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El interés por desarrollar e implementar proyectos en favor de la sostenibilidad y preservación de los ecosistemas naturales ha permitido equilibrar el impacto de la actividad humana en el planeta y generar así, un nuevo modelo de pensamiento que destaque por el cuidado de los recursos no renovables como el agua, donde, a través de los océanos y mares, habitan hermosas especies marinas.

En el marco del Día Mundial de los Océanos, resulta trascendental destacar los esfuerzos realizados para apoyar su conservación, e impulsar el nivel de conciencia de la sociedad por el respeto y cuidado de los entornos naturales que hacen único a nuestro planeta.

Un ejemplo de ello es Cabo Pulmo, ubicado al norte de Cabo San Lucas, un eco destino que ha encontrado en el cuidado de la flora y fauna marina, el motor para impulsar los esfuerzos de concientización sobre la importancia del papel de los cuerpos de agua naturales en la vida cotidiana. Dicha situación, le permitió ser designada Patrimonio Mundial Natural por la UNESCO, y en 1995, ser declarado Parque Nacional, nombramiento obtenido con el apoyo de representantes locales, universidades y asociaciones, que le otorga la protección y conservación de 7 mil hectáreas, de las cuales 99% se ubican en el mar.

La importancia de este Parque Nacional, considerado Tesoro de Baja California Sur y nombrado por Jacques Cousteau, reconocido biólogo marino, como “El acuario del mundo”, radica en ser el arrecife de coral más grande y diverso de Norteamérica con una edad estimada de 20,000 años. Además, alberga poco más de 800 especies de vida marina; 300 clases de peces; 5 de las 7 especies de tortugas marinas en peligro de extinción; junto con una de las mayores agregaciones de tiburones, incluidos el tiburón martillo, tigre, toro, punta negra y el gran blanco.

Para lograr su recuperación y equilibrio en el ecosistema, tras el impacto de la actividad humana y años de sobreexplotación pesquera, el papel de la población ha sido relevante. Derivado de la implementación de medidas de conservación y la prestación de servicios turísticos especializados por sus habitantes, Cabo Pulmo ha logrado ser un verdadero pulmón para el planeta, al concentrar una vasta vida marina fundamental para la biosfera; así como de apoyarse de un modelo de negocio circular en el que la derrama económica por concepto de la presencia de visitantes, impulsa su crecimiento y su conservación.

Estos esfuerzos se ven desarrollados con acciones enfocadas en la participación activa de los visitantes. “La guía del turista responsable” es un documento informativo en el que se explica la importancia de la conservación e impacto ecológico de Cabo Pulmo, así como, brindar a través del Decálogo del turista responsable una serie de recomendaciones para saber cómo cuidar e interactuar con el entorno marino sin descuidar la experiencia.

Hoy en día, Cabo Pulmo permite a los visitantes disfrutar de un entorno sostenible, seguro y de amplia riqueza natural, donde el colorido de las especies marinas que habitan en el mayor arrecife de coral de Norteamérica, se erige como el protagonista de una experiencia única, en una de las zonas acuáticas mejor preservadas en el mundo. Es en este punto donde sumarse a este tipo de esfuerzos, permite al visitante, autoridades y sociedad en general, destacar el valor que generan los cuerpos de agua, tanto para mantener los ecosistemas sanos, como una fuente de actividad económica donde ambas pueden subsistir de manera responsable.

Como complemento a la experiencia del visitante, cabe destacar que, al ser un Parque Natural Protegido, el impacto ocasionado por la presencia del hombre es bajo, lo que permite amplios espacios para el contacto con la naturaleza y disfrutar de las playas, espectaculares atardeceres y noches llenas de estrellas en el firmamento con el Mar de Cortés en el horizonte, que hacen único a este lugar.   

De tal manera, que impulsar el cuidado de nuestros océanos y mares como ha sido en este eco destino, nos brinda la oportunidad como sociedad de fortalecer nuestro sentido de responsabilidad por el cuidado de los recursos no renovables, pero, sobre todo, de ser testigos de su belleza natural en cada visita.