Ante diputados, José Ángel Gurría Treviño, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), estimó para la economía mexicana un crecimiento de 1.2 por ciento para este año, “claramente es insuficiente y 1.6 por ciento en 2021. Nos estamos recuperando, pero no a una velocidad suficiente en términos de las necesidades del país”.
Durante la conferencia “La inclusión, la sustentabilidad y el bienestar como imperativos del crecimiento”, en el salón Legisladores de la República, de la Cámara de Diputados, llamó a acelerar los procesos de cambio en México, porque pueden pasar varias generaciones para que tenga un nivel promedio de bienestar comparable al de los países miembros de la organización.
Refirió que siguen pendientes los temas atávicos como la pobreza, la movilidad y capilaridad social.
Gurría Treviño reconoció la iniciativa del Congreso mexicano para realizar este diálogo con el organismo internacional y reseñó a las diputadas y diputados las condiciones del contexto internacional en materia comercial, inversión y decisiones unilaterales de naciones líderes que han impactado la economía mexicana y su desarrollo, generando tensión, incertidumbre y aplazamiento en la toma de decisiones.
El secretario general de la OCDE explicó que “el entorno internacional es muy malo y muy difícil. Hemos vivido y sufrido la peor crisis económica y financiera, de empleo y desigualdad de nuestras vidas. La nueva proyección de la OCDE apunta a 2.9 por ciento de crecimiento de la economía del mundo; le redujimos en más de un punto en un plazo muy corto”.
“Estas decisiones y guerras comerciales no sólo amenazan sino ya costaron por la incertidumbre y la baja inversión”, subrayó.
Explicó que en este entorno internacional, México parece tener un impacto especial y fuerte, debido a que es de los países más abiertos del mundo con todas las ventajas y beneficios que se tienen por esta circunstancias y estar conectado con las principales economías; no obstante, cuando hay problemas en el comercio e inversión, afecta a las naciones más incorporadas a esa red.
En este momento sucede que a nuestros principales socios comerciales se les cayó el crecimiento, como los casos de Estados Unidos y Europa, donde Alemania tuvo prácticamente una recesión en términos técnicos porque durante dos trimestres consecutivos creció en negativo, esto obviamente afecta más a un país como México.
El bienestar es imperativo del crecimiento, apuntó Gurría Treviño, sin embargo, aseguró que no se considera en los acuerdos internacionales, “descuidamos este aspecto a la hora de plantear las políticas de crecimiento”.
Debe haber un nexo claro entre aumento de la producción, crecimiento e inclusión. No podemos enfocarnos a un tema en particular como la redistribución de lo que ya existe. Se requiere de un vínculo entre la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente para lograr resultados sostenibles.
En materia de protección ambiental, estimó que se retrocede porque están aumentando las emisiones contaminantes y porque una serie de países quieren salirse del Acuerdo de París, cuyo objetivo es atender los efectos del cambio climático.
Para acceder a una vida mejor, apuntó, que los gobiernos deben tener cada vez más conciencia y mejores políticas, llevarlas a cabo y convertirlas en leyes, en regulaciones y en códigos, en lo que es indispensable la participación de los Congresos.
En México y el mundo entero, la presencia de los parlamentos es cada vez mayor en la toma de decisiones y elaboración de las políticas. “Tenemos la participación activa de México en la Red Parlamentaria de la OCDE, sin excepción. Los Congresos en cada país integrante de la organización tienen una aportación más importante”.
Felicitó y agradeció a la Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Laura Angélica Rojas Hernández, este diálogo y el trabajo que han desarrollado en la Red Parlamentaria para analizar la información y las políticas públicas.
Gurría Treviño sostuvo que nuestro país no es uno de los más pobres del mundo, pero sí uno de los más desiguales, “en México la desigualdad es del doble” respecto al promedio de los integrantes de la OCDE.