Compartir

La semana cierra y más tardó el subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, Hugo López Gatell en decir que en octubre habría en la mayor parte de las entidades del país semáforo verde y para noviembre en todo México, que en desdecirse y, nervioso, tratar de justificarse anticipadamente a la voz de que si no se cumple su pronóstico, “no se vayan a enojar”.

Qué pena causa el funcionario y además, qué patético se ve cuando señala que el anterior anuncio no deriva del tarot (pues puede que las cartas fueran más atinadas que él), sino que se trata de un modelo de predicción de epidemiología matemática. ¡Qué tal!

Cuatro semanas antes de que llegue el mes de octubre, el funcionario consentido de la llamada cuarta transformación al que se le dará sin mérito alguno todo el poder, ya se “rajó” y ahora salió con que no dijo lo que dijo. Ya se parece López Gatell ni más ni menos que al expresidente Vicente Fox, en los tiempos en los que su entonces vocero, Rubén Aguilar, de tanto mencionarla, desgastó la frase de: “lo que el presidente quiso decir…”; ahora habría que acotar: “lo que el subsecretario quiso decir…”, pues en realidad no dice nada.

Para curarse aún  más en salud, el funcionario de la SS, se defendió, porque no tiene vocero que haga lo propio ya que, según se sabe, se movió lo más que pudo hasta destituir a la titular del área de Comunicación Social, una reconocida profesional, Martha Cabrera,- que mejor presentó antes su renuncia-, bajo el argumento de que él personalmente, pondrá en ese puesto a una gente de su entera y total confianza; más bien alguien que sepa interpretarlo en todas sus omisiones y errores, así como en el pésimo y deplorable manejo de la pandemia de Covid-19 y que además también se deje culpar de todos los errores que a diario comete el flamante subsecretario.

A modo de explicación y autodefensa, López Gatell manifestó que eso del semáforo verde para octubre, “no son promesas de campaña”. Pues sí son, ya que en la cuenta regresiva a las elecciones del 2021, este funcionario cuyas aspiraciones políticas se han acrecentado gracias a la coyuntura del Covid-19, se ha convertido en un instrumento utilizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para seguir haciendo proselitismo, -pese a que la ley se lo impide- la víspera de esos importantes comicios. O sea, el señor subsecretario, que dista mucho de ser el Papa Francisco, está más que dispuesto a  hacerle, incluso, el trabajo sucio al tabasqueño.

Entonces, ¿para qué habla el subsecretario si a la hora de la verdad se va a echar para atrás? Aun así, se le ve muy feliz al funcionario consentido; parece que no se percata o no le pesa que México se haya ganado el nada honroso primer lugar en número de personal fallecido debido a la pandemia, esto, de acuerdo a un informe de Amnistía Internacional que reporta mil 320 decesos de este personal y ello en buena medida se debe a lo erróneo del manejo que ha tenido López Gatell de la pandemia de Covid-19, en donde se ha negado a  la realización de pruebas diagnósticas, que, de acuerdo a Amnistía Internacional es de menos una por cada 100 habitantes.

El organismo internacional recuerda las muchas manifestaciones que ha realizado personal sanitario por la falta de equipos de protección y medicinas para atender la contingencia. Igual que ahora, cuando los padres de niños con cáncer, han salido a la calle a manifestarse porque la administración de la llamada cuarta transformación los ha dejado morir.

MUNICIONES

*** ¿Y así quiere ser gobernador de Sonora?, esto es lo que muchos se preguntan en los corrillos políticos, cuando observan la actitud del Secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, que ha tomado el estilito de su jefe, el presidente, y a diario procura crearse una realidad alterna, no solo en materia de seguridad. Se encierra el señor secretario en su propia burbuja, sin dar paso a nadie, ni siquiera a su equipo de trabajo, alguno de cuyos elementos era de gran valía. Al igual que el tabasqueño, Durazo Montaño ha optado por centralizar todo en dicha dependencia y como si fuera una trabajadora doméstica, el polvo lo oculta debajo de la alfombra; el problema es que ya se le acumuló tanto, que ya no hay dónde ponerlo. En fin, Durazo es otro de los funcionarios que supone que con la “bendición del mesías tropical”, ya tiene ganado su mayor anhelo político: gobernar su estado. Sí, claro, está bien contar con la bendición presidencial, con eso evitará que se cuele por ahí la cuestionada titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara, ahora que la senadora Lily Téllez ya dejó las filas de moren para sumarse a la bancada del PAN, pero es indudable que Durazo Montaño vive en el error, porque además, no ha hecho nada al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuestión que el electorado le va a cobrar y eso se podrá comprobar al tiempo.

*** Una de las acciones importantes que realizó Francisco Quiroga, antes de que desapareciera la Subsecretaría de Minería, que estaba a su cargo, fue reducir el número de concesiones de 25 mil a 21 mil, lo que representó una baja de 4 mil expedientes en menos de dos años. Se trataba de concesiones que no tenían un proyecto industrial real que las respaldará, con lo cual se acabó con la especulación de empresas o personas físicas que tenían concesiones sin trabajarlas. También se retiraron concesiones a quienes no pagaran impuestos o no estuvieran al corriente de sus obligaciones patronales. La superficie de hectáreas concesionadas varió de 21 millones a 16 millones, lo que representa 8.6 por ciento del territorio nacional, pero de ese total, concesiones activas, realmente trabajando, sólo constituyen 4 millones de hectáreas, o sea, poco más de 2 por ciento del territorio nacional. Por ello, a los industriales les llamó la atención el señalamiento del presidente López Obrador, en su Segundo Informe de Gobierno, de que entre 1988 y 2018, las anteriores administraciones otorgaron concesiones equivalentes a 60 por ciento del territorio nacional, y serían respetadas, lo que significaría que están operando. Sin duda que los datos del informe presidencial no fueron exactos y contrastan con las cifras reales con que cuenta la secretaria de Economía, Graciela Márquez.

morcora@gmail.com