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La gran revelación, por parte Jesús Ramírez, sobre la existencia del BOA -Bloque Opositor Amplio-, suscitó todo tipo de reacciones, pero rápidamente predominó la sorna y la burla hacia lo que parece una descuidada maniobra que se inscribe en la línea de “fabricar adversarios”.

            Es la línea que suelen aplicar los gobiernos -sobre todo los de tinte populista- cuando les agobian las circunstancias.

            Ayer, en la mañanera de López Obrador, su coordinador de Comunicación Social tomó la palabra y, titubeante, describió el documento titulado “Rescatemos a México. Proyecto BOA”

            Jesús Ramírez no dudó en hacer público un documento sobre el que, él mismo lo dijo, no saben de dónde vino ni quién lo hizo. Pero, en un alarde de imprudencia comunicativa y con el aval -o la orden- de López Obrador, lo dieron a conocer porque revela nombres y objetivos político-electorales tan graves como el de arrebatarle la mayoría a  MORENA en la Cámara de Diputados para las elecciones de 2021 y ganar el mayor número de gubernaturas en juego.

            Desde luego, el misterioso documento contiene los nombres de los conspiradores: Loret, Ciro, Brozo, Aguilar Camín, COPARMEX y todos los personajes críticos de AMLO.

            Los propagandistas de la 4T cerraron la pinza denunciando que el BOA contiene un plan golpista. Pero rápidamente se les descompuso el escenario por lo endeble e inverosímil del documento y porque aparecieron indicios de que el autor del panfleto pudo haber sido el director de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación. De ahí que estallaran las burlas, los chistes, los memes y hasta los montajes de la famosa canción de la Sonora Santanera,  Es la boa, es la boa.., donde al cantante le sobreponen la cara de López Obrador.

            Sin embargo, la decisión del presidente de hacer público el plan BOA conlleva implicaciones inquietantes.

            Cabe comentar que fuentes de la Cámara de Diputados, una vez que pasó el momento de reírse por lo burdo del tema, plantearon la necesidad de estar pendientes de la siguiente idea, que puede ser el inicio de una estrategia para satanizar todo tipo de oposición y crítica al gobierno de AMLO. Porque en la mañanera y en las redes propagandísticas se dijo, de forma explícita y entre líneas, que el BOA tiene intenciones golpistas, inconfesables y casi demoniacas.

            Pero lo que plantea el presunto BOA no es más que un manual de lo más rústico, para hacer campaña y organizarse para las elecciones de 2021, con el propósito de arrebatar a MORENA la mayoría en San Lázaro y ganar muchas gubernaturas. Es decir, que no se ve ninguna acción u objetivo golpista perverso que justifique la alarma o la condena que López Obrador quiso atribuirle a ese presunto pronunciamiento opositor.

            Por lo tanto, hay que estar atentos a que, en efecto, esta maniobra de crear y condenar el BOA no sea una amenaza a cualquier tipo de oposición y crítica. En medio de la crisis económica, social y de salud por el covid-19 no podemos descartar que desde la 4T se busque satanizar, inhibir, amenazar, deslegitimar o, peor aún, reprimir el legítimo derecho de todos a votar y ser votados y a hacer campaña electoral en condiciones libertad y equidad.

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