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Ante los amagos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el Senado de la República tiene que hacerse una sola voz, mucho más allá de cualquier preferencia partidista. Por eso, durante la sesión de hoy, los legisladores harán un pronunciamiento consensuado entre todas las fracciones parlamentarias y no solo de parte de la bancada de  Morena, que en esa instancia legislativa coordina Ricardo Monreal.

Habrá un debate pactado entre todas las bancadas y por unanimidad, emergerá un enérgico pronunciamiento en el que expondrán estar de acuerdo en que se combata al crimen organizado, pero no mediante medidas que se consideran excesivamente unilaterales. Como se consignó en este espacio en anterior entrega, el inquilino de la Casa Blanca ha hecho de nuestro país su “piñata” electoral, que le permitirá reelegirse y distraer el debate sobre el juicio político que los demócratas, encabezados por Nancy Pelosy, le quieren hacer.  

Efectivamente y como lo dijo alguien que fue durante el foxismo secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbe: al presidente Andrés Manuel López Obrador, no le interesa la política externa, de plano, no le da ni tiene la más remota idea de cómo debe darse la relación con el poderoso vecino del norte. La política internacional pasa por prevenir y no por reaccionar tardíamente como le ha ocurrido a la llamada cuarta transformación.

Y si alguna prueba de lo anterior hiciera falta, ahí está que en su siempre gustadísima conferencia de prensa, el presidente, para variar, se salió por la tangente al abordar tan espinoso asunto.

Luego de señalar que como que no estaba de humor para abordar el tema, señaló: “vamos a hablar después. Hoy es víspera del Día de Acción de Gracias, quiero mandarles un abrazo a los estadounidenses”. Por lo visto, el Ejecutivo sigue con su política de “abrazos y no balazos”, con eso de que envía cada vez que puede a su selecto grupo de funcionarios como el “bombero prende fuegos”, Ricardo Peralta y a la propia titular de la Segob, Olga Sánchez Cordero, a decir que esa consigna tan simplista, ha venido funcionando en el combate a la delincuencia organizada. Menudo papelón están haciendo la secretaria de Gobernación y su subalterno.

Pero como su consentido en el gabinete de esta llamada cuarta transformación es ni más ni menos que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, no tuvo el tabasqueño el menor empacho en declarar que él se haría cargo de esta delicada situación, eso sí, luego de señalar muy enfático: “cooperación sí, intervencionismo no”.  

En otra vertiente, el enojo del presidente se dejó sentir y por “las benditas redes”, los seguidores del lópezobradorismo, subieron un “hashtag” en el que culparon a la familia LeBaron de haber desatado las hilarantes declaraciones del presidente Trump.

Muy equivocados están, pues si hubiera que buscar algún culpable, este es el jefe del Ejecutivo y su incompetencia para lidiar con este tipo de preocupantes asuntos. ¿Pues no que el tabasqueño iba a contestar todos y cada uno de los señalamientos que le hiciera Trump?, eso dijo en tiempos de campaña, muy “engallado” (por no decir “engansado”) y a la hora de la verdad, cuando la inseguridad se le ha desbordado de las manos, optó por dejar el asunto en manos de su canciller, que ya es conocido en la llamada 4t como “el Chambitas”.

Sin esperar algo de la reacción presidencial, más bien nada, diversos analistas internacionales coinciden en señalar que lo que se necesita en esta situación de urgencia, es incrementar la cooperación bilateral y que Estados Unidos ayude con labores de inteligencia para rastrear los capitales provenientes de la delincuencia organizada y por otro lado, mucho ayudarían si frenaran el tráfico ilegal de armas provenientes del país del norte, que constituyen alrededor del 70 por ciento de las armas que se utilizan en nuestro país.

MUNICIONES

*** Héctor Vasconcelos, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República sobre declaración de Trump, es un asunto muy serio por sus implicaciones en el mediano y largo plazo. Me parece absurdo tratar de igualar las condiciones de los grupos criminales con lo que son propiamente terroristas. Una diferencia es que las organizaciones criminales tienen como único propósito tener dinero, incrementar sus ganancias, mientras que los terroristas tienen un programa político ideológico para derribar un gobierno o enfrentarse a otro estado y muchas veces tienen un componente religioso. Sin embargo, a lo mejor sus métodos pueden ser iguales, pero estamos hablando de dos fenómenos que requieren propuestas diferentes. El riesgo, es la intervención extranjera en México, con lo que se estaría violando la soberanía.

*** Por cierto, a quien se nota a leguas que ya no tardan en darle su buen “hueso”, es a Alejandro Solalinde que por todos los medios quiere que los reflectores lo tomen para que el presidente vea cómo lo defiende. Antes, el cura se alejó de quien era, supuestamente, su amigo, Javier Sicilia, pues ahora la agarró en contra de la familia LeBarón. No se vale que los LeBaron hayan ido a pedir ayuda a un gobierno extranjero y demandó que esta familia diga de qué lado está, si del de México o con Estados Unidos. ¿Y el curita con quien está?, porque de oportunismo, ha hecho gala.

*** No hay peor ciego que el que no quiere ver y este conocido refrán es perfectamente aplicable a López Obrador. La víspera de que cumpla un año desgobernando a México, hizo, según él una recopilación de los mayores problemas que ha tenido a lo largo de estos 365 días a punto de cumplirse. “Hemos tenido problemas graves, afortunadamente, en la política se requiere virtud y también suerte. Hemos pasado en un año por momentos difíciles pero no mucho”. Entre los casos que enumeró, ocurridos durante su gestión están: la explosión de Tlalhuelilpan donde perdieron la vida 137 personas; la imposición de aranceles con los que el presidente Donald Trump amenazó a México. La guerra que se desató en Sinaloa, o sea, el Culiacanazo “una guerra de cuatro horas” y la tragedia de la familia LeBaron, expediente en el que por cierto, el presidente no ha ofrecido solución alguna. Sin embargo, los pendientes que aún tiene el tabasqueño son muchísimos y no tiene la más mínima idea de cómo los va a resolver. Seguramente sus asesores le recomiendan evadirlos. ¡Qué tal!

morcora@gmail.com