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No tardará mucho en ser público que, tras una serie de análisis y consideraciones, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se desistirá de comprar las acciones de Banamex, la banca comercial de Citi en México de la que se ha querido desembarazar sin éxito la agrupación encabezada por Jane Fraser; tras la renuncia de Germán El Buena Onda Larrea a comprar Banamex, López Obrador expuso en una mañanera que explorarían la oportunidad de que el gobierno mexicano se hiciera de activos valuados en cerca de 6 mil millones de dólares… pero dados los objetivos de dispersión de programas sociales, captación y de remesas, pagos de nóminas y proveedores gubernamentales, quedó claro que ya cuenta con otros instrumentos para ello.

Una poderosa herramienta para ello es Financiera del Bienestar, Finabien a cargo de Rocío Mejía Flores, lanzó una novedosa alianza público-privada para emitir una tarjeta ligada a una aplicación móvil (APP) con Broxel, de Gustavo Gutiérrez, para realizar remesas con comisiones altamente competitivas; y esa tarjeta también está diseñada para captar el ahorro de sus clientes así como desarrollar productos crediticios para apoyar a microempresas. Vaya, siendo FinaBien entidad descentralizada (antes Telecomm) adscrita a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes a cargo de Jorge Nuño, se puede afirmar que el gobierno en turno ya creo un banco no-banco que puede complementar y mejorar las funciones -limitadas, defectuosas, susceptibles a malos manejos- de Banco del Bienestar.

Es decir que ya no es necesario contar con Banamex para realizar las funciones esperadas para una banca con orientación social. Y para financiar proyectos de inversión en infraestructura se cuenta con Banobras-Fonadin que dirige Jorge Mendoza como ya se ha demostrado con eficiencia en la compra de la refinería Deer Park y apuntalar la adquisición de parte de los activos de Iberdrola. En menor medida, ahí están Nafin-Bancomext; y articular para transacciones más sofisticadas está la banca comercial y los fondos globales.

La sugerencia de comprar Banamex, se comenta, llegó de fuera del gobierno. Pero ya no mas y lo sabremos pronto. Y ni modo, el banco que dirige Manuel Romo se quedará para vestir santos hasta que haya otro comprador o, en su caso, se realice una oferta pública de acciones.

No hay recompra de Bonos Mexcat

La mala noticia para el desarrollo aeroportuario del país es que las cuentas hacendarias ya no dieron para recomprar (por ahora) los 4,200 millones de dólares de Bonos MexCat emitidos para financiar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México y cuya fuente de pago es el TUA generado por el antiguo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Tales bonos se siguen pagando aunque el NAIM esté fenecido… pero son una autentica loza que limita la inversión en mejora y reconstrucción (muchas urgentes, como la Terminal 1) del AICM que conduce el vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño. ¿Y ahora?

Prosa y la inteligencia de datos

Es notoria la ventaja estratégica que tienen las empresas que han pasado del acopio al aprovechamiento y explotación inteligente de la información. Y eso fue la materia prima del webinar “Data: Activo estratégico en la era digital” organizado por PROSA, y que contó con la participación de Roberto González, Country Manager de Fornetix; David Ruiz, Head of Data Analytics de Google Cloud y Paola Aguilar, General Manager Uber New Verticals y Cornershop by Uber. Ahí se expuso que un estudio de Google con 250 empresas latinoamericanas mostró que 60% se inclinó por usar la información y luego aplicar analítica avanzada y finalmente Inteligencia Artificial para enfrentar sus retos.

Marco Hernández, Chief Data Officer de PROSA y moderador del panel, coincidió en que las empresas cuentan con una gran cantidad de datos que provienen de diversas fuentes, posee la ventaja competitiva de esa información… por lo que uno de los grandes retos que tienen es lograr una visión de 360 grados con tales datos que permiten colocar al cliente en el centro de sus estrategias.

Topolobamo, cascos, cuotas y cuates

En el Puerto de Topolobampo, dirigido por el ingeniero naval de la Semar, Carlos Meraz Zavala, implementan una serie de reglas absurdas, que pueden prestarse a la corrupción. A partir de esta semana, se exige a los pasajeros que entran a abordar los ferris hacia La Paz y de retorno a Topolobampo, que porten casco y botas industriales. También exigen pagar 200 pesos a los guardias de seguridad y, a usuarios ocasionales hasta 500 pesitos si no se registran al sistema Puerto Inteligente y Seguro. El problema es que nadie sabe de la existencia de las reglas, porque son comunicadas verbalmente por personal de Topolobampo, ya que ni turistas ni pasajeros frecuentes lo saben. Eso sí, siempre está el recurso de pagar el brinco, como en los verificentros para que el vehículo salga aprobado. Los marinos del almirante secretario Rafael Ojeda Durán, tendrían que echarle una revisión al asunto.

@mfloresarellano

floresarellanomauricio@gmail.com