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AMLO se enoja, Durazo también

; ante impotencia, el presidente insulta a los reporteros; si no es loa, es amarillismo

El presidente Andrés Manuel López Obrador se enoja, su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, también y el motivo tiene nombre y apellido, el operativo Culiacán, en el que por cierto, las explicaciones siguieron, al l igual que las contradicciones y los vacíos informativos, lo que derivó ni más ni menos que en la furia presidencial, cuando el tabasqueño no soportó la batería de cuestionamientos que desde todos los frentes le dirigieron en la gustadísima conferencia de prensa mañanera de ayer, que duró dos horas y media, los reporteros que no son afines ni a él, ni a la llamada cuarta transformación.

No soportó AMLO que los diferentes medios de comunicación, no hubieran exaltado su humanismo para salvar la vida de miles de mexicanos en Culiacán ni le hubieran lanzado loas a su labor como jefe del Ejecutivo.

Debido a ello, ante su incompetencia e impotencia ante los representantes de los medios, el tabasqueño se dio a la tarea de insultarlos con una frase atribuida a Gustavo Madero, hermano del expresidente Francisco I. Madero y señaló que  los medios de comunicación “le muerden la mano a quien les quitó el bozal”. ¡Vaya forma de salirse la del presidente, cuando se encuentra acorralado y sin saber qué decir.  

Para hoy, habrá un tercer acto de la gustada conferencia de prensa, show de stand-up del presidente López Obrador, quien no debería de olvidar que las dudas persisten y lo único que ha logrado el tabasqueño, es ampliarlas y ahondarlas. Con razón se dice que la víscera es tan mala consejera.

Una de esas dudas, por ejemplo, entre otras muchas cuestiones, es que nunca se ha explicado bien a bien por parte del gobierno, a cambio de qué fue liberado Ovidio Guzmán. Ni tampoco han aclarado si López Obrador estaba o no enterado de estas erráticas acciones.

Otra pregunta que ha quedado, por lo menos hasta el momento, sin respuesta, es por qué el teniente coronel Juan José Verde Montes, titular del área de la Secretaría de la Defensa Nacional en la que se analiza información sobre el narcotráfico, tendría que ser amonestado por un operativo que planeó –con perdón de la expresión-, “con las patas”, el flamante secretario de Seguridad Pública.

Lo que resulta verdaderamente patético, es que el gobierno de la llamada cuarta transformación haya exhibido al teniente coronel Verde Montes, exponiéndolo con ello a cualquier tipo de peligros y riesgos por parte de la delincuencia organizada.

Visiblemente molesto con los reporteros que, según él, se van con todo, López Obrador dijo que no dejaría ningún “cabo suelto” para no dar pie al amarillismo, “para que no haya invención, cuando menos en nuestro gobierno”. Ahora resulta que si no es loa, se trata de entonces de amarillismo.

Poco después de la conferencia de prensa mañanera de ayer, el secretario Durazo se apersonó en el pleno de la Cámara de Diputados y lo que trató de vender durante las poco menos de seis horas que duró su comparecencia, fue que por primera vez en la historia, lo acompañaron al Palacio Legislativo de San Lázaro el titular de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval; de Marina, José Rafael Ojeda Durán; el consejero jurídico de la presidencia de la República, Julio Scherer, con lo que el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana se sentía protegido, diríase que” apapachado” por quien llamó su equipo, así como a los diputados pertenecientes a las diferentes bancadas que lo defendieron.

El PVEM lo hizo “a capa y espada”, al tiempo que la fracción parlamentaria del PRI, se mantuvo como una especie de “testigo de piedra”. Por su parte, la reducida bancada del PRD, subió a la tribuna con una playeras negras con letras doradas en las que se podía leer una frase que representa casi, casi, la esencia de la estrategia lópezobradorista en contra de inseguridad y que sin duda, pasará a los anales de la historia: “¿fúchila, guácala!” y la diputada del Sol Azteca, Guadalupe Almaguer, se quejó de que nunca, Durazo el contestó, pues estaba de lleno en su pleito con el PAN.

El pleito empezó con el diputado panista, Jorge Espadas y siguió con el resto de los integrantes de esa bancada en San Lázaro a quienes Durazo Montaño les gritó que por dos sexenios, Acción Nacional tuvo la oportunidad, “de hacer lo que les dio la gana y fracasaron, dejaron un país en llamas, ahora permítanos trabajar”! O sea, igualito que su jefe, el titular de la SSPC le echó la culpa de todos los males al pasado, por lo que se llevó tremendas rechiflas.

Debajo de la tribuna, los panistas colocaron un letrero en el que al principio había una cifra: 30 mil 520 y terminó con 30 mil 524 porque cada dos horas en México, se asesina a una persona.

Los diputados de Acción Nacional tomaron la tribuna en el Salón de Sesiones con varias preguntas que aparecieron en enormes cartulinas negras, entre las cuales se destacan: ¿El presidente sabía sí o no de la orden de extradición (en contra de Ovidio Guzmán); ¿quién negoció con los narcotraficantes?; ¿cómo se fortalece el gobierno con la liberación de un capo?, ¿seguirá el presidente insistiendo en su ceguera voluntaria sobre estos hechos?, ¿lo ocurrido en Culiacán fue un acto de terrorismo?

Tres diputadas de plano le solicitaron a Durazo Montaño que renunciara ante su evidente incompetencia: Frida Esparza, del PRD; la diputada independiente Ana Riojas, que, como se recordará, le obsequió un “churro” de marihuana a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y la panista Adriana Dávila del PAN, porque  “lo único que lo mantiene en su puesto es la opacidad de este régimen”.

Tratando de mantener la actitud que dijo que tendría desde un principio, la de no aceptar las provocaciones ni caer en juegos, Durazo respondió: “Si una renuncia resolviese un problema de la dimensión que tenemos, no tendría ningún  inconveniente en ponerla sobre la mesa… ni busqué esta responsabilidad pero una vez asumida, no la eludiré y estaré aquí cumpliendo en la medida que tenga que aportar a la solución del problema de la inseguridad”. Pues por lo visto, ya no tiene mucho que aportar el sonorense.

Finalmente, para el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara Baja, Mario Martín Delgado, Alfonso Durazo fue ayer, “un hombre valiente que encaró a la oposición”. No, pues sí. Sin comentarios.

morcora@gmail.com