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Con creces está pagando la ministra Loretta Ortiz, que el presidente Andrés Manuel López Obrador le haya hecho el favor de colocarla en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. No necesita decirlo, pero se nota que la exdiputada está en el máximo tribunal de la Nación, a las órdenes del inquilino de Palacio Nacional y sin chistar, cumplirá hasta el más mínimo capricho de quien en realidad es su jefe y no se trata, desde luego del ministro-presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, que por cierto, también hace lo suyo para complacer al de Tepetitán.

Una muestra de lo anterior se dio ayer, porque el voto de Ortiz Ahlf, resultó decisivo para que la Corte, declarara constitucional la figura de los “superdelegados”. Efectivamente, esa que se inventó López Obrador para colocar a uno de ellos en cada estado de la República para por lo menos, un par de objetivos. El primero, que le hicieran “marcaje personal” al respectivo gobernador, especialmente si este era de oposición, para asumir ellos el poder real y la segunda, irlos fogueando, porque se supone que la elección del dedo mágico del presidente, era una especie de ungimiento a quien sería el candidato de Morena al gobierno de la entidad que se tratara, pero además, tienen la función de ser operadores electorales, obvio, a favor del partido oficial.

Sin embargo, al tabasqueño, -para variar-, se le salió todo de las manos pues los famosos “superdelegados”, aprovecharon esa privilegiada posición para, digamos, su beneficio muy personal; estos malos manejos salieron a la luz y el presidente se hizo como que no se enteraba de nada.

A los inicios de su administración, López Obrador definió a los “súperdelegados” como “una simplificación administrativa que elimina intermediarios”, función que por cierto, nunca han cumplido y se supone que también eran o son, auxiliares de las dependencias federales para la aplicación de los planes y programas de esta errada y llamada cuarta transformación y por ello, tienen el control presupuestal precisamente, de esos programas sociales así como la lista de los beneficiarios.

Con razón hay tantos testimonios que circulan por las “exbenditas redes”, en los que se puede apreciar a los llamados “siervos de la Nación”, sobre todo en época electoral, visitando a dichos beneficiarios para advertirles que si no votan por Morena, se les retirarán los apoyos. O bien, cuando luego de una prolongada jornada de trabajo, puede verse a estos nobles empleados robándose lo que pueden en una tienda de conveniencia.

Por otra parte, no debe asombrar que la ministra Loretta Ortiz, desde que llegó a la Suprema Corte, tenga algunos privilegios. Según se sabe, pudo cambiar a su gusto las oficinas que ocupa, tirando todo el mobiliario; quitando y poniendo paredes y eso sí, muebles nuevos. Qué tal que no estuviéramos en austeridad.

En fin, qué desafortunado que el presidente López Obrador haya logrado construir una SCJN totalmente a modo, doblegada.

MUNICIONES

*** La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presenta el Diagnóstico sobre los alcances y retos del “Mecanismo de protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas” y la necesidad de una política de estado para la protección a las personas defensoras y periodistas, cuyo objetivo es brindar elementos para el análisis de la realidad que viven las y los trabajadores de la comunicación, así como las defensoras y defensores de derechos humanos, en el marco de un México en transformación. El documento, elaborado por la Quinta Visitaduría General de este Organismo Autónomo, estudia si el referido Mecanismo ha tenido un impacto significativo para enfrentar la violencia que afecta el ejercicio de la libertad de expresión y del activismo, o si es necesario buscar y construir otras vías de protección. De los datos analizados en el presente informe, es de destacar que, entre diciembre de 2018 y diciembre de 2021, se registraron 49 homicidios de periodistas. En el sexenio anterior se contabilizaron 161 asesinatos de defensores de la tierra, cifra que convirtió a México en uno de los países más peligrosos para los protectores del medio ambiente. Y en lo que va de la actual administración, suman 94 defensores de derechos humanos asesinados, mismos que tienen su origen en el crimen organizado, la impunidad imperante y la falta de una cultura que dimensione la importancia que tiene su labor, entre otros factores.

*** “Color de hormiga” se están poniendo las cosas en Tamaulipas en la víspera de las elecciones del próximo 5 de junio. Resulta que la bancada del PAN en el Senado de la República, que coordina Julen Rementería, acusó a la Junta de Coordinación Política de esa instancia legislativa, se supone que habría organizado al candidato de Morena al gobierno de Tamaulipas, Américo Villarreal, “un mitin para cobijarlo”, explicaron los albiazules, por los señalamientos que pesan sobre Villarreal de presunto “apoyo del crimen organizado y huachicoleros, así como de enriquecimiento ilícito que debe explicar a las tamaulipecos y a todo México”.

*** En una de las veces que López Obrador fue candidato presidencial, en su largo camino de 18 años, la frase de “cállate, chachalaca”, le costó la candidatura; otra más que abonó a esto, fue la de mandar “al diablo” a las instituciones. Pues bien, ayer se le olvidó todo eso al tabasqueño, al cabo que ya despacha en Palacio Nacional y visiblemente molesto, ante tanta pregunta de por qué vendrán a México 500 médicos cubanos, de plano explotó y respondió con todo el odio que es capaz de generar, gritando: “¡Que se vayan al carajo porque lo primero es la salud del pueblo!” O sea, de que van a venir, ni hablar. El problema es que con esa frase, López Obrador una vez más miente, porque si en realidad tanto le preocupara la salud “del pueblo”, no hubiera propiciado la tremenda escasez de medicamentos que hay en el país. También hay que recordar que gracias a sus “buenos oficios”, muchos niños se quedaron sin medicinas para sus tratamientos de cáncer y a él no le importó en lo más mínimo. Si lo anterior fuera insuficiente, hay que traer a la mente que nada más producto de su odio, destruyó el programa Seguro Popular y lo cambió por uno de sus “elefantes blancos” que resultó ser todo un fracaso, el Instituto del Bienestar, que solo causó vergüenzas. ¿Es así como dice defender la salud del pueblo?, ¿qué pasó, no que México tendría un nivel de salud igualito que al de Dinamarca? Para finalizar, hay que subrayar que ahora López Obrador se la pasa afiliando a todo mundo a lo que ha bautizado como IMSS-Bienestar. O sea, está inflando un sistema de salud ineficiente como el que ha formado. Con razón el presidente de México no acude a Foros como el de Davos; nunca ha ido, definitivo, no está a la estatura de verdaderos jefes de Estado. ¡Qué tal!

morcora@gmail.com