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La fortaleza económica de México continuó en el tercer trimestre del 2023, hilando 6 trimestres consecutivos de resultados positivos, gracias al impulso relevante tanto en la industria como los servicios, su racha más larga desde 2015. No obstante, renglón aparte, la agricultura está aumentando (1.2%), a pesar de un entorno complejo en términos de las condiciones de sequía en el país. El INEGI dará a conocer la cifra preliminar del PIB del 3T23 mañana el martes, donde esperamos un avance de 0.8% (3.2%). Con ello, igualaría la expansión de los dos trimestres previos. El impulso vendría principalmente de la fortaleza en la construcción, desde mayo.

Sin embargo -advierten analistas de Banorte-, el panorama parece más retador en el corto plazo. Las señales en lo que va del último trimestre del año son más adversas, por lo cual esperamos una expansión más moderada de 0.4%. Uno de los mayores riesgos se deriva de la huelga de los trabajadores del sector automotriz en EU, la cual ya acumula seis semanas –con noticias favorables para dos de las tres armadoras esta semana, aunque esperando información más concreta al cierre de esta edición. Creemos que esto es muy relevante ya que las manufacturas han mantenido señales de debilidad en los últimos meses. El rubro de transporte se vería más afectado.

Para los servicios, pensamos que los principales retos provienen de la inflación, esperando mayores presiones en el rubro no subyacente durante los próximos meses. Además, los últimos datos sectoriales han mostrado mayor volatilidad, particularmente en rubros discrecionales como ‘entretenimiento’ y ‘alojamiento’ y restaurantes’. Sin embargo, creemos que la fortaleza de los fundamentales –entre ellos las remesas familiares, que para octubre estimamos que mantendrán una tendencia positiva– debería compensar por esto. También del lado positivo, un hilo conductor relevante de impulso vendrá de la construcción, tanto en el frente público, como privado. Sobre los primeros, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño Lara, comentó que el gobierno federal entregará al menos 50 obras relevantes actualmente en marcha antes de que termine el sexenio. Entre estos proyectos destaca el Tren Maya y otras obras relacionadas con el Corredor Transístmico. En los segundos, NAFIN y Bancomext anunciaron en semanas recientes que ampliarán su cartera de productos para impulsar al sector inmobiliario industrial con el fin de aprovechar la ola del nearshoring. Sobre esto último, el gobierno federal también anunció estímulos fiscales a partir del próximo año para 10 sectores estratégicos. Considerando esto, mantenemos nuestro estimado del PIB en todo 2023 de 3.3%.

Entre los factores positivos para el crecimiento al inicio del 2024, están, además de continuar con las obras de infraestructura, otro estímulo vendrá del monto y momento de entrega de los programas sociales. En primer lugar, el Paquete Económico 2024 propone un crecimiento de 18.2% real en los recursos para los programas prioritarios. En segundo, recordemos que los pagos normalmente serían en abril y mayo (y algunos días de junio). Sin embargo, en 2024 deberán adelantarse a más tardar a marzo para cumplir con la veda electoral. También es muy probable que el salario mínimo crezca a doble dígito (probablemente entre 15% a 25%) a partir de enero. Esto incrementará el ingreso disponible de las familias.

A pesar de lo ya mencionado, creemos que las condiciones globales serán más complejas. Anticipamos una desaceleración más pronunciada del consumo en EU ante el apretamiento de las condiciones crediticias (tasas de interés más altas, mayores pagos de intereses y la reanudación de pagos de créditos estudiantiles, entre otros factores). Esto podría ser un lastre para la demanda externa. Con una base complicada y el ajuste en las erogaciones del gobierno –ocurriendo en su mayoría antes de la elección–, anticipamos caídas secuenciales en el segundo semestre del año próximo.

Oportunidad para que la IP mexicana impulse cadenas productivas internacionales.

La pérdida de predominio económico de Estados Unidos y su creciente confrontación con China, han generado un vacío en las cadenas de valor internacionales, lo cual brinda a México una oportunidad para asumir un papel protagónico en el restablecimiento del sistema multilateral nos dicen analistas de Xepelin, empresa de factoraje tecnológico establecida desde 2019, que se está destacando como una herramienta financiera de vanguardia.

Debemos entender -añaden los especialistas- que la dinámica de las cadenas productivas globales no solo está en manos de las grandes corporaciones, ya que el modelo asiático de las últimas décadas nos mostró que las pequeñas y medianas empresas son fundamentales para crear el ecosistema propicio para el desarrollo. Es crucial que el sector privado mexicano – en particular las empresas medianas – actúen ahora y aprovechen esta oportunidad. Al incrementar su competitividad a niveles internacionales, los empresarios mexicanos de tamaño medio pueden ser el motor que impulse al país hacia un nuevo horizonte económico.  

Para entrar en estas cadenas productivas, las empresas requieren tecnología, talento e infraestructura, para lo cual, el acceso a financiamiento a corto plazo ágil y con tasas de interés asequibles es indispensable. Y más que capital puro, requieren tecnología e inteligencia para la toma estratégica de decisiones.

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