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«Jóvenes Construyendo el Futuro” es un rotundo fracaso social y económico del actual gobierno de México porque sus resultados son dudosos y controversiales a pesar de tener presupuesto de 40 mil millones de pesos, 20 veces mayor que el de estancias infantiles, mil 600 veces más que el de Atención a Personas con Discapacidad y dos veces el presupuesto total del CONACYT.

Al de enunciar lo anterior  la diputada Mónica Almeida del PRD señaló que este programa, al carecer de metodología clara, se ha prestado a la corrupción empresarial y al explotación laboral.
Lo anterior pues de acuerdo al Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social, diversas empresas tratan de “ahorrar” quitando personal de su nómina para inscribirlos como becarios o en su caso pagar el recurso excedente de la nómina robándole la oportunidad de empleo tanto a los beneficiarios del programa como a los mexicanos capacitados para desempeñarse profesionalmente.
Por otro lado, refirió que “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad” concluyó, tras una auditoría al padrón del programa, que no se sabe con certeza cuántos beneficiarios son, dónde están y qué hacen, ya que para su análisis recibieron un listado de supuestos becarios evidentemente manipulado.
Así lo prueba el que las proporciones de becarios por niveles educativos y edades entre las líneas de hombre y mujeres son semejantes, lo cual es atípico en cualquier tipo de programa, y el que otros rubros de información son improbables, incompletos e inverificables.
La Diputada Federal Mónica Almeida López hizo hincapié en que “esta situación está viciada de origen, ya que el desarrollo económico del país se vio mermado desde el presupuesto, al recortarle a la Secretaría de Economía 522 millones de pesos, inversión semilla para impulsar las actividades económicas y por ende de empleos, y hasta el momento no hay estrategias que atiendan el desempleo, teniendo como consecuencia un alza en los problemas de seguridad ante la falta de oportunidades”.
Asimismo considera que la mejor forma de fomentar el trabajo radica en impulsar los sectores clave del país, dar apoyo a los profesionistas para que se logren insertar en el mercado laboral y perciban un salario acorde a sus capacidades y funciones.
“Se deben sentar bases sólidas de generación de empleo a través del impulso de los sectores económicos de cada región del país, impulsando la inversión extranjera pero protegiendo la competitividad de las empresas nacionales. Es preocupante el crecimiento de la informalidad en México, donde la tasa media es del 60% y que en Estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas es de hasta el 80%, donde hoy en día no existen programas y acciones que busquen revertir esta tendencia”, indicó.