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Como es público hace días el senador Ricardo Monreal Avila presentó una iniciativa para reformar la Ley del Banco de México, la cual busca evitar la existencia de un mercado negro de divisas y de paso fortalecer la economía de las familias que reciben remesas en efectivo, así como de los millones de mexicanos que dependen de la actividad turística y el comercio en la frontera. 

La iniciativa atiende y da respuesta a diversas aristas: 1) a las restricciones que ha impuesto la Oficina del Controlador de Divisas del Gobierno estadounidense, por las cuales los bancos mexicanos carecen de corresponsales bancarios en aquel país para repatriar los dólares que se reciben en nuestro territorio; 2) los bancos mexicanos se ven en la necesidad de no aceptar divisas extranjeras; y 3) los dólares de los migrantes y trabajadores mexicanos pierden valor en México, y los afectados recurren al mercado negro para vender sus ingresos extranjeros a menor precio.

Y es que la iniciativa reconoce la situación que padecen millones de mexicanos, porque si bien el instituto central al frente de Alejandro Díaz de León tiene la capacidad diplomática, operativa y financiera, así como la obligación y facultad legal, para adquirir y repatriar el excedente de dólares en efectivo, ha mostrado una gran posición ha reconocer la existencia de un mercado negro de divisas que algunos calculan en más de 6 mil millones de dólares al año.

Entre los argumentos en contra de Banco de México esta por supuesto su autonomía, que dicho sea de paso la otorgó el  poder legislativo, además de enfatizar que pone en peligro su reputación por el riesgo de aceptar dólares en efectivo que no cumplan con las prevenciones de lavado de dinero.

Queda claro que la agenda del Banco de México va en contrasentido a la realidad económica de México que comparte una enorme frontera con Estados Unidos donde el ingreso de dólares es cosa de todos los días, además que millones de turistas que ingresan al país también pagan en dólares muchas de sus compras.

La ruta del dinero

Ante la posibilidad de que la catalana Mediapro, del Grupo Imagina Audiovisual, que dirige Jaime Roures, se quede con el canal deportivo Fox Sports en México, ha trascendido que la industria en telecomunicaciones y del deporte no ve con buenos ojos que el Instituto Federal de Telecomunicaciones apruebe esa eventual operación, y es por los malos antecedentes que rodean al grupo ibérico que ha estado envuelto de escándalos bochornosos a nivel mundial.  Tan sólo en los últimos años, a Mediapro se le ha relacionado con el escándalo de corrupción de la FIFA, al admitir el pago de sobornos a altos funcionarios de este organismo internacional de fútbol, para la compra de derechos audiovisuales de la fase de clasificación en la CONCACAF en los mundiales de fútbol de 2014, 2018 y 2022. Además, actualmente enfrenta una pugna financiera con la liga de Fútbol Profesional de Francia (LFP), en virtud de que la empresa española no ha pagado el segundo plazo de los derechos de televisión equivalentes a 172 millones de euros, por lo que la liga francesa ha tenido que recurrir a préstamos bancarios para solventar su situación económica.  Y bueno, le siguen surgiendo pretendientes a Fox Sports México, y en breve habrá más detalles al respecto mientras el IFT a cargo de Adolfo Cuevas Teja ha dado más tiempo ala fusión de The Walt Disney Company con  Twenty First Century Fox con la que se trata de evitar concentración en el mercado en virtud de que el grupo comprador ya es dueño de ESPN.