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Ayer por la mañana, como suele ocurrir, usted armó un campo virtual de batalla en torno a los feminicidios ocurridos a últimas fechas en el país y el anuncio de que el lunes próximo un gran grupo de mujeres capitalinas realizará una marcha de rechazo contra la tensión del ambiente, diría el otro clásico, que se corta con tijeras en las calles de la ciudad.  

            Como era de esperarse, ayer también y en el mismo evento, usted corroboró, aunque trató de encubrir la escasa impaciencia que le producen las mujeres dedicadas a actividades económicas, políticas y sociales que según su criterio, presidente, deben ser un coto reservado a la exclusiva propiedad varonil…

            Digamos, presidente, que usted carga con un problema denominado ucronía, que es una suerte de especulación sobre las realidades alternativas ficticias en las que los hechos se desarrollan -según su definición- en forma diferente de como los conocemos, a partir de un evento histórico significativo y relevante, de proporción universal o nacional… No le enoje porque revele algo que casi nadie parece adivinar de su personalidad, algo que le ocurre a muchos otros afamados del planeta, como el escritor japonés Haruki Murakami, cuya producción literaria es demandada por los lectores de más de 50 países de nuestro planeta. Lo que ocurre es que de muy escaso tiempo a la fecha se le viene escuchando manejar frases famosas como ocurrió en su tierra natal, Macuspana, Tabasco, donde estuvo hace escasos días y durante alguna discusión con integrantes del pueblo chontal -le cuento a mis lectores…-, se armó una rechifla  propiciada por un grupo de petroleros, políticos y maestros en torno a la soberbia cuando  usted pronunciaba su discurso presidencial se enojó y les dijo, entre otras cosas, que:

 “… La mentira es del demonio, es reaccionaria y conservadora… Quiero aprovechar este momento para pedirles que analicemos las cosas y que podamos hacer la diferencia entre la politiquería, la grilla y la tarea que tenemos todos de transformar a México, porque no hay que mezclar; ya cuando vengan las elecciones porque hay quienes nada más están pensando en cómo encaramarse en los cargos públicos para sacar provecho personal… ¿Y dónde están los ideales..? ¿Y dónde están los principios..? ¡Quñe ganamos con eso? ¿Van a seguir gritándole al presidente municipal..!¿Y en,  dónde está el amor al pueblo? ¿Y dónde está la honestidad?… ¡Ya, al carajo con los ambiciosos, los corruptos y va parejo todo lo que aquí he dicho! Ahí están los gritos. ¿Qué ganamos con eso?, ¿van a seguir gritándole al presidente municipal..?

Y la respuesta generalizada, el griterío fue nada más y nada menos que, entre todos,  también contra el Presidente de la República, a quien no quedó más remedio que suspender su discurso cuando apenas iba a la mitad…

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