No deja de llamar la atención que mientras la Organización Mundial de la Salud ha declarado al Covid-19 como una pandemia; en Estados Unidos hay cientos de contaminados con el coronavirus, el presidente Donald Trump evade todas las veces que puede hablar del tema, hasta que ya no pudo más y dio un mensaje en el que dijo que protegerá la vida de los estadunidenses, “el virus no tendrá ninguna oportunidad contra nosotros”. El Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, decretó una cuarentena nacional durante 21 días a pesar de que no tienen ningún caso confirmado en su territorio; el Covid-19 ha dejado paradas a muchas economías del mundo y sin clases a alrededor de 366 millones de alumnos de todos los niveles y el gobierno de esta llamada cuarta transformación ha demostrado que ante la pandemia, México no está listo porque nos toma “con los dedos en la puerta”, básicamente porque hay muchos casos de coronavirus que no han sido detectados y que sin embargo contagian a otros porque durante las dos primeras semanas, el coronavirus es asintomático, tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como su flamante jefe de Oficina, Alfonso Romo Garza, están tan tranquilos, como si no pasara nada, o bien, no existiera motivo alguno para preocuparse y sobre todo, ocuparse, sobre todo en un mundo que está reaccionando de forma dramática, es decir, respondiendo a la crisis.
Ante la gran sorpresa que ha ocasionado, Romo llama a tomar las cosas con calma, ¡qué tal! Se consignaba en anterior entrega que el tabasqueño, como dice el refrán, “está viendo la tempestad y no se hinca”, pues tal parece que ya se le sumó uno de sus hombres más cercanos y así, poco a poco, lo irán haciendo el resto de los integrantes del gabinete de esta llamada cuarta transformación, que han comprado absolutamente toda la versión de que los culpables del coronavirus, son los neoliberales y conservadores.
López Obrador, dijo también estar tranquilo y agregó que nuestro país cuenta con los mejores expertos atendiendo este asunto, nadie lo duda pero, si al flamante subsecretario de Salud, Hugo López Gatell la OMS le tiene que enmendar la plana respecto a que los síntomas del Covid-19 “no son los de un catarro”, amén de que no hay pruebas de que el clima lo haga más o menos letal, es decir, desafortunadamente este virus no se muere con el calor, como insiste en hacerlo creer esta siempre competente cuarta transformación.
Quizás el señor presidente olvida que en México, el coronavirus afectará y mucho en la parte económica. Por poner solo dos “botones” de muestra, pegará al turismo, los Cruceros, por ejemplo, y a las cadenas de abasto y eso, es solo el principio.
Lo peor es que el gobierno lópezobradorista no ha presentado un Plan B ante la emergencia, simple y sencillamente, porque no lo tiene, aunque Romo Garza diga que todavía no es tiempo de hacer un plan definitivo porque apenas van dos días de crisis. ¿Qué estará esperando que pase este destacado funcionario?
La política energética se ve desde ya, seriamente afectada. Si se toma en consideración que Pemex perdió el año pasado 35 mil millones de dólares, en esta difícil coyuntura mundial, se puede esperar lo peor, más aún, con el flamante director que tiene la paraestatal en la persona de Octavio Romero Oropeza, el compadre favorito de la llamada cuarta transformación, que no ata ni desata desde que llegó a esa alta responsabilidad en la que lo único que ha expuesto, es su gran y total incapacidad.
Aquí tampoco funcionan los llamados a la tranquilidad y a la calma. Los especialistas recomiendan que Pemex debería olvidar privilegiar la capacidad de refinación; ahí está como ejemplo el fracaso de Dos Bocas aún antes de ser construido.
Lo que se requiere, es cambiar la dirección de la política energética en esta administración y abrirse a la inversión privada. Urge un programa de emergencia para incrementar inversión tanto nacional como extranjera
La depreciación del peso es imperdible señal de que se viene una crisis ante la cual, se tendrían que proponer programas de ayuda federal para recompensar las pérdidas empresariales, pero con este presidente tan populista cuyos programas sociales han sido un rotundo fracaso, que está más preocupado por anunciar que habrá visitas guiadas al tan llevado y traído avión presidencial rifado no-rifado, México navega sin dirección.
MUNICIONES
*** La prudencia, confianza y la buena fe se impusieron en el Senado. El diálogo, de nueva, cuenta dio resultados y a partir de éste se logró superar una crisis que produjo la suspensión del trabajo legislativo por el supuesto hallazgo de sistemas de transmisión que el PAN adujo como instrumentos de espionaje después se aclaró que fueron instalados desde hace más de 10 años. Así fue como los coordinadores de los grupos parlamentarias de los otros partidos políticos encontraron el camino a la normalidad, la negociación y el diálogo. Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena, encabezó en lo individual y en largas sesiones con las distintas fracciones el camino a la recuperación de la armonía y el trabajo. El senador al refrendar la amistad, la unidad y la gobernabilidad de la Cámara de Senadores, mencionó que, en los trabajos por la unidad legislativa, luego de esta crisis, participaron por Acción Nacional, los senadores Xóchitl Gálvez y Gustavo Madero; por el PRI, el senador Manuel Añorve; por el Partido Verde, el senador Raúl Bolaños Cacho. Mientras que, por Morena, estuvieron los senadores Eduardo Ramírez y Lucy Meza; por el Partido del Trabajo, Geovanna Bañuelos; mientras que por el PRD, Miguel Ángel Mancera; y por Movimiento Ciudadano, el senador Dante Delgado. Se acordó realizar un barrido general en todo el inmueble que aloja al Senado con el fin de quitar cualquier instalación que esté en desuso o que ya no sirva. Se exhortó a la Fiscalía General de la República (FGR), para que acelere la investigación. Se instaurará un código de ética para que los trabajadores de las senadoras y los senadores no alimenten las redes sociales, agraviando a sus pares de otra bancada. La Dirección General de Administración entregará los planos de cómo estaban los grupos parlamentarios en el año 2011 y 2012, para llegar a un acuerdo de cuántos micrófonos quedaron instalados y en desuso en aquel momento.