDIA, ERUVIEL Y NUVIA ¿SE QUEDAN O SE VAN?
La expectativa para este martes será en la bancada de senadores del PRI, después de lo ocurrido la semana pasada por la sacudida que le dieron a su entonces coordinador, Miguel Angel Osorio Chong y que literalmente lo echaron. 
Llegó Manuel Añorve en su lugar en un claro mensaje de Manlio Fabio Beltrones de cobrarle la factura por aquella agresión, brazo derecho de Peña Nieto de imponerle, junto con Luis Videgaray y Aurelio Nuño, los candidatos en 2016 y luego dejarlo solo en la elección para echarle toda la culpa de la derrota de 7 de las 12 gubernaturas y sacarlo como líder del partido.
Añorve y Alejandro Moreno “Alito” no es nueva su amistad, es secreto a voces que el líder priista llevaba mucho tiempo guiando y dándole el impulso que Osorio Chong le dificultaba al beltronista, aun cuando era vicecoordinador. El líder del Senado, Ricardo Monreal confío que esos cambios vengan a fortalecer los acuerdos que han avanzado. 
Bueno, Osorio perdió el pleito y ahora se le ve muy bronceado y con un color de movimiento naranja, la duda es si sus tres amigos y seguidores, los senadores Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Avila y Nubia Mayorca deciden seguir sus pasos y abandonan a los priistas o deciden quedarse en el partido que los formó.  Esa es la expectativa.
Jachavez77@yahoo.com