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El organismo internacional decidió ampliar por otros 2 año más la línea de crédito a México como respuesta a los siguientes factores: por sus fundamentales macroeconómicos y de política económica “muy fuertes”; por un régimen de tipo de cambio flexible; un marco de objetivos de inflación creíble; una adecuada la ley de responsabilidad fiscal y un sector financiero bien regulado. Cabe destacar que desde 2017 –excluyendo 2020 por la pandemia y 2022 debido a un entorno externo retador–, el gobierno mexicano ha decidido disminuir gradualmente dicho crédito para favorecer un manejo más eficiente de los activos y pasivos del gobierno federal. En línea con esto, el FMI mencionó que “…México continúa expuesto a elevados riesgos de cola en el frente externo, aunque menos que en años previos…”, consistente con la decisión.

En efecto, el monto de la línea de crédito -señalaron analistas de Banorte- se redujo por las propias autoridades mexicanas a 26.7 mil millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), lo que equivale a cerca de US$35 mil millones. Como en ocasiones previas, las autoridades mexicanas refrendaron su intención de utilizar el acuerdo como precautorio. México, ciertamente, tiene otro soporte importante para apuntalar la solidez macroeconómica, que proviene de los US$205.3 mil millones de reservas internacionales. Por lo anterior, México continuarán con la estrategia de revisar el nivel el próximo año, sujeto a las condiciones externas que enfrente el país, que le permitan fortalecer aún más los niveles adecuados de reservas, que sustentan la posición financiera externa de nuestro país.

Continúa proceso de reducción en la inflación, empujado por productos agropecuarios.

La dinámica de inflación ha sido más favorable de lo que anticipábamos en quincenas recientes. Aguardamos los datos de la 1ª quincena de noviembre, el jueves. Sin embargo -nos dicen analistas de Banorte-, pensamos que los riesgos para los precios siguen sesgados al alza, por la dinámica favorable para los precios en las últimas quincenas, con caídas relevantes en agropecuarios. “Contrario a nuestra visión, desde la 2ª quincena de septiembre hemos visto disminuciones relevantes en los precios de bienes agropecuarios, acumulando -2.5% a partir de ese periodo hasta la 2ª mitad de octubre. Destaca el -4.0% en las frutas y verduras y el -1.1% en los pecuarios. En específico, anticipábamos presiones en este rubro debido a condiciones retadoras de sequía en nuestro país, sumándose a otros temas climatológicos adversos. No obstante, este no fue el caso. En retrospectiva, pensamos que el sector pudo haber obtenido cierto soporte de precios de fertilizantes más bajos y mayores importaciones de algunos bienes. No obstante, creemos que la tendencia reciente se revertirá, anticipando alzas en estos rubros tan pronto como en la 1ª quincena de noviembre, como detallamos a continuación.

Avance de 0.62% 2s/2s en la inflación de la 1ª quincena de noviembre… Esto sería más alto que el promedio de los últimos 5 años en 0.52%, pero más cercano al de 10 años, en 0.64%. Como bien es sabido, la dinámica está dominada por el fin de los descuentos de verano en las tarifas eléctricas, con el segundo tramo revirtiéndose en este periodo. Sin embargo, el resultado podría estar influenciado por el desempeño en otros factores, como, por ejemplo, “esperando incrementos relevantes en el jitomate y ciertos pecuarios, por nombrar algunos”.

Lo que nos llamó la atención dentro de nuestro monitoreo fueron incrementos en bienes clave dentro de los agropecuarios, tales como el jitomate, pollo y huevo. Para estos dos últimos, notas en prensa relatan que la producción se encuentra afectada por: (1) La persistencia de ciertos focos de gripe aviar a nivel nacional, con una declaratoria de emergencia en EU, y (2) un clima más frio que impacta el ritmo de postura de las gallinas.

Por supuesto, aún está la posibilidad de un invierno más álgido, lo que afectaría áreas importantes del sector agropecuario y el alto consumo de energéticos que impactaría en presiones inflacionarias.  En efecto, de acuerdo con el Centro de Predicción del Clima de la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de EU. (NOAA por sus siglas en inglés), la probabilidad de un evento ‘históricamente fuerte’ de El Niño se incrementó a 35% en noviembre desde 30% en octubre. Muchos analistas en EU temen que sus efectos resulten en condiciones más extremas, afectando las cosechas y la demanda de energéticos de manera importante.

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