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Tan le causó “ruido” o “pasos en la azotea” a Morena el anuncio que hiciera la oposición la semana pasada en el sentido de que la alianza “Va por México” va unida  para las elecciones de este año en Coahuila y Estado de México, así como en la presidencial del 2024, que de manera por demás adelantada, ya están descalificando el proceso y por ende, judicializándolo a la voz de que si no gana el partido oficial, entonces en automático es fraude. La política del todo o nada.

Y el dirigente de Morena, Mario Martín Delgado, fue el primero en anunciarlo el sábado en Toluca y ayer en Coahuila. “Estamos enfrentando a un grupo de ladrones electorales, son un costal de mañas y seguramente vamos a ver las peores prácticas, pues se van a aferrar al hueso y no quieren que les quiten privilegios”, dijo desde la capital mexiquense.

Por su parte, la candidata Delfina Gómez Alvarez, señaló que aunque su campaña va “requetebién”, no se pueden confiar y aquí es digno de llamar la atención que alguien como la maestra de Texcoco que en sus tiempos de alcaldesa, se dedicó, -como es bien sabido-, a “pasar la charola” entre sus empleados para pagar la correspondiente cuota a su partido, ahora prometa que propiciará para los mexiquenses, en caso de obtener el triunfo, mejores oportunidades y mejores condiciones de vida y encima diga que “este año, nuestro opositores recibirán una inolvidable lección de dignidad”. Bueno, -dirá ella-, se trata de solamente promesas, de esas que no se cumplen.

Pese a que en Toluca, se vio una plaza llena de seguidores de Morena, dejó de sentirse con mucho el ambiente que se tuvo en junio del 2022, en la explanada del Teatro Morelos cuando se reunieron las “corcholatas” del presidente Andrés Manuel López Obrador y entonces anunciaron muy seguros que Morena habría de ganar las elecciones del 2023, sin embargo, advirtieron que morenistas y aliados deberían permanecer unidos, “no equivocarse, dejar de lado proyectos personales y apoyar al presidente López Obrador”.

A seis meses de distancia de ese día, ha sucedido todo lo contrario: el “fuego amigo” a lo interno del partido oficial, está a todo lo que da, al igual que las luchas intestinas y el doble discurso y como dato curioso, el inquilino de Palacio Nacional no ha podido frenar estos pleitos que le podrían costar muy caros y va a la baja en su calificación con un 59 por ciento, así que la pregunta obligada es: ¿dónde quedó el presidente que ocupaba a nivel mundial el segundo rango en popularidad?

En Coahuila, por otra parte, también hay preocupación en las filas de Morena por la amplia posibilidad que tienen de perder ese estado y para muestra está el “botón” de que en el mitin para arropar al candidato oficial, Armando Guadiana, se preocuparon más en dirigir sus ataques ni más ni menos que al exsubsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, a quien por cierto, el senador Guadiana Tijerina apoda “el policía de Acapulco”.

“Quien esté en Morena debe tener lealtad a los principios y valores de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo… Quien no respeta la voluntad del pueblo, traiciona la voluntad de éste y a ésos no los queremos en Morena”, dijo Delgado Carrillo en una más que clarísima referencia a Mejía Berdeja, lo que viene a revelar que hay temor de que esos pocos votos que se llevará el exsubsecretario abanderando las siglas del PVEM y el PT, aunque apenas alcanzan el 3 por ciento o lo medio rebasan, sí le van a hacer daño al partido oficial, de ahí que Guadiana declare cada vez que puede que Ricardo Mejía con su salida de esta errada y llamada cuarta transformación, le está haciendo un favor al PRI

Y quien también opinó que la ruptura en Coahuila no es nada recomendable, fue el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal Avila, quien reconoció que las elecciones en el Estado de México y Coahuila serán competidas, no obstante, “el exceso de confianza convertido en arrogancia no es buen principio”.

Por las “exbenditas redes sociales, Monreal destacó: «Morena resolvió bien para la entidad mexiquense, en el estado del norte son indispensables el PT y el PVEM para triunfar. La unidad es clave».

MUNICIONES

*** Y cuando en algunas alcaldías de la Ciudad de México, incluso panistas, han aparecido algunas discretas mantas con la leyenda “Con Marcelo Sí”, seguida de un corazón, la siempre flamante jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hace denodados y desesperados esfuerzos por convertir al Metro, de su tumba política, a un instrumento que pueda usar a su favor, de cara al 2024, pero al parecer, no lo logrará y menos le funcionará. Ayer, la funcionaria capitalina no viajó a ningún estado de la República a promocionarse con cargo al erario, más aún, después de lo ocurrido hace poco más de una semana en la Línea 3 del Metro, pero en cambio, encabezó la reapertura de la Línea 12, -aquella que se conoció como la tristemente famosa “Línea Dorada”-, en su tramo subterráneo que corre de la estación Mixcoac a Atlalilco. Hasta ahí llegó, -con retraso para variar-, la señora Sheinbaum, así como para enviar el mensaje de que ella no le tiene miedo a subirse al Metro y como para reiterar que existe, según ella, una campaña de sabotaje en su contra, en la que se utiliza a ese Sistema de Transporte Colectivo. El caso es que tanto temor tienen en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento porque las tragedias ocurridas puedan mermar seriamente las aspiraciones de la funcionaria capitalina, que no se permitieron preguntas y el director del Metro, Guillermo Calderón, quien debió de haber sido despedido  porque también tiene responsabilidad en la negligencia de lo ocurrido el pasado 7 de enero, se deshizo en halagos para el tramo inaugurado a la voz de que cuenta con excelentes condiciones de seguridad. ¿Será?

*** Y si Sheinbaum no aceptó preguntas, fue porque no tiene cómo explicar el por qué le ha retirado tantos recursos al mantenimiento del Metro y los utiliza para su campaña rumbo al 2024. Tampoco tiene nada qué decir de por qué elementos de la Guardia Nacional, fueron retirados de plazas donde la inseguridad hace lo que quiere para destinarlos al Metro y entre otras cosas, acallar las protestas de los usuarios en contra de lo que todo indicaría, es una militarización de este sistema de transporte colectivo. Además, Sheinbaum Pardo no tiene pruebas contundentes de que se haya armado un sabotaje en su contra.

morcora@gmail.com