Hace pocas semanas, usted afirmó que el partido bajo su mando actual, jamás ha sido manejado por los presidentes que ha llevado al poder; solo por sus miembros militantes.
O sea que el PRI jamás ha sido instrumento de gobierno de sus presidentes, ni ellos sus militantes… Entonces, le pregunto, ¿para qué lo creó -con otro nombre- Plutarco Elías Calles?
Porque según la historia cuenta, lo hizo para afianzar el triunfo de los motivos que dieron origen a la Revolución Mexicana, Calles consideró necesario un partido político cuyos cimientos fueran esos principios y su compromiso fuera detentar el poder al menos durante el tiempo necesario para consolidar el proyecto revolucionario, corregido y aumentado en 1917 con la ConstItución Política propuesta por Venusino Carranza,que si bien dio para siempre vigencia a la razón maderista de derribar a la dictadura porfirista al grito de Sufragio Efectivo, No Reelección, estableció los fundamentos que conducirían el camino de la nueva República Mexicana.
La historia real, que no la oficial, confirma, jerarca Moreno, su equívoco o su intención de tapar el sol tricolor de la política mexicana con el más delgado de sus dedos, cuando todos los mandatarios, federales, estatales y municipales priistas han actuado, hasta el exceso, apoyados en un partido que funcionó hasta hace escasas décadas con los impuestos aportados por los ciudadanos de todos los partidos y en beneficio de nosotros mismos, como la Constitución lo orden; y no de sus partidos, como la realidad lo exhibe…
Dijo usted, también, casi año y medio antes de lo anterior, que:
«El PRI es el mejor partido de México. Solo un partido como el PRI, que construyó el México del siglo XX, pudo haber realizado una jornada electoral como la del domingo pasado (julio 1, 2018). Trabajando juntos vamos a lograr un partido moderno, que tenga clara su fundamentación ideológica para abrirse como un partido a la sociedad; que sea crítico, una oposición firme, asertiva y sociablemente sensible a los problemas de la sociedad. Aquí estamos listos y estamos de pie para trabajar todos los días por un partido fuerte, sólido, que vuelva a ganar elecciones. El PRI sabe ganar; el PRI sabe perder pero lo que más sabe el PRI es levantarse, ponerse de pie y volver a ganar…»
Pues.., sí, ya eso ha ocurrido, como también que volvió a caerse y a perder; cosa normal cuando, ¡eureka!, se vive en democracia.
Pero no se preocupe, presidente Moreno; mire usted, acabo de leer en un libro titulado Teología Sistemática, de Millard Erickson, quien recuerda que “El limbus infantium es para los niños sin bautizar. Debido al pecado original, que solo se puede eliminar mediante el sacramento del bautismo, ellos no pueden ir ante la presencia del Señor. Sufren el castigo por el pecado original que es la pérdida de la beatífica visión.., la presencia de Dios. Sin embargo, no experimentan el castigo por el pecado real, que es el sufrimiento…”
No sufran, pues. Al menos ustedes, los dirigentes. Sus quincenas, por ley priista,
están seguras…
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