Compartir

No hay sesión de trabajo en los comités de dirección de cualquiera de los 15 Fideicomisos de Inversión y Bienes Raíces que operan en México, así como en su asociación que encabeza Luis Gutierrez, donde la pregunta crucial es el tipo de acuerdo que adoptarán con sus arrendatarios durante una lenta-tal vez muy lenta- recuperación económica y cómo impactará estructuralmente a su negocio la rápida adopción de tecnologías digitales y nuevos hábitos de trabajo como el home office por efecto de la pandemia.

La aparición de las FIBRAS en el mercado bursátil permitió el desarrollo de grandes espacios de oficinas, comerciales, hoteles, naves industriales y escuelas. Su elaborado y jurídicamente sólido modelo permitió la creación de espacios rentables, sustentables y con una belleza arquitectónica que contribuyó a mejorar el entorno en diversas ciudades. Pero la irrupción del Covid19 modificó las economías de escala sobre la que se elaboraron contratos de largo plazo y beneficios estables para los inversionistas.

Vaya, una compañía de consultoría, financiera o de cualquier servicio encontró que, dado al Home Office obligado para su directivos y sus empleados mas talentosos, no necesitará los mil metros cuadrados que le renta, por ejemplo, a FUNO de André El-Mann; o que en lugar cuatro salas de juntas sólo necesita una por mes con UpSite de Rodolfo Balmaceda. En tanto que las tiendas y salas de cine en los Centros Comerciales tendrán obligatoriamente menos clientes por tiempo aún indeterminado (las matemáticas Gatellienas parten del principio de Heinseberg) y por tanto menos recursos que ingresos para cubrir las rentas pactas ya fuera con Fibra Shop de Salvador Cayón o Danhos de Daniel Kabbaz.

Y si bien las propiedades contenidas en Fibra Hotel de Eduardo López o en Fibra Inn de Víctor y Joel Zorrilla ruegan por el paulatino regreso de viajeros y turistas (así sea al 40% para diciembre próximo), los espacios industriales de Fibra Monterrey de Federico Garza o Terrafina de Alberto Chretin podrían beneficiarse del reacomodo de las cadenas de suministro y el encadenamiento con el TMEC.

El punto álgido de todo ello es que, luego de las medidas paliativas de corto plazo para con sus arrendatarios, vendrán los intentos para modificar los contratos… y entonces sí habrá jaleo.

El favor del INAI a Cofepris

Seguramente los comisionados del Instituto Nacional de Acceso a la Información, que encabeza Josefina Román, actuaron con toda la bonhomía para esclarecer las razones por las cuales la Cofepris ordenó a PISA, de Carlos Álvarez, cerrar la producción de oncológicos la semana pasada. Es más, es de entender que el pleno del INAI haya negado a la compañía tapatía mantener en reserva la información dada la relevancia pública que tiene la producción de medicamentos para enfermos de cáncer. Pero se equivocaron. El INAI confundió 7 Centros de Mezclas con plantas de producción de la empresa que, en realidad sólo tiene sólo una fábrica de oncológicos. Por ello el INAI, al ordenar que la comisión a cargo de José Alonso Novelo revele los procedimientos seguidos contra PISA por la presunta contaminación en 7 Plantas, involuntariamente habrá ocultado las disposiciones arbitrarias por las que se cerró una sola fábrica.

¿Perseguir a quién?

Los contratos que la CFE firmó en gobiernos anteriores con empresas privadas para la generación de electricidad (bajo cualquiera de sus modalidades) se formaron bajo el amparo legal del Estado Mexicano. Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que demandará a esas empresas por dichos contratos, también demandará al andamiaje institucional mexicano… incluyendo a la Comisión Federal de Competencia Económica a cargo de Alejandra Palacios.

mflores37@yahoo.es

@mfloresarellano