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Como cada seis años, los mexicanos atestiguamos los diversos rituales de quienes aspiran al poder en sus diversos niveles del sistema político. Vamos desde los “tapados”; los “designados”, por encuesta; los electos por votación directa, hasta la modalidad de los independientes.

El proceso rumbo al 2024, se adelantó con los “destapes” de las “corcholatas” en Palacio Nacional y con la inscripción de los mejores “gallos” en la oposición. La partidocracia mexicana se reagrupa para dar la batalla por el control del poder.

En la antesala del 2024 México retrocede peligrosamente hacia el presidencialismo. Morena consolida su hegemonía territorial sin contrapesos regionales al poder que concentra y detenta Andrés Manuel López Obrador, como jefe de partido y de campaña.

El canibalismo político se ha disfrazado de alianzas y coaliciones, donde debiera haber actitudes honestas y propuestas sociales se impone la guerra sucia. Los acuerdos cupulares o la regresiva y perversa idea de heredar el poder a sus díscipul@s para seguir gobernando a distancia avanza.

A diferencia de otras épocas, hoy existe un elemento diferenciador en la liturgia y es que el “ungido”, no necesariamente será el ganador. Los ciudadanos le perdieron el miedo a la alternancia política y el abstencionismo, que rebasa el 60 %, se ha convertido en el enemigo a vencer en los procesos electorales.

Es el voto prosistema vs antisistema. La violencia; la crisis económica; la ausencia de propuestas de los candidatos; La falta de motivación por el incumplimiento de promesas políticas, o la apatía, ha reducido la participación ciudadana a un 30 o 40% en los comicios.

El hartazgo social y la polarización, avanzan en el territorio nacional y electoral. La promiscuidad ideológica abrió un espacio al populismo. Los partidos políticos dejaron de ser representativos. Ahora, los ciudadanos eligen a un candidato, no votan por una ideología.

Además, la narcopolítica, también participa, se impuso al sistema tradicional, designa candidatos y controla la jornada de votación como lo hemos confirmado en las elecciones recientes.

Por lo pronto, en nuestra democracia bufa, tenemos la campaña disfrazada de “recorridos” y posterior encuesta en Morena, con sus seis aspirantes a «Coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación» para las elecciones de 2024.

El presidente López Obrador puso a competir por Morena a: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López. Les hacen comparsa Manuel Velasco por el PVEM y Gerardo Fernández Noroña por el PT.

Aunque ya tiene la decisión tomada y la hará oficial el próximo 6 de septiembre. El “rayito de democracia”, sólo ilumina a quien practica el evangelio según San Andrés: “estás conmigo o contra mí” y en radio pasillo se dice que la más devota es la ex Jefa de Gobierno de la CDMX. ¿Será?

En la otra esquina, está la “Alianza Va por México”, integrada por el PAN, PRI Y PRD, que habrá de elegir al “responsable de la construcción del Frente Amplio por México” (FAM) El comité organizador recibió un total de 33 solicitudes de registro. La elegida o el elegido se convertirá eventualmente en el candidato presidencial de la alianza.

José Ángel Gurría, exsecretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), será el responsable de dirigir el proyecto de nación del FAM, el cual aseguró «logrará que en 2024 y por primera vez, se cuente con un gobierno de coalición».

Contra todo pronóstico, la senadora Xóchitl Gálvez, lleva la delantera en el Frente Amplio y ha puesto nervioso al jefe de campaña de Morena, que, desde Palacio Nacional, en las mañaneras, la descalifica y la acusa, sin prueba alguna, de ser “la candidata de la mafia en el poder”. Al respecto la hidalguense, le respondió a través de un video:

“Usted, señor presidente, es un machista. Las únicas mujeres que usted respeta son las que usted impone, porque a los machos como usted les asusta una mujer independiente e inteligente, en mi vida nadie me ha regalado nada”

El tablero político se movió y la subestimada oposición tiene ahora una aspirante disruptiva con carisma y talento que conecta con el ciudadano y puede darle batalla a la “corcholata” de López Obrador, quien se ha mostrado titubeante para confrontarla y seguramente lo obligará a hacer ajustes.

Ojalá los dirigentes del PRI, PAN y PRD, tengan claro que es la aspirante con mayor contrapeso para enfrentar a MORENA en la sucesión presidencial. Su franqueza y orígenes pueden ser el antídoto a la “superioridad moral” que presumen los morenistas. 

Así las cosas, los juegos de poder entre los aspirantes se intensifican. La democracia interna en los partidos, es una utopía. Y la liturgia del dedazo está más vigente que nunca.

Vericuentos

Monreal ¿piso parejo?

Por enésima vez, Ricardo Monreal, senador con licencia, pide piso parejo, envió una carta al líder nacional de Morena, Mario Delgado, para solicitarle que ordene el retiro de los 915 espectaculares que se colocaron en 14 entidades del país para promocionar a Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard. El aspirante presidencial, dice que no hay pleito entre los aspirantes, sino una omisión de la dirigencia del partido. ¡Sopas!

@guillegomora