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Cuando todo parecía indicar que los tiempos de discordia, malos ratos y maltratos para las empresas de gasoductos habían terminado, se vuelven a encender las alarmas en el sector.

Tras el júbilo detonado por los anuncios en torno a memoranda de entendimiento firmada entre la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y las empresas líderes en la industria que hacía vislumbrar una nueva etapa para la industria, hete aquí que las cosas no van como se planearon y empiezan aparecer los quita-risas.

Añada que recientemente los ambientalistas de Greenpeace dijeron no estar muy contentos con los nuevos proyectos anunciados y están dispuestos a hacer lo que mejor saben.

El combativito grupo está coordinando jornadas de oposición al proyecto Puerta al Sureste encabezado por TC Energy, que anteriormente se llamaba TransCanada, bajo el argumento que el  nuevo ducto marino causará daños a los ecosistemas marinos del

Golfo de México, concretamente en Tuxpan, Veracruz.

Concebido como una extensión del gasoducto conocido como Sur de Texas – Tuxpan, el proyecto Puerta al Sureste busca llevar gas barato que la CFE compró en exceso en Estados Unidos hasta Tabasco, y de ahí que si los esfuerzos de la empresa que lleva Manuel Bartlett y la firma gala ENGIE llegan a concretarse, se alimentará  el proyecto de expansión del veterano de los gasoductos en México, el Mayakan, que se denomina Cuxtal II, que llevará el tan necesario hidrocarburo a las nuevas plantas de ciclo combinado que se construyen en tierras del Mayab.

Aunado a los problemas ambientales que Greenpeace esta causando y al reto que implica que la CFE y ENGIE logren un acuerdo, hay una pieza del rompecabezas faltante: un ducto pequeño en Tabasco para linterconectar Puerta al Sureste con Cuxtal ll que TC Energy no quiso hacer, y ENGIE tampoco quiere asumir el compromiso, aunque hubiera sido lo más natural que cualquiera de esas dos empresas lo hicieran, como parte de sus respectivos proyectos.

Y es que ese ducto de interconexión plantea enormes retos para su ejecución, tanto técnicos como de diseño, regulatorios, de ejecución y ahora, que se vuelve a poner de moda, surgen los retos ambientalistas. El caso es que ese proyecto es ya el negrito en el arroz, el tigre de la rifa, la tortilla de arriba; y habrá que ver quién es el ingenuo que se avienta el tiro ya que los que en verdad conocen el tema claramente han dicho ¡No gracias! Al tiempo

La ruta del dinero


El reciente aumento de casi 120 por ciento en la importación de vehículos pesados usados plantea un giro significativo en el panorama del mercado. La sorprendente alza contrasta con la urgente necesidad de modernizar la flota y avanzar hacia vehículos de cero emisiones. A pesar de las asimetrías regulatorias y la creciente demanda en la región de Norteamérica resulta esencial reconocer que la mayoría de esos vehículos supera los 10 años de antigüedad, lo que entraña preocupaciones en términos de emisiones y seguridad vial, a decir de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) que lleva Miguel Elizalde.